La irrealidad dentro de la realidad se ha apoderado de la segunda temporada de 'Euphoria', la serie de HBO Max escrita y dirigida por Sam Levinson que se ha convertido en la ficción más vista de la plataforma de streaming, solo por detrás de 'Juegos de Tronos'.
La evasión estética con la que se iniciara la serie protagonizada por Zendaya ha explotado en la última tanda de capítulos, que llegó a una conclusión catártica esta misma semana, con tramas corales que proponían un viaje a un punto de no retorno para las protagonistas: Rue, por llegar a su límite de vía de escape con las drogas; Cassie, por entrar en el círculo de influencia de Nate que le ha hecho perder su nexo con la realidad; o Lexi, por dar un paso al vacío con una obra de teatro que lo ha expuesto todo, para bien o para mal, tras una vida de ensoñaciones.
“Siento que he vivido la mayor parte de mi vida en mi imaginación, cogiendo los pequeños detalles para hacerlos más grandes en mi cabeza”, se escucha decir a Lexi, el personaje interpretado por Maude Apatow, en un momento de la segunda temporada, en el que se pone en evidencia la que es, hasta ahora, la trama más metaficcional de la serie.
La producción que escribe Lexi por las noches y que traslada a una suerte de montaje digno de Broadway para ser de un instituto no deja de ser fruto, tal y como se deja entrever en este diálogo, de la fantasía y las ensoñaciones, un fenómeno que se podría simplificar mucho hablando de las películas que nos montamos en la cabeza.
Una "máquina del futuro" que sirve para empoderar
Tal y como explica la psicóloga Aurora Gómez, el soñar despiertos, fantasear, es algo común para el ser humano. “Cuando pensamos despiertos estamos imaginando qué escenarios nos gustan y cuáles no, qué habilidades tenemos, cómo nos sentimos ante esa situación. Si tú te imaginas que eres la dueña de tu propia vida y que tienes más herramientas de las que tienes habitualmente, te sientes bien, empoderada, es algo que te puede incluso calmar”, empieza a explicar sobre esta herramienta Gómez. La obra de teatro ‘Our Life’ ha sido claramente el recurso que ha dado a la menor de las hermanas Howard un momento único de su vida, de disfrute y liberación máxima, que nació de la pura fantasía y que se ha convertido en la mecha de la locura metaficcional dentro de la serie.
¿De qué hablamos exactamente cuando nos referimos a las películas que nuestra cabeza se monta? En palabras de la psicóloga consultada, este fenómeno puede responder a una mezcla de dos cosas, “el monólogo interior, que es cómo pensamos; y, por otro lado, el que a nuestro cerebro le guste lanzar escenarios”. “Se llaman ensoñaciones. Habitualmente no es algo problemático, aunque se pueden dar casos anecdóticos en los que se produzca un efecto negativo que se llama, patológicamente hablando, ensoñación excesiva, y que podría pasar cuando la persona tenga, por ejemplo, muy poco mundo bonito externo”, agrega la experta.
Frente a la incapacidad de imaginar, la afantasía, las personas podemos fantasear de forma habitual, aunque no tiene por qué ser de una manera universal: “Hay gente que lo hace más en formato lenguaje; y otra gente, con imágenes. Dependiendo de cuál sea tu input cultural habitual puede que lo hagas en un formato o en otro”. En sintonía con lo que concreta Gómez a este respecto, desde el mundo de la psicológica se daba por hecho que “todo el mundo tenía un monólogo interior narrado, con lenguaje”, pero se descubrió que “hay mucha gente que no”.
Aunque no se sabe qué es lo que moldea ese monólogo interior y condiciona el que pensemos más de forma narrada o visual, está “muy influido” por el bagaje cultural o las habilidades que se entrenan, como puede ser la capacidad visual. “A veces lo que hacemos es que, más allá de nuestra vida, que es limitada y corta en nuestra cabeza, pensamos que tenemos que crear un corpus de conocimiento para los que vengan después, ya sea de manera oral o escrita”, expresa la especialista sobre lo que explica la experiencia que ha vivido esta temporada Lexi, atravesada por la propia narración de su vida. Se trata de una “exposición” más allá de nuestra cabeza, la razón por la que, por ejemplo, se pintaron las cuevas de Altamira o cantamos, argumenta Aurora Gómez.
Parte de esa narración es la afantasía, ya que entra en el concepto de imaginar todos los posibles mundos y escenarios: “Hay gente capaz de imaginar los escenarios más y menos probables y pasar a la acción; y hay gente que se queda solo en el estadio catastrófico”. El hecho de que haya momentos de nuestra vida, como los que vive Lexi, en los que nos sintamos como parte de una novela o videoclip, “es frecuente entre mucha gente y sirve para empoderar”, apunta Gómez, quien también destaca que es algo “sano” y “bonito” a experimentar.
En el caso de otras vivencias exageradas, como la que por ejemplo representaba el personaje de Ally McBeal en la serie de los 90 o se puede ver también en ‘Crazy ex-girlfriend’ a través del personaje de Rachel Bloom, hay ensoñaciones excesivas que aparecen incluso en canciones y hace que se vaya todo de las manos. “Le permitía imaginar su mundo y tener un control sobre él que en la vida real no tenemos”, aduce la psicóloga en relación con la protagonista de ‘Ally McBeal’.
De acuerdo con la expresión que utiliza también Gómez, las ensoñaciones son una suerte de “máquina del futuro”, ya que permite sentir las emociones en primera persona en los distintos escenarios, “con lo cual al día siguiente ya te ha preparado un poco más para ese evento”. Aun así, resalta la especialista, “no todo el mundo tiene la capacidad imaginativa” o el tiempo para hacerlo durante el día, y puede trasladarse al momento en el que dormimos, “sin control” en este caso. “Cuando soñamos tenemos un yo que vive la situación y un yo que crea la historia”, puntualiza sobre esto Aurora Gómez.
‘Euphoria’, que ya en la primera temporada caracterizó a Rue como una detective para que averiguase, desde la dimensión de su pensamiento, qué sucedía entre Jules y Nate, expone esas ensoñaciones que nos da “vergüenza” compartir y que se suelen sacar a la luz en “productos culturales”, como la obra de teatro de Lexi. “La gente no es consciente de que piensa sin darse cuenta”, explica Gómez sobre este “misterio” que envuelve el monólogo interior y las ensoñaciones. “Es importante reconocer la fantasía”, agrega, y compartirla asimismo en grupo. “Últimamente hay muchas más narraciones sobre distopías que sobre utopías. Nos podemos imaginar perfectamente un futuro distópico, pero no uno en el que las cosas estén mejor o, al menos, la gente tenga capacidad de acción. Esto limita mucho: si ya ni siquiera tienes esa percepción externa de cómo sería un mundo utópico, a nivel grupal solamente va a quedar la fantasía interna”, añade la psicóloga.
“La ensoñación es una herramienta de afrontamiento más porque estás imaginando escenarios y puede tener un efecto de autocalma”, expone de nuevo Aurora Gómez. No obstante, indica también que es conveniente “controlarlo” si, por ejemplo, hay ansiedad: “Si solamente te estás imaginando el escenario catastrófico como el más probable, yo lo que les pido [a mis pacientes] es que nos empecemos a imaginar los escenarios que van del 1 al 10. Que no imaginemos solamente los escenarios muy apetecibles ni los muy desagradables, sino también el aburrimiento”.
Cassie y sus ensoñaciones con Nate
Otra de las tramas de peso en la segunda temporada de ‘Euphoria’ ha estado marcada por Cassie (Sydney Sweeney) y Nate (Jacob Elordi). En la traca final de los capítulos más recientes, se puede ver una fantasía imaginada por Cassie en la que declara que el exnovio de Maddie puede decidir hasta la forma en la que se debe vestir, un cambio que claramente se traduce también de manera evidente en el vestuario que luce el personaje. “Muchas de las ensoñaciones tienen que ver con las relaciones personales. Sobre como, por ejemplo, sería una relación con esa persona”, cuenta Gómez, a la par que remarca que se puede llegar a “idealizar” a dicha persona. “Si la idealizamos, hablamos de todas las características que implica una idealización y de una persona que en realidad no se parece” a él o a ella, agrega la experta.
“Todas las ensoñaciones que tienen que ver con las experiencias amorosas, el idealizar al otro, están muy influidas por la cultura y con el tema de la romantización, de lo que es o no una pareja y del concepto de príncipe azul. El príncipe azul de Disney tiene características muy chungas, son mitos de amor romántico que acaban poniendo la alfombra roja a la violencia machista”, argumenta Aurora Gómez. “Hay que tener mucho cuidado con los relatos que nos comemos porque acaban formando parte de nosotros y pueden afectar a las idealizaciones que hacemos de la gente” puntualiza asimismo, ejemplificando también que la persona idealizada y la persona real se pueden asemejar al meme de Calamardo y Calamardo guapo. Aun así, para la psicóloga, tal y como se ha abierto en canal ‘Euphoria’, “hay muchas cosas de la intimidad, de lo que pensamos, que deberían salir a la luz”.
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