Dos semanas ha durado 'Debate al límite' en laSexta, com cambio de franja horaria incluido. A partir de hoy 'Crímenes imperfectos' recupera su lugar y el informativo deportivo se queda por ahora donde está, justo antes de 'Sé lo que hicisteis...', aunque será cosa de ver cuánto dura ahí. Corto periplo el de la aventura de un debate que se presentaba como alternativa y que al final ha resultado ser ejemplo de la consabida frase de mucho ruido y pocas nueces.
Mi principal pregunta es la siguiente: ¿quién pensó que la actualidad política puede analizarse en media hora con la presión de los cinco minutos a los participantes? Alguien que seguramente creyó que un formato así era idóneo para cubrir el expediente del rigor y que, al mismo tiempo, servía para no decir nada porque si de algo hemos aprendido en estas dos semanas es que en estos debates se limitaban al "y tú más", sin tiempo para profundizar, sin posicionamientos explicados y sin la retórica de un debate con enjundia. Los temas volaban sobre la mesa, pasándose de uno a otro a la velocidad del rayo, y la cuenta atrás sólo servía para poner un cronómetro en pantalla, que queda muy chic.
La audiencia ha sido implacable y no ha seguido la propuesta. Dejando de lado la cuestión de si el horario era o no el adecuado, yo creo que ha habido un fallo claro de planteamiento. Para los que, como yo, disfrutamos de los debates políticos, 'Debate al límite' ha sido una mala broma; y para los que no quieren saber nada de política, 'Debate al límite' ha sido un peñazo. Han querido hacer un formato intermedio, digerible, todo masticado y con aspiraciones de pluralidad y de profundidad pero no han conseguido dejar contento a nadie. A Mamen Mendizábal se le notaba el oficio pero no ha sido suficiente.
Para la próxima deberían pensar en hacer un planteamiento más definido: o se quedan con un tema y lo exprimen convenientemente; o tiran hacia la tertulia pura y dura que un sector del público conoce y valora gracias a los programas de mañana. Pero esta tertulia de sabios (poco conocidos para la mayoría, además, y cambiantes, con los problemas de fidelización que eso conlleva), sólo conduce a la confirmación de que lo breve puede resultar tan aburrido como un programa de dos horas si consiguen hacerlo mal.
Vía | El Mundo En ¡Vaya Tele! | laSexta nos trae opinión política a las tardes con 'Debate al límite'