Estás viendo una serie. Tu protagonista favorito entra en una situación aterradora. Se debate entre la vida y la muerte y por un momento crees que de esta si que no sale. Pero tras una rato pasándolo mal, todo vuelve a la normalidad y sí, sigue vivo. ¿Te suena? O cuando toda la trama transcurre de forma normal hasta que de repente, todo cambia y deja de ser lo que era. Es como si la historia hubiese girado. Y la peor sensación de todas: cuando acaba un capítulo y no podemos aguantar hasta ver el siguiente, queremos más. Es el cliffhanger.
Sin embargo, todas estas "malas situaciones" paradójicamente nos atraen, las buscamos y son uno de los elementos que hacen que triunfe una serie. Nuestros compañeros de Genciencia nos desvelan que todo esto tiene un componente biológico, y esa sustancia que nos produce "este placer" es la dopamina. La dopamina está presente por todo nuestro cerebro, y es una sustancia que actúa como juez del placer. Se anticipa al mismo, y genera una expectación sobre la recompensa de dopamina que espera nuestro cerebro frente a lo que estemos viendo: si excede o queda por debajo del nivel esperado.
Esto tiene una relación directa con las series que tanto nos gustan. Cuando un capítulo nos sorprende por un inesperado giro de trama o fuerte cliffhanger, en nuestro cerebro se aumentan los niveles de dopamina y queremos más. Es, en cierta medida, es una "droga" natural, innata a cada uno de nosotros. La sensación contraria es cuando obtenemos un resultado por debajo de lo esperado, y es por eso que un capítulo o episodio malo puede parecernos una verdadera basura cuando no cumple con nuestras expectativas, porque no ha conseguido generar los niveles de dopamina que nuestro cerebro esperaba. Y eso crea una "dependencia" fisiológica.
Vía | Genciencia Imagen | Flickr
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Elperejil
Creo que en esa explicación (y es la que hacen en GenCiencia, no digo que sea culpa de este blog) hay una cierta "petición de principio" o sea, una falacia en la que la causa se convierte en el efecto (decir que algo es placentero porque provoca placer y provoca placer porque es placentero).
Estudie psicología y trabaje varios años en el departamento de psicobiología de la facultad como colaborador, y estos temas de neuropsicobiología siempre me fascinaron... y por eso me cabrea un poco la tendencia al reduccionismo facilón que se ve en algunas publicaciones de divulgación, online y también en papel. Es algo que pasa en este área de la ciencia y muchos otros (un amigo, biólogo, cada vez que lee lo de "eslabón perdido" se sube por las paredes).
La dopamina es un neurotransmisor del grupo de las monoaminas, uno entre las decenas y decenas de neutransmisores que hacen funcionar nuestro sistema nervioso. Está implicado en varias funciones como el control del movimiento, el sistema endocrino, la lactancia, la memoria, la motivación... y entre ellas está la relacionada con la búsqueda de placer. Ciertos sistemas dopaminérgicos (no todos) se disparan ante recompensas primarias (comida, sexo, relajación) o estímulos asociados con ellas. Y la clave está en esto segundo. Para que algo produzca ese disparo dopaminérgico ha de estar previamente asociado, debemos de haber sido "aprendido" que eso es placentero o bueno.
Así, que un determinado elemento narrativo nos produzca placer depende más de nuestra "historia de aprendizaje" respecto a él que del estímulo en sí mismo. Esos cliffhanger resultarán placenteros en las personas que así los juzguen y que, a base de verlos en uno o otro sitio, sepan que se lo pasan bien con ellos. Igualmente mediará que, por diferentes razones, la serie en su conjunto sea del agrado de esa persona. Sin embargo si, como es el caso de Teresa, ese recurso ha sido asociado a un "no me gusta", no se producirá ningún tipo de respuesta dopaminérgica ante él. Como podéis ver, en esto estarán involucradas muchas más áreas del cerebro.
Y conste que en el placer, aparte de la dopamina, intervienen otros sistemas y neurotransmisores. De hecho, la respuesta placentera ante un estímulo primario es más o menos sencilla de interpretar y seguir (ante la comida o el sexo, por ejemplo), pero cuando se trata de algo tan complejo y mediado por la cultura, la experiencia personal, el estado de ánimo del momento, etc como es un elemento de una historia que nos cuentan... en su percepción y análisis, en el enjuiciamiento de si nos gusta o no, y en la respuesta placentera o de desagrado ante ello, intervienden muchísimas estructuras del cerebro y están implicados decenas de neutransmisores diferentes.
Lo de hablar de la dopamina y ponerla de prota va mucho con las modas (aparte de los estudios serios sobre ella, que los hay y muy buenos) pues el mal funcionamiento de sus sistemas está relacionada con temas tan interesantes como la esquizofrenia, el Parkinson o las drogas; aparte de que es fácil de seguir pues es relativamente escasa en el cerebro (por eso se estudia con más facilidad), pues otros neurotransmisores, como el ácido glutámico, están muchísmos más presentes en todo el cerebro y no es tan fácil hablar sobre ellos o aislar su acción.
Juan Polo
@Elperejil: tienes vía libre para hablar de lo que quieras, y más aún con esos pedazo de comentarios ;-)
Mr. Payton
El comentario de Elperejil me ha devuelto a mis clases de Psicobiología, Fisiología,... Y es q es verdad lo q dicen de q el pasado siempre vuelve.
A mi un cliffhanger me encanta... pero lo malo es cuando lo esperas... y no lo tienes (véase capítulo 6x10 de Anatomía de Grey)...
En fin... de psicólogo a psicólogo... gracias Elperejil por tu pseudopost de PsicoNostalgia!!
Nahum
Por eso mismo nos gustan también las películas de miedo...
Al final, todo es química, leñe.
Juan Polo
@artgraffer: también puede ser un añadido. En estos temas de la mente cualquier cosa puede ocurrir... lo que parece estar claro es que se producen efectos biológicos u reacciones en nuestro cuerpo de uno u otra manera.
Elperejil
Por cierto, por usar un simil, lo de considerar la dopamina un "juez del placer" es como considerar la gasolina un "juez de la velocidad". Evidentemente, si soltamos más gasolina al motor el coche acelerará... pero los que pisamos el acelerador somos nosotros. Y nosotros, también, en nuestro complejo e irreductible conjunto, somos los verdaderos jueces de nuestro placer.
Elperejil
Bueno, así, gracias a estos post le saco un poco de lustre a las cosas que estudié en la carrera... que ya se me iban oxidando un poco (pues al final me ha acabado dedicando a otra cosa, curiosamente más relacionada con la tele) ;)
Si la verdad es que he de dar las gracias a Juan por darme bola para soltar todo este rollo, jaja...
Elperejil
Gracias Juan. Miguel, me alegro de encontrar otro psicólogo por estos lares, jeje... aunque yo ya sólo la ejerzo en mi blog.
Ahora, hablando como guionista (mi profesión), los cliffhangers nacieron en los folletines publicados en periódicos del siglo XIX. Se puede ver muy bien en muchas "novelas" de Wilkie Collins y Dickens, o en "La narración de Arthur Gordon Pym" de Poe, donde cada capítulo -que salía una vez a la semana- acaba con un potente cliffhanger. También Tolstoi y Dostoiewski usaban ese recurso cuando publicaban sus historias en los periódicos rusos. Luego se retomó en los seriales de cine (cortos que se proyectaban semanalmente en los cines, como el primer Flash Gordon) y porteriormente en la televisión.
Su objetivo era bien sencillo: sembrar la intriga en el lector para que, a la semana siguiente, comprase el periódico para saber que pasaba.
Aquí podemos invocar otro principio rector de la psicología humana: nuestra tendencia y necesidad a apreciar las formas como enteras, algo sobre lo que teorizó mucho la Gestalt y demostró a través de ciertos experimentos, ilusiones ópticas y problemas de lógica. Por eso "agrupamos" las estrellas en constelaciones... y ninguna queda fuera. Con las historias (y tendemos a construir la realidad de forma narrativa) pasa lo mismo, queremos historias completas, acabadas, cerradas, en que sepamos lo que pasa... y es ese final el que nos genera satisfacción (si nos gusta, claro); si queda sin cerrar y con una gran duda pendiente, se generará en nosotros la necesidad de completar esa historia, o sea, de acudir a la semana siguiente a por el periódico, al cine, a la tele... o al P2P...
Jo, creo que voy a usar todo esto y lo que hemos comentado anteriormente para un post en mi blog (citándoos, Juan y artgraffer, si no os parece mal) que va precisamente sobre psicología y cine (aunque yo prefiero hablar de audiovisual). http://www.psicologiacine.blogspot.com/
Ya os avisaré cuando lo tenga, por si queréis echarle un vistazo.
Elperejil
Bueno, no sé si esto ya lo verá alguien, pero en mi blog acabo de poner una entrada hablando de todo este tema en la que me refiero a este artículo... por si acaso, ahí va:
http://psicologiacine.blogspot.com/2009/11/el-gancho-o-cliffhanger.html
mkartney
Que grande Elperejil jaja. Pues si que es cierto. Yo cuando empece a ver series con cliffhangers no me emocionaba tanto...veia el final y me gustaba, pero ya.
Ahora que si se de que va la cosa, especialmente con Lost, me produce satisfacciones desmesuradas xD
Por otro lado, creo que una gran serie con un buen guión no necesita de cliffhangers. Veasé The Sopranos, desde mi punto de vista la mejor serie que he visto nunca y cliffhangers más bien pocos.
roslin15
¿por qué será que a mí estas cosas me cabrean en vez de atraerme? Son trucos que utilizan las series para atrapar al espectador cuando no tienen otros buenos recursos.
artgraffer
Y yo creyendo que tenía más que ver con el efecto Zeigarnik... http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Zeigarnik