A nadie se le escapa la importancia trascendental de las canciones utilizadas en las series de televisión. La despedida de Brendan Fraser en 'Scrubs' no sería lo mismo sin 'Winter', de Joshua Radin; 'A dos metros bajo tierra' no nos habría dejado destrozados con otra canción que no fuera 'Breathe me', de Sia; 'Wild world', de Cat Stevens, no vuelve a ser igual tras 'Skins' o, más recientemente, 'Stranger things' marcó un nuevo rumbo para 'Running up that hill', de Kate Bush. Pero, ¿y si os digo que puede que la banda sonora de vuestras series favoritas... no sea la original?
Una serie de derechos
Para entender el problema con la banda sonora de series como 'Malcolm in the middle', 'Daría' o la que nos atañe, 'Doctor en Alaska', hay que entender cómo funciona la ley estadounidense de copyright... Y, sobre todo, tener en cuenta que esta ley se hizo en un contexto cultural radicalmente diferente, cuando nadie se podía imaginar otro uso para la música en los episodios que la de la emisión en un par de ocasiones y, quizá, unas cuantas más al sindicar la serie.
Incluso entonces puede haber problemas con algunas canciones de artistas que solo firmaron por la emisión lineal del episodio. Es lo que le pasó a la -por aquí muy desconocida- 'Radio Cincinnati', que en los 90 tuvo que cambiar muchos de sus temas originales para los que ya no tenía los derechos. Si esto pasaba al pasar por la sindicación, imaginad cuando llegó un nuevo concepto: el DVD. Las distribuidoras vieron un hueco para sacar más tajada de series clásicas como 'Aquellos maravillosos años', pero la solución no era tan sencilla.
Y es que en Estados Unidos, los derechos de cada canción se tienen que dirimir una a una con los artistas o las discográficas. Dependiendo del éxito que preveas que va a tener tu serie en DVD, puedes hacer el esfuerzo de perseguir tema por tema o, simplemente, cambiarlas todas por otras melodías. Es lo que le pasó a 'Doctor en Alaska' en formato físico: a partir de la temporada 2, todas sus canciones habían sido cambiadas por otras melodías mucho más sencillas que muchas veces rompían el ritmo de las escenas y dejaban una sensación dantesca. Para que os hagáis una idea de este problema: 'Parenthood' y 'Aquellos maravillosos años' se llegaron a lanzar en DVD y Netflix, respectivamente, con otra canción de inicio, dejando a un lado a Bob Dylan y Joe Cocker por otra canción en el primer caso y una versión marrullera de 'With a little help from my friends' en el segundo. Tremendo.
El caso de Alaska
En ocasiones, a la hora de lanzar las series en formato físico, las distribuidoras solo consiguen un porcentaje de las canciones (un noventa por ciento, pongamos) e intenta reemplazar el resto con algunas del mismo estilo. Por ejemplo, en el DVD de 'Daría' se incluía una nota diciendo "Respondamos a la gran pregunta: El 99 por ciento de la música ha cambiado, porque el coste de licenciar todas las canciones que usamos habrían hecho imposible lanzar la serie (...) Por ponerlo claro, teníamos que sustituir la música. ¿Significa que los episodios son diferentes? La Daría de la temporada 1 habría dicho 'Sí'. La de la temporada 5 habría dicho 'Cállate y pásame el mando'.".
Y así es como llegamos al caso de 'Doctor en Alaska', uno de los ejemplos que se suelen poner para demostrar que no poder licenciar música más fácilmente en Estados Unidos es un error: las canciones míticas que daban un aura especial a la serie se convirtieron, sobre todo en la segunda temporada, en simples tonadillas sin derechos de autor que muchas veces no se parecían en nada a la original. Por entendernos, música de ascensor. Un desastre. Pero en su llegada a España, Filmin ha anunciado que es una restauración y que es como la viste por primera vez. ¿Es cierto?
La respuesta corta: sí. La larga necesita dos explicaciones. La primera tiene que ver con las leyes de copyright europeas, que son mucho más laxas que las americanas. Aquí basta con pagar un porcentaje de los beneficios a los diferentes artistas que tienen canciones en la serie. La segunda que, tristemente, muchas veces las ediciones europeas también vienen con estos cambios en el audio porque simplemente se vuelca la imagen y la música del DVD americano en un disco compatible con los reproductores de nuestro continente. A la hora de llegar al streaming, se vuelca el DVD y así es como unas leyes restrictivas en Estados Unidos nos pasan factura en España. Por suerte, 'Doctor en Alaska' se ha librado.
Todo canciones, todo bailes
Por suerte, tras la catástrofe estadounidense, 'Doctor en Alaska' tuvo una edición en Reino Unido donde la música se respetó, y es esa la que se ha utilizado al llevarla a Filmin, al menos en los episodios que hemos comprobado, así que podéis ver al doctor Fleischman sin problema, con la seguridad de que es un remáster completo.
De todas maneras, este problema solo se va a incrementar en los próximos años, a medida que continúe la inevitable debacle del formato físico. Si debido las leyes de copyright americanas las distribuidoras acaban haciendo los packs de series clásicas a pérdidas, acabarán lanzándolas con el audio directamente cambiado y sin preguntar a los artistas (o tratando que les cedan las canciones a coste cero). Y si tenemos la suerte de verlas en España, resulta difícil creer que aquí sí se va a hacer esa búsqueda de los audios originales pudiendo, simplemente, volcar el yanqui. Si los beneficios del formato físico de allí son pocos, imaginad los de aquí.
La lista de problemas por culpa de estas leyes americanas no tiene fin: 'Dawson crece' tuvo que cambiar su tema inicial al pasarse al streaming, 'Sabrina, cosas de brujas' modificó casi todas las canciones que sonaban... La mayoría de las series actuales se han asegurado de no tener este problema y de firmar siempre también por los derechos en vídeo doméstico y streaming, pero muchas de las antiguas viven en un limbo del que probablemente no saldrán nunca. 'Doctor en Alaska', por suerte, ha sido de las afortunadas. Ahora solo toca disfrutar del retorno a Cicely.
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