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La obsesión tiene formas muy diferentes de manifestarse. Y en lo artístico, en lo audiovisual, suele tener el sello de las obras que dan tumbos, bandazos, pasan por problemas y parecen siempre al borde de lo imposible pero nunca dejan de hacerse. Ejemplos hay cientos y ‘Celia’, la serie televisiva estrenada por Televisión Española en 1993, es uno de ellos. En este caso, la obsesión de José Luis Borau por convertir en imágenes las novelas infantiles de Elena Fortún, autora española que creó el personaje entre 1920 y 1930.
Borau es responsable de que los únicos seis episodios de la serie vieran la luz a pesar de los problemas económicos, de las dificultades para convencer al resto de participantes del proyecto, de los episodios pospuestos una y otra vez y de los 8 capítulos que nunca se rodaron. De aquel proyecto difícil nació una de esas series que dan lustre a la etiqueta “para todos los públicos”.
‘Celia’: Hay en Madrid una niña
‘Celia’ es una serie histórica, dramática, infantil, fantástica y todo a la vez. Es un cuadro costumbrista de la niña de siete años Celia Gálvez, que vive en Madrid en 1932 al cuidado de sus padres y de una institutriz inglesa, que acaba huyendo de la casa por las humillaciones que sufre de la niña. La llegada de una nueva cuidadora, Doña Benita, servirá para que el mundo de Celia, medio real y medio de fantasía, se haga aún más importante.
José Luis Borau llegó a los libros de Elena Fortún gracias a la escritora Carmen Martín Gaite y se encadiló tanto que trató de convencer a la propia Martín Gaite de que había que llevarla a la televisión. Él quería ocuparse de los aspectos de la producción, de convencer primero a TVE y después de conseguir que la historia gustase también a otras televisiones para poder iniciar un acuerdo de coproducción que la hiciera posible.
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Siempre me ha molestado ese criterio que hay en muchos países, sobre todo en España, de que cualquier cosa vale si es para niños. Se trabaja con la impunidad de que a los niños se le dan abalorios, no van a protestar y les van a encantar. Siempre he tenido la idea de que a los niños hay que darles lo mejor. Y creo que la mejor literatura infantil que se ha hecho en España es la de Elena Fortún. Además, descubrí por casualidad quién era Elena Fortún, a quien le pasaron todas las cosas imaginables y no imaginables, y me interesaron aún más lo libros de Celia. – José Luis Borau.
La odisea de hacer una serie para aquella TVE
Desde el principio, Borau se encontró dificultades de sobra como para desestimar el proyecto: a Martín Gaite los libros originales le gustaban tanto que creía muy difícil llevar a buen puerto la adaptación. Y más: Borau tuvo que aceptar dirigir la serie, pese a haber mostrado su negativa a trabajar para televisión, porque no encontró director que quisiera encargarse y el único que quiso, José Luis Cuerda, proponía una adaptación muy diferente de la del productor. Y después, los problemas económicos de una TVE siempre en el alambre.
Borau explicó a El País que le propuso la serie a Pilar Miró en 1987. Desde que ésta aceptó hasta que la serie se emitió pasaron seis años y los bandazos económicos y políticos del Ente no contribuyeron a hacer de ‘Celia’ un proyecto mucho más agradable.
TVE firmó un acuerdo con las televisiones públicas de Francia, Italia y Alemania para coproducir el proyecto, pero la gran parte de la financiación era a su cargo. Sin embargo, al final fue el propio Borau el que tuvo que poner dinero de su bolsillo para lograr que el proyecto tuviese al menos seis episodios. Se proyectaron 14, con sus guiones correspondientes, pero tras el sexto nunca más se volvió a retomar la idea. De hecho, ese sexto episodio acaba con la promesa de que llegarían más: no fue posible.
Viviendo un cuento de hadas: El cuidado y los detalles
‘Celia’ es una delicia de serie por muchas razones: porque las historias originales ya lo eran, desde luego, como se puede comprobar desde que Alianza decidiera reeditar los libros de Fortún aprovechando el tirón de la serie (siete millones de espectadores). También por ese equilibrio mágico con el que se manejan los guiones entre la realidad de unos adultos que Celia no entiende y el mundo propio, fantástico, que se va creando la niña. Y, por supuesto, por la estética de la serie, donde se ve bien el dinero invertido y que consigue encajar todas las piezas: vestuario, fotografía y hasta la música, con Vainica Doble dando otra canción perfecta para una cabecera dibujada por Francisco Molina, quien también ilustró los libros originales.
El reparto de actores incluye también algunos de esos nombres infalibles de la escena española: Aurora Redondo como Doña Benita, Ana Duato como la madre de Celia o Pedro Díez del Corral como su padre, junto a otros secundarios perfectos (Tito Valverde, Sian Thomas, María Isbert, María Luisa Ponte, Silvia Munt…). Pero, claro, la estrella indiscutible de la función es la niña protagonista, Cristina Cruz, cuyo casting contó con más de 3.000 niñas y duró cinco meses. En la web de RTVE hay un video que explica las dificultades para encontrar a una Celia a la altura.
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Lo curioso es que, pese a los problemas para que ‘Celia’ finalmente pudiese emitirse, Borau tenía razón: había en ella una joya en potencia, capaz de cautivar al público y de no pasar de moda. TVE lo entendió pronto: la ha tratado bien tanto en sus ediciones en DVD como ahora en digital, cuando tiene los seis episodios en su web para disfrutarlos en cualquier momento. Eso es suficiente para reparar un poco el daño de que los 8 guiones restantes nunca se rodasen.
Ficha Técnica: Celia
La obsesión tiene formas muy diferentes de manifestarse. Y en lo artístico, en lo audiovisual, suele tener el sello de las obras que dan tumbos, bandazos, pasan por problemas y parecen siempre al borde de lo imposible pero nunca dejan de hacerse. Ejemplos hay cientos y ‘Celia’, la serie televisiva estrenada por Televisión Española en 1993, es uno de ellos. En este caso, la obsesión de José Luis Borau por convertir en imágenes las novelas infantiles de Elena Fortún, autora española que creó el personaje entre 1920 y 1930.
Borau es responsable de que los únicos seis episodios de la serie vieran la luz a pesar de los problemas económicos, de las dificultades para convencer al resto de participantes del proyecto, de los episodios pospuestos una y otra vez y de los 8 capítulos que nunca se rodaron. De aquel proyecto difícil nació una de esas series que dan lustre a la etiqueta “para todos los públicos”.
‘Celia’: Hay en Madrid una niña
‘Celia’ es una serie histórica, dramática, infantil, fantástica y todo a la vez. Es un cuadro costumbrista de la niña de siete años Celia Gálvez, que vive en Madrid en 1932 al cuidado de sus padres y de una institutriz inglesa, que acaba huyendo de la casa por las humillaciones que sufre de la niña. La llegada de una nueva cuidadora, Doña Benita, servirá para que el mundo de Celia, medio real y medio de fantasía, se haga aún más importante.
José Luis Borau llegó a los libros de Elena Fortún gracias a la escritora Carmen Martín Gaite y se encadiló tanto que trató de convencer a la propia Martín Gaite de que había que llevarla a la televisión. Él quería ocuparse de los aspectos de la producción, de convencer primero a TVE y después de conseguir que la historia gustase también a otras televisiones para poder iniciar un acuerdo de coproducción que la hiciera posible.
Siempre me ha molestado ese criterio que hay en muchos países, sobre todo en España, de que cualquier cosa vale si es para niños. Se trabaja con la impunidad de que a los niños se le dan abalorios, no van a protestar y les van a encantar. Siempre he tenido la idea de que a los niños hay que darles lo mejor. Y creo que la mejor literatura infantil que se ha hecho en España es la de Elena Fortún. Además, descubrí por casualidad quién era Elena Fortún, a quien le pasaron todas las cosas imaginables y no imaginables, y me interesaron aún más lo libros de Celia. – José Luis Borau.
La odisea de hacer una serie para aquella TVE
Desde el principio, Borau se encontró dificultades de sobra como para desestimar el proyecto: a Martín Gaite los libros originales le gustaban tanto que creía muy difícil llevar a buen puerto la adaptación. Y más: Borau tuvo que aceptar dirigir la serie, pese a haber mostrado su negativa a trabajar para televisión, porque no encontró director que quisiera encargarse y el único que quiso, José Luis Cuerda, proponía una adaptación muy diferente de la del productor. Y después, los problemas económicos de una TVE siempre en el alambre.
Borau explicó a El País que le propuso la serie a Pilar Miró en 1987. Desde que ésta aceptó hasta que la serie se emitió pasaron seis años y los bandazos económicos y políticos del Ente no contribuyeron a hacer de ‘Celia’ un proyecto mucho más agradable.
TVE firmó un acuerdo con las televisiones públicas de Francia, Italia y Alemania para coproducir el proyecto, pero la gran parte de la financiación era a su cargo. Sin embargo, al final fue el propio Borau el que tuvo que poner dinero de su bolsillo para lograr que el proyecto tuviese al menos seis episodios. Se proyectaron 14, con sus guiones correspondientes, pero tras el sexto nunca más se volvió a retomar la idea. De hecho, ese sexto episodio acaba con la promesa de que llegarían más: no fue posible.
Viviendo un cuento de hadas: El cuidado y los detalles
‘Celia’ es una delicia de serie por muchas razones: porque las historias originales ya lo eran, desde luego, como se puede comprobar desde que Alianza decidiera reeditar los libros de Fortún aprovechando el tirón de la serie (siete millones de espectadores). También por ese equilibrio mágico con el que se manejan los guiones entre la realidad de unos adultos que Celia no entiende y el mundo propio, fantástico, que se va creando la niña. Y, por supuesto, por la estética de la serie, donde se ve bien el dinero invertido y que consigue encajar todas las piezas: vestuario, fotografía y hasta la música, con Vainica Doble dando otra canción perfecta para una cabecera dibujada por Francisco Molina, quien también ilustró los libros originales.
El reparto de actores incluye también algunos de esos nombres infalibles de la escena española: Aurora Redondo como Doña Benita, Ana Duato como la madre de Celia o Pedro Díez del Corral como su padre, junto a otros secundarios perfectos (Tito Valverde, Sian Thomas, María Isbert, María Luisa Ponte, Silvia Munt…). Pero, claro, la estrella indiscutible de la función es la niña protagonista, Cristina Cruz, cuyo casting contó con más de 3.000 niñas y duró cinco meses. En la web de RTVE hay un video que explica las dificultades para encontrar a una Celia a la altura.
Lo curioso es que, pese a los problemas para que ‘Celia’ finalmente pudiese emitirse, Borau tenía razón: había en ella una joya en potencia, capaz de cautivar al público y de no pasar de moda. TVE lo entendió pronto: la ha tratado bien tanto en sus ediciones en DVD como ahora en digital, cuando tiene los seis episodios en su web para disfrutarlos en cualquier momento. Eso es suficiente para reparar un poco el daño de que los 8 guiones restantes nunca se rodasen.
‘Celia’: Hay en Madrid una niña
- Género: Drama Histórico
- Cadena: La 1 (1993)
- Emitida en España: TVE
- Disponibilidad DVD: Serie completa. También disponible en la web de RTVE
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Género: Drama Histórico
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Cadena: La 1 (1993)
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Emitida en España: TVE
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Disponibilidad DVD: Serie completa. También disponible en la web de RTVE
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