Se ha iniciado el Campeonato de tenis de Wimbledon, el más prestigioso de los torneos que entran dentro del Grand Slam. Uno de los mayores acontecimientos del deporte, por el que los deportistas se entrenan duramente a lo largo del año, y aun así la competencia es tan dura que podrían caer en primera ronda.
No obstante, es posible que mucha gente prefiera vivir la emoción del tenis a través del cine o la televisión. Incluso con los problemas que hay para hacer cinematográfico un deporte como el tenis -es complicado de rodar y de volverlo atractivo visualmente, lo cuál es uno de los grandes problemas de ver un partido de tenis-, tenemos algunas producciones remarcables centradas en este deporte. La más divertida probablemente sea 'Siete días infernales', una producción original de HBO Max.
El partido interminable
La película toma de inspiración el partido más largo jamás registrado en un partido de este deporte, producido en Wimbledon en 2010 cuando John Isner se enfrentó a Nicolas Mahut a lo largo de 11 horas y 5 minutos repartidos a lo largo de tres días -tenían que parar constantemente porque, de tan prolongado el encuentro, se iba la luz solar-. A partir de ahí, Jake Szymanski y el guionista Murray Miller crean una mordaz sátira del mundo del tenis.
Enfocado como un falso documental de un partido producido en 2001, que enfrentaba a la excéntrica superestrella Aaron Williams (Andy Samberg) con el prodigio británico Charles Poole (Kit Harington), la película va narrando hilarantes excesos que van sucediendo a lo largo de siete días. La película va lanzando dardos desde a estrellas excesivas como el personaje de Samberg hasta jóvenes explotados desde niños para convertirse en supertalentos como el de Harington.
La película no tiene recursos ilimitados para hacer dinámico visualmente los partidos de tenis, pero sí que aprovecha para reflejar lo extenuante que es no sólo jugar un partido en sí -que es un esfuerzo potente extendido durante horas- sino toda la industria alrededor de la práctica del mismo. Una crítica que se puede casi extender a toda actividad deportiva profesional.
'Siete días infernales': raquetazo contra el suelo
Tener a Sandberg al frente podría hacernos pensar en una producción de sus The Lonely Island -le falta, eso sí, más toques musicales para serlo del todo-, aunque la película se enmarca sobre todo como la clásica película que igual nació como sketch de Saturday Night Live para luego llevarse al formato alargado. Y no sale erosionada del proceso, sino que Szymanski y Miller consiguen darle energía para que se mantenga entretenida y divertida a lo largo de sus 41 minutos.
Su bien tirada comedia apunta también a esos documentales deportivos clónicos, pensados para ensalzar las gloriosas hazañas y pasar de puntillas por lo escabroso. Pero, como las mejores parodias, toma también lo mejor del género para darle ritmo y cierta épica a lo que vemos en pantalla, incluso aunque sean secuencias desternillantes y absurdas. Tan bien hilada de principio a fin que es prácticamente imprescindible dentro de los dramas deportivos.
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