Ayer, en pleno prime time del sábado sabadete, TVE estrenó su nuevo talent musical: 'Uno de los nuestros'. Se trata de una nueva versión del típico formato que ya conocemos todos y que en España comenzó con 'Operación Triunfo' y que siguió con espacios como 'El número uno' o 'La voz'. Conseguir darle la vuelta a un género que ahora mismo está triunfando de nuevo con la segunda edición de una potente 'La voz' no es nada sencillo, pero TVE ha puesto todo su empeño.
Desde hace un tiempo, TVE ha despertado de su parálisis y está ofreciendo novedades a un público que, por otro lado, tiene ganas de dar nuevas oportunidades a su canal público. Los rumores de un nuevo 'Noche de fiesta' nos han asaltado intermitentemente. ¿El propósito? Ofrecer un programa espectáculo que sirva de alternativa a quien no quiera chocarse un sábado noche con la crispada realidad socio-política, con un reality o con una peli que no todos los días puede resultar apetecible. Afortunadamente, TVE ha tratado de reconvertir esa idea, manteniendo la esencia de espectáculo, pero con una cara más actual.
El espíritu de los programas musicales de grandioso decorado y divertimento asegurado que todos disfrutamos en nuestra pública cuando éramos niños parece recogerse en este 'Uno de los nuestros'. Su primer programa me pareció una buena forma de darle la vuelta al típico espacio musical que difícilmente podría haber triunfado con la fórmula de siempre y una manera de ofrecer un talent (vale, sí, otro más) con un extra.
La revisitación de un clásico
En 'Uno de los nuestros', los concursantes quieren labrarse un porvenir musical, como podíamos esperar, pero tienen que ganarse el respaldo de los músicos de orquesta que toca en directo los temas (principal novedad del espacio y para mí, un acierto). Otra de las novedades respecto a espacios similares es el hecho de que el jurado les ponga un reto a los dudosos, a los que no se sabe si pasarán a siguiente ronda, y prácticamente tengan que improvisar un tema que no esperaban. El resultado, dispar, dio verismo al programa.
TVE sí saber hacer este tipo de programas (no podemos olvidar que ellos inventaron 'Operación Triunfo'). El escenario es fabuloso, la puesta en escena que supone una orquesta con músicos en directo, no sólo ofrece grandiosidad a nivel visual, sino que el hecho de que tengan voz y voto y cómo van pulsando su voto negativo mientras los concursantes todavía cantan es una buena idea. Para mí, otro valor es que los concursantes (de momento) se alejan del modelo adolescente que puebla otros programas, y que hablan de su sueño como si las demás personas de este mundo no los tuviéramos.
Por otro lado, el presentador, Carlos Latre, cumplió con su papel de manera correcta. Latre no es el favorito de muchos pero yo creo que es una buena elección para este espacio en el que la faceta espectáculo es imprescindible. Respecto al jurado, creo que tanto Gurruchuga como María del Monte conocen el oficio y saben ponerlo en práctica con toques dulces pero sin empalagar. Un poquito más de recorrido le hace falta a una Roser a la que principalmente parece que le hace falta creer que sí, que ahora es ella la jurado y no la juzgada. Además, la participación del público que canta y baila como en la verbena de los pueblos ofrece esa alegría y familiaridad que busca el programa.
En fin, que a mí me sorprendió agradablemente, principalmente, porque siendo un programa con un desarrollo que todos podemos prever, ofrece entretenimiento, buen humor y una agradable alternativa para pasar el sábado noche. Un pero grandísimo, eso sí, es que el estreno de este espacio suponga relegar un clásico como 'Informe Semanal' a un late en el que puede perderse. Me parece gravísimo que un gran programa como éste, un referente para todos, aquejado de tantos problemas últimamente, se vea enterrado en lugar de tratar de arreglar la oscura situación en la que se está viendo inmerso.
En ¡Vaya Tele! | La 1 estrena 'Uno de los nuestros' el sábado
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