El pasado lunes, The CW emitió el último capítulo de la primera temporada de ‘Life Unexpected‘, y aún no sabemos si será también el último de la serie. Su estreno el pasado enero suscitó mucha expectación y, tras ver el capítulo piloto, se confirmaron las sensaciones de cambio en la línea argumental que siguen la mayoría de series de la cadena, abandonando el rollo adolescente y centrándose más en la dramedia familiar con un punto de partida (el reencuentro de una adolescente con sus padres biológicos) muy atractivo. La lástima es que a partir del piloto, todo cayó en picado.
El esquema de los capítulos comenzó a repetirse y la trama empezó a resultar demasiado cansina. No había capítulo en que Lux no hiciera las maletas para marcharse, convenciéndose de lo contrario después de la charlita del personaje de turno (ya sea Cate, Baze o Ryan). Los odios de la pareja protagonista hacia Baze se me hacían demasiado exagerados e infundados, y la actitud de Lux hacia sus padres comenzó a exasperarme en demasía; porque, sed sinceros, ¿a cuántos de vosotros os han entrados ganas de pegarle un par de bofetadas?
La niña adulta y responsable que nos presentaron al principio resultó ser no más que una malcriada, llorona y caprichosa que sólo miraba por su bien (a destacar la escena en que pide a Cate que adopte a su amiga Tasha justo después de que Ryan decidiera dar por terminada su relación). Por otro lado, han explotado demasiado poco la tensión sexual entre Cate y Baze, salvo en la recta final de la temporada, cuando por fin las cosas empezaron a ponerse interesantes.
Una boda en dudas con un tercero en discordia dispuesto (a medias) a poner las cosas difíciles se antojaba de lo más interesante; en este tema se centró por completo el capítulo final, un episodio lleno de clichés pero que aun así logró mantener la duda en el espectador sobre si habría o no habría boda; y a pesar de que el resultado final podía parecer obvio, todos (o casi todos) nos llevamos un profundo “¡Zas, en toda la boca!”.
Y es aquí donde entra el tema de la renovación. El último capítulo bien podría considerarse un final cerrado (maldito beso final que no deja la puerta abierta), pero también conserva todo el potencial necesario para desarrollar una segunda temporada que, en mi opinión, debería realizarse. Las tramas relacionadas con la adopción ya no tienen cabida, y es un buen momento para empezar a enfocar la serie de otra forma, centrándose más en las relaciones sentimentales que tan atractivas nos resultan (o al menos a mí me lo parecen). Además, me niego a que Cate termine con Ryan; y punto.
Las audiencias no han ido del todo bien, con muchos altibajos y cerrando temporada con 1,8 millones de espectadores. En principio la renovación no pintaría demasiado bien, pero los rumores de cancelación de ‘Melrose Place‘ y el más que posible fin de ‘One Tree Hill‘ (tras la marcha de dos protagonistas la pasada temporada y el fichaje de Sophia Bust para el piloto de ‘Southern Disconfort’ en la ABC) podrían dar una merecida oportunidad a ‘Life Unexpected’. Cruzaremos los dedos.
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