Soy de los que piensan que La 1 se enfrenta hoy en día a una marea de críticas a la que se suman algunas por inercia, sin que realmente tengan solidez por sí mismas y que están dirigidas a abultar mecánicamente ese conjunto de reproches que se lanzan continuamente sobre la actual cadena pública. Pero también pienso que los directivos de La 1 tienen la costumbre de hacer oídos sordos a la mayoría de estas críticas, precisamente porque ellos creen que se trata de una campaña de acoso y derribo sin justificación alguna y no existen quejas fundamentadas que deban ser tenidas en cuenta.
Esta última opción explicaría la estrategia que se ha seguido con Mariló Montero, la actual presentadora de 'La mañana', que en los últimos meses ha sido el centro de una diana de críticas debido a los desafortunados comentarios que ha realizado como conductora de su programa. A ella la hemos oído cuestionando la donación de órganos de asesinos, comparando los encierros de San Fermín con la tragedia del Madrid Arena y siendo minuciosa sobre el levantamiento de un cadáver justo después de apuntar que no entraría en detalles. Ahora, ha vuelto a la palestra por sus elucubraciones sobre el crimen de Asunta, lo que ha dejado en evidencia, una vez más, que quizá no es la más adecuada para estar al frente del magazine de mañana de la cadena pública.
Algunos pensarán que las críticas hacia Mariló Montero son excesivas y a estos mismos habría que recordarles la importancia de lo público en esta historia, que hace que cualquier espacio que salga del bolsillo de los ciudadanos tenga que ser analizado con una lupa especial, enfrentándose a unos exámenes más exhaustivos de los que tienen los demás. Esto no significa que estemos dispuestos a no ser críticos con el resto de ofertas, sino que deseamos lo mejor para una opción que es de todos, que debe marcar la diferencia y que por lo tanto no puede contar con nuestra disposición para tolerar actitudes que no están al nivel de lo que merecemos como espectadores.
Información rigurosa, sentido de la responsabilidad y respeto por los espectadores son algunos de los principios que Mariló Montero ha demostrado no saber acatar y se presenta al frente de 'La mañana' como si se tratara de un espacio televisivo sin esa relevancia pública, que puede llenar con verborrea, frivolidades y sensacionalismo sin que existan consecuencias. Ella ya ha demostrado que no tiene ningún pudor para ensuciarse a la hora de llevar su programa, donde se usan las mismas armas de la competencia para luchar contra ella, cuando 'La Mañana', como el resto de programación de La 1, batalla en una guerra diferente por pertenecer a una televisión que pagamos todos y que hoy se encuentra muy lejos de su mejor momento.
Precisamente que Mariló Montero siga hoy en día al frente de 'La Mañana' es una buena metáfora de lo que ha ocurrido con la imagen de La 1 en estos últimos meses, ya que el hecho de que sus salidas de tono no hayan tenido consecuencias mayores está directamente relacionado con los motivos que explican el deterioro que ha vivido la cadena pública últimamente. Esa es otra de las razones por la que su trabajo debe estar cuidado al detalle por lo que, si la presentadora no está acostumbrada a pensar antes de hablar, no se le debería mantener como uno de los principales altavoces de la actual cadena pública.
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