Hay dos tipos de películas navideñas. Están las que explotan al máximo su ambientación y mensajes navideños y están las que sencillamente ocurren durante Navidad, encontrando así una conexión especial con las fiestas que a veces es hasta más potente.
Es este segundo grupo se encuentra 'Eyes Wide Shut', la última película de Stanley Kubrick que 25 años más tarde sigue siendo un visionado fascinante y mágico. Disponible en Max México y en España dentro de Netflix, está basada en la novela corta 'Relato soñado' del austriaco Arthur Schnitzler. La ambientación navideña fue de hecho cosecha del cineasta y desde entonces ha sido uno de los aspectos más celebrados del film, potenciando los elementos oníricos de una película donde el simbolismo es muy importante.
La historia se centra en de Bill (Tom Cruise) y Alice (Nicole Kidman), un joven matrimonio que está pasando por una etapa de dudas después de que ambos se confesaran haberse sentido atraídos por otras personas. Sin saber cómo reaccionar, Bill, un prestigioso doctor, se empieza a distanciar más y más de su esposa, con escarceos nocturnos que acaban dando con extraños eventos solo reservados para la élite.
La crítica considera esta película de despedida del cineasta como también una de las mejores. En The New York Times escribieron que se trata de "un brillante y provocativo tour de force como epitafio". Para Espinof, Alberto Abuín escribió que es una "estimable película" que posee como colofón "uno de los finales más certeros y coherentes de su filmografía".
También funcionó muy bien en la taquilla del momento, recaudando 162 millones de dólares de un presupuesto de 65 millones, lo que además la convertía en la película más taquillera del cineasta. Para Kubrick era también su mejor película, ya que declaró que la consideraba su "gran contribución a las artes cinematográficas".
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