Su caso se basaba en que su trabajo consistía en transcribir las sesiones del equipo de guionistas de Friends, la popular serie emitida por la NBC. Y que, en el transcurso de esas sesiones, se utilizaba lenguaje grosero y se realizaban comentarios lascivos, lo cual interpretaba como una agresión.
Desconozco cuál es el proceso de trabajo de unos guionistas. Pero no se me pasa por la imaginación que para crear los guiones de una serie tan "light" como Friends las reuniones de los guionistas tuviesen que convertirse en orgías precisamente. En todo caso, el Supremo del Estado de California ha considerado que Friends era una serie orientada al público adulto, donde se trataban temas sexuales, por lo que podían entrar dentro de lo normal las discusiones y conversaciones de contenido sexual.
Una portavoz de la Warner ha declarado que ""ahora podemos continuar haciendo lo que hacemos mejor, escribir y producir programas de televisión de éxito sabiendo que nuestro discurso está protegido." Pues menos mal. Pero tampoco pueden estar tranquilos del todo. Y es que estos americanos "se la cogen con papel de fumar" y pueden llegar a ser tan quisquillosos con las demandas, que a saber por dónde salen la próxima vez.
Afortunadamente, de eso viven otros tantos productores y guionistas: de hacer series sobre juicios y abogados.
Vía | Pizquita