No hace falta que recuerde el caso, creo que con la foto que encabeza el post todos sabéis lo que ocurrió, ¿no? Janet Jackson, en plena final de la Superbowl, vio cómo Justin Timberlake le rompía el traje que llevaba y dejaba al descubierto un pecho. Bueno, ésa es la versión oficial. En realidad, lo que vimos de Janet no era casi nada: una estrella cubriendo completamente el pezón, lo que muchos bikinis de hoy en día tapa en las playas.
Aquello, en EEUU, fue un shock y, claro, la manera de solucionarlo fue multar a la CBS, la cadena que retransmitía la actuación, con una multa de 550.000 dólares. Ahora, la corte de Apelación ha asegurado que la cadena no debería haber sido responsabilizada del incidente y que la multa no tuvo que haberse aplicado. Se reconoce así que se buscó un cabeza de turco rápido para acallar las voces más fácilmente escandalizables de la sociedad norteamericana.
Fue una decisión muy controvertida y que abría un peligroso antecedente: ¿quiénes eran los responsables de lo ocurrido? ¿Los artistas, que prepararon el espectáculo? ¿O la televisión, que lo emitió? La Comisión Federal de Comunicaciones se decantó por la última opción.
En aquel momento, la FCC, el máximo organismo regulador de los medios en EEUU, estaba liderada por Michael Powell, el polémico hijo de Colin Powell. Su labor al frente de la FCC siempre fue criticada: se rigió con puritanismo y evidente ánimo censor en muchas ocasiones, pero el caso de la Jackson fue el último ejemplo. A partir de entonces, todas las televisiones de EEUU corrían el riesgo de ser sancionadas por cosas como, por ejemplo, un streaker corriendo desnudo en la cancha de Wimbledon.
Cuatro años han tardado los tribunales estadounidenses en regresar a la cordura. Una cosa es legislar con medidas de protección del menor y otra muy distinta es que, en última instancia, se utilicen las leyes para rebajar la tensión y desviar la polémica. La CBS tuvo poca culpa de aquel pezón que tantos quebraderos de cabeza le trajo y es bueno que así lo haya reconocido la corte de Apelación.
y, ahora, ¿se quitarán esas retransmisiones con 30 minutos de retraso, autoimpuestas por las televisiones después del incidente para evitar problemas?
Vía | El País