La idea a priori no es mala, si bien se trata de una vuelta de tuerca más al concepto "ponga a un famoso a hacer cualquier cosa" (cantar, bailar, patinar, sobrevivir en una isla, cocinar... lo mismo da). Pero un tanto fallida en su ejecución. Y es que, seguro que muchos lo habrán comprobado en sus grupos de amigos, hay pocas cosas peores que alguien intentando ser gracioso sin serlo. Y por mucho monólogo guionizado que se aprendan, hay que tener gracia para salir a un escenario y decirlo sin provocar un cierto grado de vergüenza ajena. Así, interpretados por estos aspirantes a humoristas, los monólogos pierden gran parte de la chispa que pudiesen tener de inicio. Y eso que yo, en general, creo que el género del monólogo se ha intentado exprimir hasta la saciedad; hay tanto monólogo que, por fuerza, la calidad media de los mismos ha descendido. Si una sucesión de monólogos interpretados por buenos humoristas puede llegar a ser cansina, cuando son estos "famosos" los que los defienden (con distintos grados de dignidad), la cosa tiene mucho peor color.
Eso sí, viendo a Urdaci o a Poli Rincón, uno aprecia mucho más (más aún que lo que ya se le apreciaba) a Buenafuente.
PD.- Con todo el respeto a las identidades nacionales y/o autonómicas de España... ¿por qué el porcentaje de "humoristas aficionados" de Andalucía es tan alto en cualquier programa televisivo? En este programa, Antonio Canales, Vicky Martín Berrocal, Nuria Fergó, María del Monte, Poli Rincón... 5 de 8, ¡qué desproporción! (Corrijo a instancias de un comentario: Poli Rincón no es andaluz. Por lo tanto, 4 de 8. Aun así... ¡una desproporción!
En ¡Vaya Tele! | Florentino enseñará a hacer monólogos