Una de las cadenas de televisión más importantes de Francia, TF1, ha fichado a Harry Roselmack como presentador del informativo estrella del país. Esto no sería noticia si no se tratara de un periodista negro, el primero en asumir un cargo de semejante difusión. Más de 8 millones de espectadores, con una cuota del 40%, es la audiencia media que alcanza cada día el noticiario. El relevo veraniego de Patrick Poivre d'Arvor, uno de los presentadores más populares, se convierte así en un símbolo de integración racial en un país donde aún existen demasiadas discriminaciones.
El Presidente de la República, Jacques Chirac, pidió hace nueve meses a los medios de comunicación que colaborasen a la hora de hacer “visible” la diversidad étnica del país. Chirac es muy consciente del poder de influencia que tiene la televisión en la sociedad. Dar a través de ella una imagen multiracial les da ventaja a la hora de calmar el ambiente con las minorías étnicas de su país. El contexto de esta petición se enmarca en los disturbios tan graves del pasado otoño, que durante unas semanas convirtió muchos barrios desfavorecidos de Francia en un campo de batalla.
En España, a Francine Gálvez, original de Camerún, se hizo cargo en 1990 de la primera edición del Telediario de TVE. Desde entonces, no hemos vuelto a tener ningún presentador de informativo de otra raza. Pero la realidad que se nos avecina, con las nuevas generaciones que forman los hijos de los inmigrantes españoles, hará que pronto nuestras televisiones se comprometan a potenciar la diversidad entre los rostros que los representan. Aunque yo me conformaría con no padecer los conflictos de desigualdad social que están viviendo nuestros vecinos galos.
Vía | elmundo.es