Acostumbrados a una ciencia ficción de estructuras claras y, por qué no decirlo, fáciles de digerir, 'Raised by Wolves' aterrizó a finales del pasado verano en HBO Max (aquí se pudo ver en TNT España y, desde hoy, en HBO España) como una firme demostración de que se puede hacer algo ambicioso, complejo y fuera de los tipos de historia más recurridos.
El resultado es que la ficción de Aaron Guzikowski es una magnífica obra de género en la que resulta bastante arduo entrar. Contando con el aval de Ridley Scott de productor y director de los dos primeros episodios, la ficción se preocupa más que en ofrecer de primeras el gran conflicto físico de la temporada en construir el mundo y abordar los dilemas morales en una historia de proporciones bíblicas.
La historia está centrada en Madre y Padre (Amanda Collin y Abubakar Salim) que escapan de una Tierra devastada por la guerra. Al llegar al exoplaneta Kepler 22b se pondrán a gestar embriones para crear una colonia humana en el planeta. Como podéis imaginar, sale algo mal, metiéndonos en toda una historia de supervivencia y guerra santa.
Una novela de ciencia ficción
Decía Daniel Sánchez Arévalo ('Diecisiete'), al ser proclamado finalista del Premio Planeta 2015 por 'La isla de Alice', que tardó en darse cuenta de que esa historia que tenía en la cabeza era más una novela que una película. No es raro que haya una discordancia entre el medio idóneo y en el que una obra es presentada, lo que no quiere decir que algo solo podría haber sido una cosa u otra.
En el caso de 'Raised by Wolves' hay un entendimiento de la ciencia ficción tan claramente literaria que, si bien como serie es soberbia, uno se pregunta cómo hubiera sido en papel. Como asiduo lector de ciencia ficción, no puedo dejar de pensar en cómo Guzikowski intenta trasladar ciertos modos de la literatura de género a la televisión.
Esto hace que la serie, de diez episodios y con una temporada 2 en camino, esté más cerca de la artesanía de Asimov o LeGuin, por citar a un par de autores fundamentales, que de obras de ciencia ficción televisiva excelentes como 'Battlestar Galactica' o 'The Expanse' (vale, esta última es una adaptación). Comparte la ambición de estas últimas y la complementa con una intención literaria. Entre eso está el ignorar de algún modo las limitaciones temporales para explayarse en los conceptos, para navegar en ellos.
Un repaso de los grandes temas de la ciencia ficción
A su vez, eso incluye el plasmar grandes temas como la religión, la ciencia y la fe y una perspectiva de lo ancestral en el ADN de la serie. Aquí tenemos, por ejemplo, esa aparente relación hipotética con el Libro de Enoc, libro del canon griego (la biblia de los LXX) que habla de los nephilim, descendientes de hijos de Dios y de los hombres ya nombrados en el Génesis, que habrían sido raptados y educados en todo lo que hay bajo el Sol y que darían orígenes a los demonios.
Asuntos que siempre le han interesado a Scott (ahí tenemos 'Prometheus'), pero no es el único gran tema de la ciencia ficción (ni siquiera del propio cineasta) que aparece: la rebelión de las máquinas, el escapismo espacial y cómo parecemos estar condenados a repetir los mismos errores son algunas de las cuestiones que aparecen a lo largo de estos ocho episodios.
No son los únicos temas que abordan. A Guzikowski le gusta detenerse en la maternidad como una suerte de culmen. De meta máxima para dejar de ser una mera emulación, una manera de realizarse. Una maternidad algo tóxica en la que la muerte de los pequeños durante sus doce primeros año de estancias es visto por Madre como un fracaso.
La paternidad "artificial" de los androides es raramente compartida con los antagonistas que se presentarán en Kepler-22b. Los ateos Marcus y Sue (Travis Fimmel y Niamh Algar), guerreros del "bando equivocado", llegan al planeta fingiendo ser unos celosos mitraicos, habiendo matado en la Tierra a dos verdaderos creyentes y convirtiéndose en inesperados padres del hijo de los asesinados.
Llamada a marcar un momento especial en la ciencia ficción, que lo consiga es otra cosa
Donde quizás falla más la serie es en cómo esta generosidad de temas en las que va brillando aterriza en escenas concretas. Creo que es más interesante lo que se ve entre líneas y lo que no se dice que lo que vemos y escuchamos. Especialmente a la hora de que los personajes lo articulen. Hay cierta frialdad y estridencia que, si bien encaja por la naturaleza de los personajes —en realidad los androides tienen la misma madurez mental que un niño—, chirría.
En definitiva, 'Raised by Wolves' es una de esas obras llamadas a marcar un momento especial en la ciencia ficción. El gran mérito de la ficción de HBO Max es el de recoger el testigo (y mirar de tú a tú) de esas historias que cautivaron a toda una generación y "elevaron" de algún modo el género. Una obra que, con sus fallos, demuestra una gran madurez y control para no caer en lo fácil.
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