La tercera serie de la franquicia ‘Stargate’ tiene dos obstáculos importantes que salvar para ganarse al público, y a la crítica: uno es la alargada sombra de ‘Stargate SG-1’, la serie de ciencia ficción más longeva de la historia de la televisión estadounidense, y de ‘Stargate Atlantis’, ya canceladas y que eran de los programas con más seguidores de Syfy; el otro problema es, teniendo a un grupo heterogéneo de personas atrapadas en una antigua nave con rumbo desconocido, luchando por sobrevivir, salirse cuanto antes de las comparaciones con ‘Battlestar Galactica’ (y con ‘Star Trek: Voyager’), necesario para que ‘Stargate Universe’ encuentre su propia voz y su identidad como un ente independiente.
Sus creadores, Brad Wright y Robert Cooper, no se han cansado de repetir que no es necesario haber visto nada de las series anteriores de Stargate para ver la nueva encarnación, y que su objetivo es que ‘Universe’ sea más seria y adulta que sus predecesoras, que optaban más por el escapismo y por el humor. Por ahora, la audiencia está respondiendo (los dos primeros capítulos han superado a ‘Dollhouse’) y, en general, los críticos también la han recibido bien. Esta noche se emite el tercer capítulo en Estados Unidos y, aunque es pronto para ver por dónde puede ir la serie, sí se pueden comentar algunas impresiones iniciales.
Ya sabemos cuál es su premisa inicial. Un grupo de gente que incluye civiles, políticos, militares y científicos tiene que escapar a través de una de las puertas estelares de una base que está siendo atacada por un enemigo desconocido. En lugar de ir a la Tierra, aparecen en una extraña y vieja nave, cuyo rumbo fue fijado en su lanzamiento, millones de años de atrás, y que sus nuevos tripulantes desconocen. La puerta estelar de la nave no les permite regresar a la Tierra, pero sí pueden trasladarse a otros planetas, aquellos cuyas direcciones no estén bloqueadas por la puerta. En apariencia, es sencillo, pero los malabarismos para hacer que esto funcione no lo son tanto. Cooper y Wright deben abrir el universo Stargate lo suficiente para atraer a nuevos espectadores (su título, como ya le ocurría a ‘Battlestar Galactica’, es a la vez una maldición y una bendición), pero han de mantener suficientes constantes con las series anteriores para no espantar a los fans (ahí entran los cameos en el piloto de Richard Dean Anderson, Amanda Tapping y Michael Shanks).
Por ahora, y mientras encuentre su propia voz, la serie resulta entretenida. Es cierto que reproduce el conflicto entre el militar al mando y el científico más inteligente tan clásico en estos casos, que su estilo semidocumental no es demasiado original y que también posee a su Hurley particular, Eli Wallace, que es un poco el punto de vista de la audiencia. Da la sensación, por lo que han dejado ver del teniente Scott, que bastantes personajes van a ser algo distinto de lo que parecen, y que unos cuantos, entre ellos el doctor Rush, guardan secretos que pueden resultar interesantes. Habrá que ver cómo sigue de aquí al final de su primera temporada, pero ‘Stargate Universe’ apunta a una interesante evolución de la saga de las puertas estelares.
Web oficial | ‘Stargate Universe’ en Syfy
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