Muchos lo verán como algo negativo que ha provocado que tengan un desaguisado entre manos, pero el gran atractivo del Universo DC para algunos como yo es la ligera sensación imprevisible que genera la falta de control excesivamente rígido de las manos superiores. Hay control, pero mayormente hay una confianza en directores para llevar las películas todo lo lejos posible, algo que no se suele tolerar en la perfecta maquinaria engrasada de Marvel Studios.
Es por ello que no hay tantos términos medios. O van completamente al disparate, o se dejan llevar por su alta concepción de la misma. Sí, causa su irregularidad, pero no se puede negar que prueban cosas. Es por ello que resulta raro que la película que se haya tratado de vender como el gran cambio de jerarquía de DC sea una que parece de otra época, jugando mucho más a lo seguro para terminar en tierra de nadie. Esa es 'Black Adam'.
Pintado de negro
El gran salto de Dwayne Johnson al mundo de los superhéroes ya está en streaming en HBO Max, dando una nueva ventana de exhibición a una película con un desempeño comercial no pequeño pero no para de generar cuestiones sobre si ha sido positivo o negativo. Cuestiones económicas aparte, el blockbuster de Jaume Collet-Serra intenta mover la aguja de la fórmula del género con un histórico villano/antihéroe de los cómics.
Si habéis visto 'Shazam', ya tenéis una idea del particular mundo en el que se desarrolla y da los poderes al personaje de La Roca. Si no lo habéis hecho (deberíais, es estupenda), os sorprenderá encontrar civilizaciones antiguas, extrañas entidades de habilidades mágicas que otorgan superfuerza, vuelo y otros superpoderes a determinados elegidos o "campeones". Black Adam es uno de esos, encerrado en una tumba durante milenios hasta que ha sido despertado.
¿Pero vuelve como amigo o enemigo? Esa es una incógnita que no puede quedar sin respuesta y por eso es enviada la Sociedad de la Justicia de América a la región ficticia del Medio Oriente en la que ha despertado. Una variopinta e interesante colección de héroes de tirada menor que representa tanto los momentos más entretenidos de la película como algunos de sus problemas.
'Black Adam' es una película bastante apropiada en un universo que apunta a varias direcciones tonales al mismo tiempo. Quiere tener un espectáculo disparatado, hortera incluso, que quiere recuperar una fantasía desacomplejada propia de las secuelas del Superman de Christopher Reeve. También recupera algunos dejes cinematográficos propios de Zack Snyder, con imágenes pictóricas recargadas y cierta seriedad para tocar temas importantes que se sienten demasiado autoimpostados.
'Black Adam': esta tierra (de nadie) es mi tierra
Johnson claramente tiene un alto concepto de sí mismo como estrella del mundo. Por eso la película tiene que abordar cuestiones como la esclavitud en Oriente Medio o la intervención militar extranjera (especialmente de Estados Unidos), además de intentar explorar un protagonista moralmente dudoso.
El problema es que parte de esas cuestiones ya las podía tocar una película como 'El escuadrón suicida' sin renunciar a su personalidad macarra, cosa que esta no hace. El otro problema es que su protagonista no resulta tan complejo como quiere hacer creer.
Esa indefinición lastra muchísimo una película que se queda en tierra de nadie. No hay momentos de grandeza fantástica que expliquen la fascinación por el personaje (y, por tanto, podamos sentirla nosotros), su desarrollo de cuestiones políticas resulta muy superficial para poder darle el beneficio de la duda y no se lanza de todo hacia la diversión que a ratos pide. La película más decepcionante de Collet-Serra, un artesano que habitúa a hacer películas chatarra mejores de lo que deberían ser, y uno de los puntos bajos del Universo DC. Vamos, que sí ha cambiado la jerarquía.
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