En el juego de la comida, o ganas o lavas los platos.- The Inn at the Crossroads
Allá por 2011 (lo que no es demasiado tiempo atrás, es cierto), dos fans de la saga literaria ‘Canción de Hielo y Fuego‘ de George R.R. Martin, Chelsea Monroe-Cassel y Sariann Lehrer, decidieron abrir un blog en el que podían combinar su afición por los libros con su amor por la cocina. The Inn at the Crossroads es ese blog, llamado como esa posada que se ha convertido en otro “personaje” recurrente de los libros, y en él empezaron a publicar las recetas de los múltiples y, habitualmente, pantagruélicos platos que los habitantes de Poniente comen. El propio Martin reconoce en el prólogo del libro que recoge esas recetas, ‘Festín de hielo y fuego‘, editado en España por El País-Aguilar, que no sabe cocinar pero que le encanta describir los banquetes, y como sus descripciones de los platos son muy detalladas, Monroe-Cassel y Lehrer pensaron que podían reproducirlas, cocinar esos platos (o una versión muy cercana a ellos) y compartir después la experiencia con el resto de fans tanto de los libros como de la serie ‘Juego de tronos‘.
El resultado es, como decimos, ese libro que reúne buena parte de las recetas que han ido publicando en el blog, siguiendo un método de trabajo que explicaban en una entrevista en el semanario de Boston The Phoenix; las dos cocinan y se comen lo que cocinan, e investigan en libros de recetas medievales o del siglo XVII para lograr unos platos que se acerquen lo más posible a lo que Martin describe en el libro. Cualquiera que los haya leído sabe que sus pasajes dedicados a la comida rivalizan en detalle con las descripciones de frontispicios de iglesias que Umberto Eco hace en ‘El nombre de la rosa‘, así que está claro que las dos autoras tenían un buen material del que partir.
Las recetas
‘Festín de hielo y fuego’ sigue la organización del blog de las recetas y las agrupa por regiones geográficas; el Muro, el Norte, el Sur, Desembarco del Rey y más allá del Mar Angosto, y algunas de ellas son tan contundentes como los nabos a la mantequilla, las costillas de cerdo a las hierbas o el pollo a la miel. Se puede hacer un menú completo dedicado a cada una de las regiones con su primero, segundo plato y postre y hasta su bebida correspondiente, y de hecho, para la presentación del libro, Canal+ y El País-Aguilar organizaron una degustación de un menú de este estilo en la cervecería Brujas de Pozuelo de Alarcón (Madrid). La comida consistía en ensalada de espinacas y pasas del Castillo Negro, dos platos del Norte como la remolacha con huevo escalfado y el pollo a la miel (buenísimo, por cierto) y, de postre, los pastelitos de limón de Desembarco del Rey que tanto gustaban a Sansa. El remate lo puso una bebida caliente a la menta del otro lado del Mar Angosto (té moruno de menta, como quien dice), y pretendían servir el vino especiado y caliente que beben en Invernalia, pero pensaron después que sería demasiado contundente y lo cambiaron por un Rioja tinto.
Esa degustación demostró que, efectivamente, las recetas de ‘Festín de hielo y fuego’ se pueden hacer y son perfectamente comestibles, pero aunque sea un libro pensado para cocinar, también puede leerse como una interesante parte del universo extendido de ‘Juego de tronos’. Cada receta está acompañada de una cita del libro en la que Martin menciona el plato, y casi todas tienen dos versiones; la más fiel a lo descrito por Martin y otra moderna, más sencilla. Para conseguir esa fidelidad al libro, Monroe-Cassel y Lehrer utilizan en muchas ocasiones, y como hemos comentado, viejas recetas medievales o de la Inglaterra de los Estuardo, e incluyen también alguna cita de uno de esos recetarios antiguos en la que explican cómo se cocinaba el plato cinco o seis siglos atrás.
Una inmersión en Poniente
Como decimos, ‘Festín de hielo y fuego’ nos sumerge de lleno en el mundo creado por Martin a través de la comida, algo que HBO ya hizo para promocionar el estreno de la serie, al tener al chef Tom Colicchio repartiendo a los fans platos inspirados en ‘Canción de hielo y fuego’. Los ingredientes de cada plato nos ayudan a hacernos una idea de la dureza de las condiciones de vida en el Muro, por ejemplo, o de la búsqueda de cosas más exóticas y con mayor contraste de sabores en la capital del reino, Desembarco del Rey. Es, evidentemente, un libro de cocina, pero los fans de la saga pueden disfrutarlo igualmente. Y si queréis ampliar la experiencia, en el blog de Monroe-Cassel y Lehrer también se han diversificado un poco cocinando platos de la Roma antigua, por ejemplo, e intentando trazar un recorrido histórico a través de la comida. Por cierto, aunque muchos de los platos mencionados por Martin se recogen en el libro y en el blog, las dos autoras reconocen que hay algunos que no harán nunca, en gran parte por la dificultad para encontrar sus ingredientes principales (o porque dichos ingredientes no son legales). Y me temo que entre ellos se incluye el pastel de boda de las palomas.
Las recetas
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