Voy a intentar dar una visión un poco diferente a la de mis compañeros sobre la elección de Rodolfo Chichilikuatre como representante en Eurovisión. Vaya por delante que el chiki chiki me parece, como canción, horrible; como broma, graciosa; como promoción de Buenafuente, fantástica. Pero creo, sobre todo, que los que piensen que Rodolfo Chikilikuatre va a revolucionar Eurovisión, la va a hundir o la va a ganar probablemente se van a llevar una decepción.
En primer lugar, porque la broma, graciosa o no, es sólo para nosotros. En Europa no van a entender la letra de la canción; no conocen a Buenafuente ni El Terrat. Sólo van a ver a un friki con una canción horrible, como una gran parte de los que van a ese festival.
En segundo lugar, esto ni es nuevo, ni es original. Muchos países antes que nosotros han enviado propuestas con el objetivo de hacer mofa o reirse del festival. Muchos eran verdaderamente frikis, muchos eran divertidos, muchos eran muy provocadores y algunos, además, llevaban buenas canciones. Finlandia 2006, Austria 2003, Eslovenia 2002, son algunos ejemplos. Ya antes fue algún showman televisivo para hacer la gracia (una gracia, perdonadme, quizá más divertida que la del Chikilikuatre: Ucrania 2007). De todos ellos, algunos quedaron muy bien colocados (los que además de una propuesta divertida tenían una buena canción) y otros pasaron sin pena ni gloria, pero ninguno provoco una gran revolución. Por último, personalmente prefiero sin duda al Chikilikuatre a cualquiera de las propuestas que no son más que repeticiones de lo que enviamos año tras año (al menos nosotros sí nos reiremos), pero también creo que hemos perdido la opotunidad de enviar por una vez algo de verdad nuevo y diferente. Mi voto ayer fue para La Casa Azul.
A continuación podéis ver la actuación de Ucrania en 2007 de la que os hablaba antes, como ejemplo de lo que viene haciéndose en Eurovisión desde hace ya algún tiempo.