Decía hoy Manuel Campo Vidal en el Informativo de Cuatro que a Walter Cronkite se le debe la invención del telediario tal y como lo conocemos hoy y que fue el primero en contar la actualidad en treinta minutos, toda una revolución que antes de él nadie se había planteado. Además de eso, fue el narrador de algunos de los hitos más importantes de la historia reciente de Estados Unidos y allí se le elevó a categoría de mito.
Que un periodista sea considerado como una de las personas más confiables de un país dice mucho de su labor y su muerte ha elevado el número de elogios por metro cuadrado en los medios. Su presencia en la CBS fue el referente mundial de la narración de la muerte de JFK, de la llegada del hombre a la luna o del caso Watergate, además de sus reportajes de guerra o de los documentales que presentó. Líder de audiencia en los años que estuvo al frente de su informativo, de los años sesenta hasta 1981, su credibilidad fue absolutamente sólida, una virtud muy extraña en nuestros días.
Cronkite terminaba sus informativos con la frase "And that's the way it is", que podría traducirse como "Y así son las cosas". La expresión se parece mucho a la que usaba Ernesto Sáenz de Buruaga en el cierre de sus informativos: "Así son las cosas, y así se las hemos contado". Y ahí parece residir la diferencia: en cómo contaba las cosas Walter Cronkite y cómo las cuentan muchos de los directores de informativos actuales.
¿Podría hoy en día un periodista reputado alcanzar el grado de credibilidad casi unánime que tuvo Cronkite? No se me ocurre nadie en nuestro país que pudiese representar mínimamente ese papel. Objetividad e independencia son en la actualidad dos grados profesionales difíciles de alcanzar y casi representan un espejismo. La trayectoria de Cronkite demuestra que existieron y que son posibles.
Vía | El País Imagen | Nasa En ¡Vaya Tele! | La credibilidad informativa de la televisión
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