Vivimos en un mundo audiovisual de algoritmos y despachos, de personas encorbatadas que quieren igualar el tono de otras series y películas que ya han funcionado anteriormente para conseguir beneficio económico rápido sin pensar demasiado en el nivel creativo. Por eso, en este ambiente, 'El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro' es una rara avis que tiene, probablemente en contra de las sugerencias de algunos directivos de Netflix, personalidad propia.
Ni uno solo de los episodios, para los que Netflix ha contado con lo más granado del cine de género actual, es básico, ramplón o poco arriesgado: todos ellos han decidido participar en una liga propia en la que, incluso cuando no funciona, deja notar que detrás hay cariño y ganas de jugar a un juego que no es el actual, sino uno en el que la voz del autor tiene la última palabra sin importar lo exagerado, absurdo o gore que pueda ser un capítulo.
Ahora, y sabiendo que puede haber polémica, sobre todo por el que califico como "el peor" episodio, os traemos el ranking de los ocho episodios de la serie antológica, de peor a mejor. Aunque, eso sí, quiero dejar claro que ninguno de ellos es ni remotamente malo o aburrido: todos tienen calidad y saben perfectamente lo que son, algo muy raro hoy en día. Dicho esto, es el momento de que Guillermo del Toro sea nuestro Guardián de la Cripta particular y vaya abriendo uno a uno los cajones de este misterioso Gabinete de Curiosidades...
8-'La visita'

Lo siento de corazón por los fans de Panos Cosmatos, pero el director de 'Mandy' no ofrece aquí el mejor de sus trabajos. Sí, los últimos diez minutos donde explora el horror cósmico y las deformaciones faciales son dignos de aplauso, pero el camino hasta esas escenas se hace cuesta arriba: muchas conversaciones vacías, chistes de porreros y el aburrimiento general no terminan de compensar un final con efectos visuales de primera clase y mucho más terror del que jamás pensamos que veríamos en Netflix. Es hipnótico y elegante a su manera, y desde luego tiene estilo propio a raudales, pero la serie de Guillermo del Toro tiene mucho para ofrecer, ¡y alguien tenía que estar aquí!
7-'Sueños en la casa de la bruja'

Adaptando un relato de HP Lovecraft, Catherine Hardwicke ('Thirteen', 'Crepúsculo') muestra algunas escenas tenebrosamente bellas y un trabajo de maquillaje y efectos especiales espléndido, pero se pierde con la comicidad de uno de los personajes (cuyo diseño tampoco termina de funcionar). El viaje al plano dimensional de los muertos es fantástico, y Rupert Grint lo da todo en un papel que no es el habitual para él, aunque, tristemente, y pese a algunas escenas oníricas fabulosas, se queda corta en sus intenciones.
6-'El modelo de Pickman'

Cuando uno piensa en HP Lovecraft, normalmente piensa en Cthulhu y el resto de Primigenios. Y 'El modelo de Pickman' no defrauda. En él tenemos otra adaptación suya, más lograda que la anterior: visiones, monstruos y un acercamiento a la locura en la Universidad Miskatonic. Sin embargo, aunque Keith Thomas se quita la espinita de haber dirigido la horrenda 'Ojos de fuego', no consigue elevar la historia, que se queda en tierra de nadie hasta un final que vacila entre el impacto visual y la narrativa de RL Stine.
5-'Ratas de cementerio'

Vincenzo Natali ya se ha ganado un nombre con letras de oro en la historia del fantaterror gracias a 'Cube' o 'Cypher', pero de un tiempo a esta parte anda un poco de capa caída: solvente, pero sin dejar huella. Es el caso de 'Ratas de cementerio', en la que alarga demasiado una historia muy sencilla pero acaba saliendo airoso de conceptos tan extraños como poderosos. Quizá es el episodio que más puede acercarse a un 'Historias de la cripta', incluyendo su toque casi naïf en los decorados y las ideas, pero eso no es necesariamente negativo: el director consigue dejar cierta huella con una historia con un par de buenísimas ideas que explota hasta sus últimas consecuencias.
4-'Lote 36'

La antología se abre con una historia clásica, en la que el público desea que al villano protagonista le pasen cosas malas. Su director, Guillermo Navarro, no duda en ofrecerlas en bandeja, en la mejor tradición del cine de terror. Si bien empieza a una escala muy pequeña (un hombre repleto de deudas compra un almacén para revender lo que hay en su interior), termina convirtiéndose en una fantasía demoniaca bien llevada, que sorprende por su sadismo y su divertimento cruel. No es la mejor de las historias, pero es tremendamente satisfactoria.
3-'La apariencia'

Sé que esta no es precisamente la historia más popular del Gabinete, pero no puedo mentir: me ha encantado esta combinación de humor cringe, viscosidad, rareza y vida perfecta protagonizada por la estupenda Kate Micucci, que es capaz de darle una vida propia al personaje que ninguna otra actriz podría. Su tono diverge totalmente del resto de episodios, pero lo que Ana Lily Amirpour hace con un argumento tan simple en apariencia (y en el que la moraleja no puede ser más amoral) es fascinante. Sí, está siendo muy divisivo, pero no he encontrado manera de no amar esta terrorífica comicidad con un toque de body horror única en su especie.
2-'La autopsia'

Sin duda alguna, David Prior ('The empty man') ha dirigido el mejor final de toda la antología y uno de los más originales y vibrantes del cine de género en los últimos años. Pero este no se habría conseguido sin una tensión que crece por minutos y en la que la madeja se va desenmarañando poco a poco, con profusión de vísceras, sangre y gore a mansalva. 'La autopsia' es una pequeña gran maravilla que es inteligente y no escatima en añadir más y más tensión, pero que tarda demasiado en empezar, perdiéndose en un quizá innecesario subrayado de los protagonistas. Un defecto tiquismiquis: el episodio es una maravilla casi sin tacha.
1-'El murmullo'

Jennifer Kent sigue orbitando en torno a los temas que ya trató en 'Babadook', pero lo hace con paisajes oníricos, jugando con los tópicos de las casas encantadas para resumir una vida centrada en el dolor y el resquemor ocultos, el telón que trata de ocultar la tristeza y un pasado que se muestra a fuego lento. Puede que 'El murmullo' no sea tan emocionante o sangriento como el resto de episodios, pero no necesita doblegarse al susto fácil o a agradar al público más aficionado al género. En el fondo, el último episodio de la serie es un drama sobre el corazón roto, el anhelo, el deseo por cambiar una vida. Increíble cómo conseguir tanto con tan poco.
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27 comentarios
Mr.Floppy
El de Jennifer Kent el único pasable. El resto... madre mía 🤦🏻♂️
nail23
Yo la empecé a ver y aguanté hasta el tercero a la mitad, tremendo coñazo de serie, ya con el primero te quedas en plan, y ya está?? Nada más??
No sé como pude seguir hasta el tercero.
kikorin
El de la visita se me ha hecho tan cuesta arriba que no he pasado de la mitad y el de la apariencia lo quité a los 10 minutos. Los demás geniales
Godfrey
El del murmullo tiene su rollito ghost story gótico pero no sabe articular correctamente la presencia inquietante de los pájaros. Son como dos realidades que van cada una por su lado. Me quedo con la autopsia y su formato más detectivesco con el giro final desatado, pervirtiendo la premisa original de una autopsia, y tal vez el de las ratas por su punch pulp festivo. El resto, promete más de lo que da. Que lástima.
cAGE23
Solo he visto por ahora el 1 y el 7, y el primero es insulsísimo.
jesuslabracadena
El terror es un género,sino el que más,noble. Permite que por sus truculenta tramas transcurran momentos tiernos,dramáticos y hasta cómicos. Todo sin perder de vista el telón de fondo negro aterrador que lo contiene todo
MuLdeR
Esta lista está de tantos modos mal, que creo debería estar exactamente al revés.
No se si es mera provocación o un gusto bastante extraño el del critico.
pertzal
Me encanta cuando ya no pueden eludir las grandes producciones que tiene Netflix, pero no pueden dejar de tirar mala leche a la plataforma. Acéptenlo.
Usuario desactivado
3 minutos me duró
rio63
No la he visto y no creo que lo vaya a hacer, pero me parece una burda copia de lo que hacía Hitchcock, pero obviamente este señor no le llega ni a las zuelas de los zapatos.