"El brazo catódico del Grupo Prisa apuesta por el 'amarillismo' y las audiencias". Así titula Alerta Digital una información que recoge las opiniones de algunos vecinos del barrio malagueño de Palma-Palmilla respecto al reportaje de Callejeros, el programa de Cuatro, sobre su barrio. El reportaje se centró, según los vecinos, en mostrar el lado más marginal y decadente del barrio (miseria, drogas, etc...) obviando otra parte, que consideran mayoritaria y que no aparece por ningún lado en el programa: las asociaciones de vecinos, las iniciativas comunitarias, las personas con una vida normal...
Dejando al margen el posible sesgo que puede tener la información de origen, lo cierto es que pone sobre la mesa una cuestión bastante interesante. Callejeros es un programa que hace gala de transmitir "la realidad": un periodista, una cámara... y no hay más artificios. Podría pensarse, por lo tanto, que el formato de Callejeros es un fiel transmisor de la verdad, que no hay intervención ni manipulación. Que es objetivo.
Pero obviamente eso no es así. La selección de temas es una decisión editorial. La selección de entrevistas es una decisión editorial. El montaje definitivo es una decisión editorial. Por lo tanto, cuando veamos este tipo de programas, habremos de tomar todas las precauciones necesarias para descontar el sesgo que puedan haber querido incorporar sus responsables. No es la realidad lo que nos transmiten, sino la parte de la realidad que quieren transmitirnos. ¿Es mentira lo que cuentan? No. Pero seguro que no es toda la verdad.
Lo cual no es malo en sí mismo, pero sí se transforma en malo si lo tomamos por algo objetivo en vez de por lo que en realidad es, un programa totalmente subjetivo.
Vía | Meneame