Es frecuente que los relatos pasionales, sobre todo cuando se localizan en épocas de cierta reprensión por motivos morales, se enfoquen como una división o conflicto entre lo racional y lo pasional. Menos frecuente es que, en esos mismos contextos, la respuesta apasionada sea también la más sensata, quizá porque elimina sensación de conflicto.
Pero hay maestros capaces de navegar por ese recorrido y seguir dejando relatos llenos de interés además de pasión. Es el caso de James Ivory, uno de los genios del drama de época o también llamado "cine de tacitas". Basta coger una de sus mejores películas para comprobarlo. Hablamos de 'Una habitación con vistas', un fabuloso film romántico que podemos ver en HBO Max (también en Prime Video y Filmin).
Amor inglés a la italiana
Basada en una novela del gran escritor E. M. Forster, la película sigue a una joven inglesa (Helena Bonham Carter) en su viaje a Florencia. La dama, de buena familia, se encuentra acompañada de su prima y dama de compañía (Maggie Smith), encargada de mantener la compostura y las formas durante su aventura extranjera.
Allí conocen a un par de caballeros ingleses, que les ofrecen sus habitaciones para que disfruten de sus habitaciones. En el transcurso del viaje la joven observa un alborotado accidente que provoca su desmayo, y es socorrida por uno de estos caballeros (Julian Sands). El evento cambiará sus vidas para siempre, aunque ella trate de seguir el rumbo marcado prometiéndose con un prominente pero snob varón (Daniel Day-Lewis).
La novela ha sido objeto de deseo para una adaptación desde hace décadas. En los años 40 le ofrecieron a Forster una importante suma para realizar la película, pero él se negó. Tras su muerte en 1970, los derechos pasaron a manos del King's College de Cambridge, que se vieron convencidos por la propuesta que Ivory y su productor Ismail Merchant realizaron sobre cómo iba a ser la película.
'Una habitación con vistas': intelectual y emocional
La película tiene un interesante poso literario, adquirido por su uso de cartelas explicativas y de titular sus capítulos. Lejos de ser algo que podría jugar en su contra, ese aire episódico ayuda a marcar cada evento que sucede en esta historia romántica, que cuenta con una estructura formidable que, en muchos aspectos, resulta influyente para el modelo de comedia romántica que veremos en los noventa.
Lo que mantiene refrescante a la película tras todos estos años es cómo plantea al personaje de Sands como la opción que tiene más sentido desde lo racional, además de ser sumamente pasional.
Un ejemplo de cómo la película quiere casar lo intelectual y lo emocional -en la historia, pero también en el tono que emplea-, poniendo el verdadero conflicto en las represiones de la época para una joven prometedora y con ambiciones de liberación como el personaje de Bonham Carter. Detalles de pura exquisitez que mantiene a 'Una habitación con vistas' como una película magistral.
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