Hay dos maneras de ver ‘Baby Boom’: una es la mirada cómplice de los que ya ha pasado por esta experiencia y empatizan casi de manera inmediata con el nuevo docushow de laSexta y sus protagonistas; los que nunca hayan estado en un parto (ni como futuros padres ni como personal médico) tal vez experimentaran otras sensaciones al ver el programa. Depende, también, del momento vital de cada uno. Puede que alguna se emocionara hasta la lágrima mientras su reloj biológico insistía con su tic-tac y también puede que otras se reafirmaran en su decisión de no pasar jamás por semejante trance. Hasta es posible que alguien lo encontrara más perturbador que la cabecera de ‘American Horror Story’.
‘Baby Boom’ nace como una adaptación del exitoso formato británico ‘One Born Every Minute’. Para realizar este docushow, se instalaron 40 cámaras y 64 micrófonos en la maternidad O’Donell del madrileño Hospital Gregorio Marañón y así poder ofrecer aproximadamente veinte minutos de cada parto de las 34 parejas que han participado en el programa. En este centro nacen hasta 7.000 bebés al año, una cifra lo suficientemente amplia para representar todas esas historias particulares que hay detrás de cada nacimiento: madres solteras, hijos inesperados, niños anhelados durante años… Son los padres los encargados de presentarnos, ante la inminente llegada de su bebé, sus circunstancias personales, sus impresiones, sus miedos y sus expectativas, en entrevistas que van intercalándose con la narración del parto, locutado por Gemma Nierga.
La visión más amable de un hospital
En cualquier caso, el espacio reflejó muy bien las emociones que afloran en un paritorio. Y además, desde el respeto: aún tratándose de escenas y momentos tan íntimos, se retrataron de una forma inocente, natural, sin violentar de ninguna manera al espectador, sin imágenes morbosas o excesivamente impactantes (si acaso, emocionantes). Sin embargo, no deja de ser una visión sesgada, demasiado concreta, porque ninguna maternidad es igual que otra. Cada parto es un mundo, pero también cada parturienta y cada matrona. El equipo médico de la maternidad O’Donell se reveló sensible, amable, comprensivo. Pero no todas las mujeres que dan a luz tienen la suerte de contar con profesionales así, que vienen a secarte las lágrimas con un pañuelo.
Se trataba de mostrar las vivencias más vitalistas y positivas de un hospital. Acostumbrados como estamos a adentrarnos en ellos desde la puerta de ‘Urgencias’, enfrentándonos a la cruda realidad de la enfermedad o a la realidad ficcionada de la Medicina y aprendiéndonos los síntomas del lupus, resultó un alivio transformar ese lugar que siempre nos parece sombrio y huele a lejía, en ese espacio único donde tiene lugar el llamado “milagro de la vida”. No sé si así se pretendía, pero me pareció ver el programa como un homenaje a las mujeres, tanto a las que dan a luz como a las que las asisten. Como ellas mismas afirmaban, las matronas están ahí para desempeñar la compliada tarea de “reconducir a las mamás, cuando pierden los papeles”. Pero ¿quien dijo que parir fuera como en las películas?
En ¡Vaya Tele! | ‘Baby Boom’ llega el viernes a laSexta