Ayer, los fans de los concursos gastronómicos teníamos una cita ineludible con la final de 'MasterChef', uno de los talents más populares a nivel mundial y que, en nuestra televisión, ha dado oxígeno a un prime time público que necesita éxitos de audiencia como agua de mayo. La cuarta edición del concurso ha cerrado y hacemos un balance de la misma.
La apuesta de TVE por 'MasterChef' nos pareció en su momento una muy buena idea y el hecho de que el espacio consiga cuajar es una gran noticia para La1. 'MasterChef' encaja bastante bien con la imagen blanca y familiar que la cadena necesita ofrecer; pero, al mismo tiempo, ofrece mucho entretenimiento y diversión, algo primario para un espacio.
Las audiencias han acompañado
Una de las mejores noticias para un programa de televisión está asociada, claro está, con sus cifras de audiencia. Así, la cuarta edición de 'MasterChef' puede considerarse todo un éxito gracias a eses 28,4% que logró en el desenlace de la competición y que supone la segunda mejor cifra de su historia, sólo superada por la final de la primera edición, con un 33,1%.
La media de esta temporada ha sido de un 19,7%, lo que supone una mejoría respecto a la tercera edición, que presentaba una línea descendente. Eso sí, en esto de las audiencias para un programa sólido como 'MasterChef' que, realmente, es muy similar temporada tras temporada, tiene mucho que ver la competencia. Este año, los rivales se lo han puesto bastante fácil.
Una gala de tres horas
Para mí, el éxito de 'MasterChef' en la parrilla aún es más importante si nos fijamos en lo que dura cada programa. Si habéis seguido alguna vez en Cosmo 'MasterChef Italia' quizá os haya llamado la atención cómo sus emisiones duran algo más de una hora, unos 70 minutos, lo que permite una competición muy ágil y dinámica.
Éstas son las cosas de nuestra tele. Las casi tres horas que dura el espacio no es un defecto caprichoso, sino una necesidad fruto de la forma en que se concibe el prime time de nuestro país. Conseguir alargar así un espacio le supone a 'MasterChef' incluir más reportajes, más reacciones, más contenido no meramente culinario.
Los concursantes y las pruebas
Y, aún así, como decimos, el resultado es bastante óptimo. Para ello, se apoya en cuestiones fundamentales de formato, como puede ser la personalidad de los concursantes. Sus particularidades lindan para algunos con el mundo del reality pero aportan esa cercanía y cotidianidad que resulta tan necesaria en la tele actual.
Las pruebas, como siempre, han sido espléndidas, con un nivel de dificultad en el que 'MasterChef España' supera con creces a algunos de sus hermanos internacionales. Ver a los concursantes evolucionar realmente y enfrentarse a retos complicados es un deleite visual que supera a cualquier pega.
El futuro
Porque en eso consiste este espacio, en ver cocinar. La riqueza gastronómica de nuestro país juega muy a favor de esa diversidad de platos que vemos. De igual forma, la presencia de nuestras estrellas culinarias aporta un punto técnico que hace que los espectadores ya sepamos qué es una esferificación o los problemas a la hora de usar un sifón.
El futuro del show parece asegurado. Ya renovado, las buenas cifras sólo auguran más éxitos. Y, mientras, tendremos un 'MaterChef Junior' en el que los niños nos sacarán los colores (gastronómicos) a más de uno, y una edición VIP, con ese gusto por la fruslería que se pueden permitir los grandes.
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