Momento de inflexión en la carrera de uno de los cineastas más talentosos de nuestro tiempo, M. Night Shyamalan, esta epopeya de ciencia ficción protagonizada (y diseñada en buena medida, algo que juega en su contra) por Will Smith, fue un misterio en taquilla que, como 'Airbender, el último guerrero', no fue ni un fracaso ni un éxito. Ambos títulos duplicaron su presupuesto en la recaudación, pero a nivel artístico ambos trabajos se mostraban muy alejados del sello personal de un autor excepcional. 'After Earth' se emite esta noche en TVE 1.
No sin mi hijo
Con un presupuesto de 130 millones, 'After Earth' recaudó algo menos de la mitad en Estados Unidos, arreglando las cuentas con casi 200 millones internacionales y salvando por los pelos una carrera que, afortunadamente, empezó a resurgir con su siguiente proyecto.
Hay en la película, sobre todo durante sus primeros minutos, en los que se intuyen las maneras y algunos de los tics que nos cautivaron del director. El interior de la nave, la jaula, hay una construcción del suspense que se disfruta, y unos ecos de aquella joya (por favor, ese bluray está tardando demasiado) titulada 'El Bosque'. 'After Earth' es ciencia ficción emocional y emocionante, ecologista y entretenida. Muy por encima de productos más fríos, artificiales y pretenciosos como, 'Oblivion', por poner un ejemplo.
Will Smith fue responsable de gran parte de la dirección de la película, sobre todo a la hora de dirigir a su hijo Jaden. Lo hizo en lo referente a la actuación y el desarrollo emocional de su personaje en la historia y en pantalla, algo que al final caería sobre los hombros de un Shyamalan que asumiría la culpa más adelante. Pero a pesar de las malas decisiones, porque hay varias en la película, hay un aire de aventura clásica que logra atrapar al espectador más dispuesto a dejarse llevar.
Antes mencionaba 'Oblivion', la película protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Joseph Kosinski. Ambos títulos fueron señalados como promociones de la Cienciología, ejercicios resplandecientes diseñados para atraer a las masas a las salas de cine y, de paso, buscar adeptos. Según Shyamalan, nada de eso es cierto: "'After Earth' es ante todo un drama íntimo y pequeño sobre un padre y su hijo. La ciencia ficción y el espectáculo son solo un telón de fondo. Podría recrear fácilmente esta película sobre el escenario de un teatro con la decoración de un barco de cartón".
El ambicioso proyecto era mucho más que una película. Sony había invertido mucho en ella, creando un universo extendido para dar una mayor credibilidad al trabajo del cineasta. Inicialmente, la película se tituló 'One Thounsand After Earth', y para promocionar el largometraje, Sony presentó una cronología en Facebook de más de 100 años. Se remontaba a 1908, la época del accidente de una nave espacial extraterrestre. El objetivo era explicar las consecuencias en los hechos de la película.
Pero el desarrollo de este rico (y tal vez demasiado forzado) universo no se detiene ahí. Se publicó un cómic para respaldar la historia de la película, 'After Earth: Innocence', una novela gráfica que profundizaba en el universo representado en la película. Otro libro, 'After Earth: Ghost Stories', contaba los orígenes de la historia.
Es fácil ver que este proyecto era demasiado grandilocuente, exigente y ambicioso para la gran mayoría de espectadores potenciales de la película, pero la combinación entre Smith y su hijo, un actor entonces con poca experiencia para sostener ese peso sobre sus hombros, y su cristalina visión de la suciedad y el fin del mundo, demasiado cercana a la cinemática de videojuegos, tampoco eran las más adecuadas.
Con todo, 'After Earth' es una buena elección para cerrar el verano, o al menos el mes de agosto, con un título refrescante que probablemente pasara más desapercibido de lo que merecía. Nunca es mal momento para un Shyamalan.
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