¿Os acordáis cuando en ’2001: una odisea en el espacio’ el ser humano utiliza por primera vez un hueso como utensilio? Pues, en la vida de todos nosotros, también hubo un primer momento en el que nos sentaron en el sofá, encendieron la tele y nos pusieron un programa infantil. Seguramente, no sabíamos qué eran aquellos colores que salían de la pantalla que antes había sido gris, pero nos quedamos fascinados, embelesados, patidifusos… y así hasta ahora.
En muchas ocasiones, los padres encuentran en la televisión un respiro en su constante labor de cuidadores. Que un niño se entretenga mirando un programa en la tele, en principio no tendría que suponer ningún problema, pero ¡ay!, queremos que nuestros hijos sean los más listos y los más buenos, y por eso, nos es necesario saber qué tipos de contenidos se están poniendo al alcance de los niños. ¿Qué programas escogen los adultos para que vean sus hijos? Hoy repasaremos algunos de los preferidos.
‘Pocoyó’
‘Pocoyó’ es un ejemplo de serie que ha conseguido el éxito no sólo gustando a los niños, sino también a los padres. Muchos adultos disfrutan con las aventuras de este personaje ideado por la productora española Zinkia. ‘Pocoyó‘ fue una auténtica sorpresa incluso para sus creadores, que en muy poco tiempo vieron cómo su serie comenzaba a recibir el reconocimiento internacional.
Aunque la serie estaba pensada para un público objetivo de entre 1 y 4 años, su audiencia media supera este nivel de edad y, de hecho, en países como Inglaterra ha sido uno de los favoritos de las amas de casa. Pocoyó tiene un diseño sencillo y atractivo. Su estilo 3D, originado por el programa Softimage, consigue el acabado final de textura suave que se ha convertido en una de sus señas de identidad. Un punto fuerte de la serie radica en la simpatía con la que tratan de actuar los personajes, alejados de cierta “blandura” que se puede encontrar en otras series.
‘Dora la exploradora’
Debido a cómo fue concebida, ‘Dora’ ha tenido una curiosa adaptación en los mercados internacionales. La empresa Mattel ideó este personaje para ayudar a los niños estadounidenses a aprender palabras en español y conceptos de la cultura latinoamericana. En España, se cambian las tornas y Dora enseña palabras en inglés, por lo que se ha convertido en uno de los programas favoritos para muchos padres.
‘Dora’ es una niña que viaja con su mono por un mapa (que también es un personaje), buscando objetos perdidos o conociendo diferentes partes del mundo. Interactúa mucho con los televidentes, deteniéndose especialmente en los momentos en los que está enseñando las palabras nuevas e interpelándoles directamente, característica que atrae mucho a los niños. En la misma línea, se ha intentado dar al dibujo un formato que recuerda al de un juego interactivo de ordenador.
‘El jardín de los sueños’
Se trata de una serie preescolar inglesa, producida por Ragdoll Productions. Es la misma productora que anteriormente creó los ‘Teletubbies‘, antecedente que casi se puede adivinar con echarle un primer y rápido vistazo, puesto que ambas series comparten muchas características a nivel visual y también un mismo modelo de entender la ficción infantil.
‘El jardín de los sueños‘ presenta un mundo onírico en el que viven unos criaturas que no se asemejan a ningún ser que hayamos visto antes. Con aspecto “dulce” y con nombres imposibles (Upsy Daisy, Makka Pakka, los Tombliboos, Iggle Piggle), los personajes viven no tanto aventuras como puestas en escena en las que sus movimientos y acciones están llenos de parsimonia y dulzura. El desarrollo de la narración resulta a veces poco lineal e incluso un tanto surrealista, con intervenciones inesperadas de determinados personajes que en principio no cumplen una función clara en la trama.
‘Caillou’
La serie es una adaptación de los libros originales creados en 1987 por Les Editions Chouette. De hecho, la historia que nos explica cada capítulo es, en realidad, un cuento que una abuela lee a sus nietos. Parece probable que no se haya querido perder el elemento “lectura” para fomentar la misma entre los más pequeños. La empresa que produce la serie se llama Cookie Jar Entertainment y es de origen canadiense.
En ‘Caillou’ tienen mucha importancia las relaciones familiares. Mucho más que en ninguna de las series que hemos visto anteriormente. Los padres y los abuelos de Caillou están presentes en la mayoría de los capítulos. Y una de las enseñanzas que, en mayor medida, se pueden extraer de su visionado es que los niños han de ser obedientes. ‘Caillou’ puede resultar una serie no muy fascinante para los padres. Tiene un ritmo pausado y se desarrolla en una atmósfera “bonita” pero, a veces, un tanto dulzona de más. Su estructura narrativa es bastante clásica, así como el trazo del dibujo.
‘Juega conmigo Sésamo’
Me resultaría curioso saber qué porcentaje de padres sintoniza este programa porque les recuerda a su propia infancia. Muchos nos hemos criado con Epi, Blas, Coco… Gracias a ellos, hemos aprendido lo que significaba cerca y lejos, los números o los colores. Por eso, resulta complicado no hablar con cierto cariño de este espacio.
Supongo que para la productora a la que ha dado tantos éxitos, es también muy complicado deshacerse de unos personajes tan queridos. Las marionetas creadas por Jim Henson en 1969 son pioneras en el desarrollo de los programas de televisión educativos. ‘Juega conmigo Sésamo’ mantiene las mismas fórmulas que ya conocemos, pero trata de reinventarse haciendo uso de un montaje más dinámico y de una puesta en escena un poco más moderna, que le ayude a competir con los rivales que, en la actualidad, tiene en el mercado.
‘Egg bird’
Hemos elegido ‘Egg bird’ como un ejemplo de lo que nos ofrece BabyTV, un canal dirigido en exclusiva para niños en edad preescolar y que se puede ver a través de ONO e Imagenio. Su parrilla apuesta seriamente por la programación en inglés y nos ofrece 24 horas de contenidos audiovisuales infantiles sin publicidad. Los programas de BabyTV suelen ser piezas cortas en los que, a veces, lo innovador de su propuesta podría definirse como vanguardia televisiva.
En ‘Egg bird’, unos curiosos huevos de colores tienen que adivinar en qué objeto va a transformarse uno de sus amigos. Los capítulos son de apenas minuto y medio y casi funcionan como una cortinilla, como un pequeño descanso en medio de otros programas. Es una adivinanza que estimula a los niños a tratar de imaginar, pero también a muchos padres, que no pueden (y no quieren) evitar entrar en el juego.
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