Ayer me atrincheré en mi sofá dispuesta a disfrutar con el programa 500 de 'Sé lo que hicisteis...' y me pasó lo mismo que le ocurre a cualquier fan incondicional, que me esperaba más. Al final el programa fue en su mayor parte un resumen de los mejores momentos que ya conocía al dedillo y que no necesitaba volver a ver, sobre todo porque en ocasiones llegué a sentir nostalgia de tiempos pasados y caí en la cuenta del tiempo que hace que no montan un revuelo como los de antes.
Me gustaron los contenidos originales del programa 500, las entrevistas tipo documental y el vídeo de qué fue de ellos en el 2050. En esta clase de contenidos me parece que son capaces de sacar lo mejor de sí mismos, con la autocrítica y el sarcasmo que les caracteriza. El scketche de la tuna en Telecinco, aunque nuevo, sólo sirvió para que dijesen que un año después, sin imágenes de Telecinco, siguen vivos y coleando, pero en el fondo resultó repetitivo.
El hecho de que el programa estuviese grabado se aprovechó, una vez más y como decía arriba, para hacer un repaso del top de éxitos y aciertos y para, otra vez, ofrecer las felicitaciones que periodistas de otras cadenas les enviaron. Algo demasiado recurrente como para ser un especial. Además, se introdujo de manera definitiva a Kiko Rivera, Paquirrín para la mayoría, que a partir de ahora tendrá un espacio propio en el que aprender a hacer monólogos.
Sobre esta nueva sección, o como queramos llamarle, hay voces contrapuestas. Para unos es una caída en las garras del corazón y para otros es una oportunidad de aprovecharse de una figura pública para cambiar la imagen que se tiene de ella. Yo creo que le habrán dado mil vueltas al asunto. Está claro que Paquirrín aún no está suelto y sus apariciones son poco naturales, aunque es de suponer que mejorará, también creo que no van a hacer de él un monstruo, como hacen otros espacios con sus colaboradores famosos. Lo que sí tengo claro es que la vida y milagros de este chico no me interesan en lo más mínimo.
En resumen, que para el programa 500 a veces tuve la sensación de que se seguía un patrón ya utilizado. A diferencia del musical que hicieron en la celebración de los 100 programas, que sí fue original y único, esta vez han optado por un formato más cómodo y, rizando el rizo, han hecho un zapping de su programa de zapping. Aún así, a pesar del chasco, yo les deseo que cumplan muchos más.
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