Parece que se prefiere cantidad de canales a calidad. Los nuevos canales están plagados de reposiciones. Sería más interesante limitar el número de canales por operador si no son capaces garantizar unas exigencias mínimas de calidad de contenidos.
También resulta chocante los decodificadores baratos que no permiten el almacenamiento ni la interactividad para lograr consolidar la sociedad de la información acercandola al público en general. Se prefiere los cacharros baratos que valdrán sólo para ver y no interactuar. El cambio se producirá gracias a los decodificadores ya que la renovación de los televisores (aún son escasos) se produce de media cada 12 años y no llegaremos al 2010 sin que la gente adquiera los dichosos decodificadores. Y ahora sólo para ver lamentables canales sin interactividad ni calidad patente de contenido sólo de imágen. Las operadoras tienen que pensar más en los contenidos de la TDT que en los beneficios que obtendrán a corto plazo, el verdadero negocio tardará en llegar. No nos engañemos.
Vía | El País