Cualquiera que tenga un niño pequeño alrededor (propio o "prestado") a buen seguro que se sabe casi de memoria los nombres de los habitantes de Luna Lunera: Lucho, Lupita, Lublú, Lulila, Lubina... si, son Los Lunnis, esos dicharacheros muñecos que desde hace tres tempordas arrasan desde Televisión Española, habiendo recuperado el trono que dejaron vacante hace muchos años Espinete o Epi y Blas. Y es que más de un millón de niños siguen a diario sus programas, generando pingües ingresos (que doblan el coste de la producción).
¿Cuál es el motivo de su éxito? Probablemente, el hecho de tratarse de un producto muy estudiado para gustar desde a los más pequeños (que se enganchan a los vívidos colores, a sus peculiares voces y a la música marchosa) y a los que ya van creciendo (con sus historias imaginativas, con personajes de marcada personalidad individual: el travieso Lucho, la sabihonda Lupita, el sensible Lublú...). Acompañado, cómo no, de la invasión del merchandising que hace posible encontrarse un Lunni en carteras, instrumentos musicales, libros, marionetas, bloques de construcción, ropa interior... o incluso sellos.
No cabe duda de que, además, Televisión Española ha sabido explotar el éxito de esta pandilla, y ha hecho de ellos el estandarte de su programación infantil. Y no solo eso, sino que ha encontrado en ellos un vehículo perfecto para su labor educativa (no en vano esa es una función clave de la televisión pública) y no sólo a través de sus historias habituales (desarrolladas en castellano y también en inglés), sino con su participación en eventos como la conmemoración del aniversario de El Quijote o su papel de embajadores de Unicef. Su papel de buque insignia se ha visto incluso resaltado con la realización de sendos especiales en las últimas temporadas navideñas.
En fin, que van más de 500 programas y, si la cosa no se tuerce, tendremos Lunnis para rato.
Vía | Bebés y más