Hoy en TV, uno de los mejores thrillers de la historia con una secuencia inicial perfecta

Viendo que hasta Trece TV se creen demasiado punteros para poner esas películas viejas en blanco y negro tan excelentes y fundacionales para la historia del medio, sólo nos queda aprovechar los pequeños reductos donde esas películas todavía puedan asomar en la parrilla televisiva. No hay mejor respuesta y reivindicación para este tipo de películas que emitir ‘Sed de mal’.

El mal hace explotar todo

Una de las obras maestras totales de Orson Welles, y su mejor película si me preguntáis a mí, además de una de las cintas esenciales del género negro. Charlton Heston, Janet Leigh y un transformado Welles conforman el reparto de esta formidable y contundente historia que se puede ver a través de La 2 a partir de las 22 horas, como parte de su programación de Días de cine clásico.

En la frontera con México y Estados Unidos, un agente de narcóticos hace un agradable paseo junto a su esposa por la noche, hasta que de repente una bomba hace explosión y causa una gran conmoción. Tras poner a buen recaudo a su mujer, el oficial busca investigar lo sucedido, en principio colaborando con el jefe de policía local, Quinlan. Pero este grotesco hombre se ha forjado una enorme reputación por su métodos abusivos y peligrosos, y no piensa dejar la oportunidad para ser descubierto.

Incluso siendo una película tan anclada a los códigos tan clásicos del noir, donde Welles hace una grandísima inmersión en su breve y esquivo retorno al cine americano tras su exilio, ‘Sed de mal’ se siente rabiosamente moderna. Más incluso que películas recientes. Su manera de introducirnos en la historia, con un perfecto plano secuencia inicial, tiene un brío y una energía inigualable.

Pero también lo es por sus inquietudes humanas, por su preocupación ante la corrupción del ser y de una ciudad cuando se quiere atesorar el poder. Y cómo todo está a una cerilla mal encendida para volar por los aires. El suspense manejado por el director no sólo hace avanzar muy bien la trama, sino que resulta reveladora sobre estos personajes y un sistema pensado para que salgan indemnes los que ejercen y preservan el mal.

Todo desde una excelencia técnica incuestionable, donde la música o la exquisita fotografía (sí, en blanco y negro) son tan fundamentales para el desarrollo narrativo como el bien perfilado guion. Grandes interpretaciones, incluyendo un Welles que consigue vender lo grotesco de su personaje más allá del notable maquillaje. Es una película magistral e imprescindible, y no hay que desaprovechar la oportunidad para verla. Cada vez serán menos las ocasiones.

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