Hoy da comienzo la primera edición de Eurovisión de la época “post Chiquilicuatre”. Asumiendo que el efecto mediático del año pasado fue flor de un día, TVE ha renunciado a emitir en directo la primera semifinal que tendrá lugar esta noche y en su lugar, y en La 1, ofrecerá un especial de ‘Los mejores años’ en el que se hará un repaso de la historia del Festival.
Esta primera semifinal se podrá ver más tarde en diferido en La 2. Este pequeño detalle ha provocado el consiguiente mosqueo de portugueses y andorranos (con amenazas de boicot incluidas), cuyos representantes se juegan hoy con el televoto el paso a la final del sábado. TVE comienza haciendo amigos en un concurso en el que las filias entre los países vecinos son fundamentales.
La segunda semifinal del jueves sí se ofrecerá en directo en La 2, como anticipo de la gran final del sábado. Como comentamos hace unos meses, la mayor novedad de esta edición es la recuperación parcial del jurado, que compartirá con el consabido televoto, la responsabilidad de otorgar los diferentes puntos. Veremos si este detalle provoca una gran diferencia en el resultado o volvemos a ver un ganador de algún país de los Balcanes o de las repúblicas ex soviéticas.
Soraya, nuestra representante elegida en aquel inefable programa presentado por Alaska, acude con la canción “La noche es para mí”, una mala mezcla de varios ingredientes de las canciones que han ganado Eurovisión en los últimos diez años. Por si acaso no la habéis oído doscientas veces en los últimos meses, esta es la canción que cerrará el sábado el turno de actuaciones.
De momento, la representante española no parte entre las favoritas. Su puesta en escena, según las webs especializadas, es su principal punto débil. Miedo me da, porque yo pensaba que la canción era su principal punto débil, así que lo de la puesta en escena puede ser tremendo.
Con respecto al resto de participantes, este año no parece haber grandes arranques de originalidad ni de genialidad. Alemania pondrá la “nota de color” en el festival con la participación durante su actuación de la stripper norteamericana Dita Von Teese.
Noruega, que vuelve a recurir al tradiconalmente exitoso rollo folklórico, con un niño de unos quince años cantando y tocando el violín es, a priori, el principal favorito. Se le podrá ver en la segunda semifinal y, si tenéis mucha curiosidad, en el siguiente vídeo.
Otros favoritos son Bosnia-Herzegovina (que tendría todas las papeletas si se mantiene la tradición de apoyo a los países vecinos), Turquía (que lleva una canción que tampoco hemos oído nunca en Eurovisión) o Grecia que, sinceramente, es de lo más pasable que se presenta este año al Festival:
Por diferentes a lo que se suele ver habitualmente en este evento, merecen una mención especial Portugal y Suiza:
En ¡Vaya Tele! | Eurovisión
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