Díselo bailando, otro pufo para La 1

No voy a entrar a valorar el interés de un concurso en el que tres colectivos le preparan a un ser querido una coreografía sorpresa para hacerle feliz. Habéis leído bien, Díselo bailando es un concurso porque el público del plató vota al grupo que mejor lo ha hecho y el colectivo gana un viaje a Londres para ver un muscial. Un premio pobre que deja en evidencia el hecho de que lo que realmente quieren que nos interese del programa es la lágrima de las conmovedoras historias que nos presentan y el premio es la excusa para ofrecer un reality que, de tan blanco, aburre.

Lo que me parece realmente cuestionable es que Televisión Española programe Díselo bailando después de haberlo rechazado porque no alcanzaba los niveles mínimos exigidos por la cadena. Tras ver ayer el estreno comprendo aquella decisión y me gustaría saber qué les ha hecho cambiar de idea. Pese a ser un programa de baile, a Díselo bailando le falta mucho ritmo y se nota que lo alargan innecesariamente con entrevistas y diálogos que poco o nada aportan al asunto. Por otro lado, el eje central del espacio no son las coreografías sino los mensajes de amor que se repiten constantemente entre los participantes y sus homenajeados, mensajes que Carlos Sobera fuerza sin demasiada gracia.

Pero que no cunda el pánico. Me da la sensación de que con la emisión de este programa se han querido quitar de encima los programas grabados. No es una fecha de estreno óptima y parece que los responsables de la cadena han preferido darle una oportunidad al programa para cancelarlo con argumentos de audiencia. Por mucho que el verano sea una época rara y haya cosas que se han mantenido después, estrenar un programa a mediados de agosto es no darle fuelle porque septiembre está a la vuelta de la esquina y en dos semanas no conseguirá convertirse en imprescindible. Vaya negocios más raros que llevan entre manos.

En ¡Vaya Tele! | Otra cancelación para La 1, son demasiadas

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