La trilogía literaria de 'Los juegos del hambre' ya era todo un fenómeno mundial antes del estreno de la adaptación cinematográfica de la primera entrega en 2021 2012. El universo de Panem también conectó con los espectadores y finalmente se sacaron adelante cuatro películas para contar las aventuras de Katniss Everdeen.
Con Gary Ross tras las cámaras y la por aquel entonces ascendente liderando un reparto repleto de rostros conocidos, 'Los juegos del hambre' no deja de ser una heredera de obras como 'Battle Royale' o 'La larga marcha', pero aligerando en parte la dureza de la historia que cuenta para así poder conectar con un público más juvenil. Hoy tendréis la oportunidad de comprobarlo, ya que se emite esta noche en laSexta a partir de las 22:30.
Un cuidado producto juvenil
En 'Los juegos del hambre' se nos transporta a un mundo post-apocalíptico en el que se ha llevado al límite la idea de dividir a los ciudadanos para que los más poderosos puedan seguir disfrutando de todos sus lujos. Además, cada año se celebra una competición en la que un grupo de adolescentes, dos de cada uno de los doce distritos, se enfrentan en una competición a muerte en la que solamente puede haber un ganador.
A priori, esa competición es lo más llamativo de una distopía que no termina de aclarar nunca qué fue lo originó el statu quo actual. En su lugar, utiliza a Katniss para construir los cimientos de una revolución inevitable, de ahí que se lo tome con tanta calma antes de soltarla en un terreno de juego en el que su muerte parece el escenario más probable.
Antes de eso, Ross se toma las cosas con calma para ir presentando a los diferentes personajes que rodean a Katniss, algunos con más importancia que otros, pero al final todos clave para sentar las bases de una historia que va más allá de lo que veamos aquí. Inicialmente, la película transmite cierta sensación de tragedia inevitable, algo que va matizándose según pasan los minutos y vemos que Katniss puede tener alguna oportunidad de salir victoriosa.
Es verdad que estar bien acompañado de actores de solvencia contrastada ayuda, pero el auténtico soporte de 'Los juegos del hambre' es una Jennifer Lawrence que entiende a la perfección a su personaje y demuestra por qué acabó convirtiéndose en una de las mayores estrellas de Hollywood en tan poco tiempo.
Ella es la que impide que todo acabe resultando un tanto descafeinado, primero por la necesidad de dedicar una hora a todos los prolegómenos y después por el hecho de que la brutalidad que podríamos esperar de esa competición a muerte brilla por su ausencia.
Sí, hay muertes y algo de sangre, pero lo que realmente importa aquí es su lucha por la supervivencia, aliñándolo con algunos apuntes de corte más emocional, tanto por esos lazos sentimentales que la unen con Peeta como por ese vínculo que surge con Rue que recuerda a la relación con su propia hermana.
Y es que no conviene olvidar que 'Los juegos del hambre' tiene al público juvenil como principal target, algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de abordar la historia. Sin embargo, eso no quita que se tome en serio lo que cuenta y se note un mimo mucho mayor -aunque aquí se hubiese agradecido un mayor presupuesto para el tramo final- al de otras franquicias similares surgidas por esa época como 'La serie Divergente'.
'Los juegos del hambre' fue un enorme éxito en taquilla, ya que acumuló 694 millones de dólares frente a un presupuesto de 78 millones. Lógico que en Lionsgate se dieran prisa en hacer las siguientes entregas, y es que el resto también funcionaron muy bien. De hecho, actualmente se prepara una precuela basada en la novela 'Balada de pájaros cantores y serpientes'.
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