Hace años, presentar los Óscar era un empuje para tu carrera y un recordatorio a la industria de quién eras. Es el caso de Bob Hope o Billy Crystal, que repitieron en 19 y 9 veces respectivamente, y son recordados como cómicos de prestigio. Ahora prácticamente nadie quiere hacerlo porque tiene mucho que perder por culpa, quizá, de unas redes sociales incisivas que van a ir al cuello. Quizá por eso la Academia no para de fichar a Jimmy Kimmel, acostumbrado a este tipo de situaciones y tan funcional como blanco y poco original. Hay muchos que querrían intentarlo pero no se atreven por las consecuencias a su carrera. Y la mejor prueba ha tenido lugar el pasado fin de semana.
Jo Koy y la risa perdida
Los Globos de Oro fueron un desastre para Jo Koy, el presentador fichado diez días antes, que vio cómo todos los chistes que había preparado durante una semana con un equipo de guionistas caían en saco roto (el monólogo en sí se terminó ¡el día anterior!), llevándose incluso abucheos de la platea y viendo a tiempo real cómo su carrera se iba por el desagüe. "Estábamos escribiendo hasta el mismo momento que nos dijeron que estábamos en directo. Lecturas en frío, sin prepararlas con público. Y no es una excusa", ha dicho a Los Angeles Times en una larga entrevista diseccionando aquel desastre.
Uno a uno, Jo Koy ha comentado sus chistes más polémicos, como aquel en el que afirmó que 'Barbie' era "sobre una muñeca de plástico con tetas gordas". Al respecto cree que la gente no entendió quién era él como persona: "Si me hubieras visto, verías cómo adoro y doy luz a las mujeres, desde mi ex-mujer hasta mi madre". Como excusa, francamente, no es la mejor.
Estoy contando una broma: ¿Qué le pasa a la sociedad si ya no podemos ni siquiera bromear entre nosotros? Compré la película. Apoyé la película. Sí, esa es la historia que esa muñeca necesitaba. Y me alegro porque ahora hay gente como mi madre que puede apoyarla.
Los chistes buenos son los míos
La otra gran polémica de la noche fue ese momento en el que salió del guion para explicar que las bromas de las que se estaba riendo la gente eran las que él había escrito. Imaginad por un momento el ambiente en la sala de guionistas después de una semana escribiendo chistes. "Adoro a mis guionistas", ha explicado Jo Koy. "Les adoro y no puedo parar de hablar de ellos en cada entrevista. Se mataron a trabajar, tío. Hay un montón de gente buenísima que cometieron errores de novato. Lo mío fue de novato. Estos guionistas son geniales y no era mi intención en absoluto. Son increíbles, tienen mi apoyo y necesito estar seguro de que lo arreglaré".
La parte buena es que ahora tiene un bloque de 15 minutos para probar en su nuevo monólogo (por cierto, irá a Barcelona el 17 de mayo, si tenéis curiosidad), igual que Chris Rock tras la bofetada de Will Smith. Lo malo, que probablemente solo se enteren sus fans. Por cierto, poco después del fracaso de Koy, John Mulaney presentó los Governor's Awards y sus doce minutos iniciales fueron un sonoro éxito con chistes virales como "Angela Bassett fue nominada al Óscar por una película de Marvel. Es como conseguir un premio Pulitzer por un comentario de Reddit".
Pero claro, es injusto compararles: Mulaney lleva años encima de un escenario perfeccionando su estilo, 'Baby J' es uno de los mejores monólogos del año y el rumor es que ponerle como presentador en los Governor's Awards es solo una manera de probar cómo funcionaría de cara a un posible fichaje por los Óscar el año que viene, que sería muy agradecido después de ver (demasiado) a Jimmy Kimmel.
Al que seguro que no volvemos a ver es a Kevin Hart, que estuvo a punto de presentar los Óscar en 2019 pero se marchó después de que salieran a la luz tuits homófobos y rutinas de stand-up faltosas de unos años antes. Ahora le ha dicho a Sky News que no volverá siquiera a intentarlo. "Estos bolos no son buenos para cómicos. No estoy disparando a los Oscar, a los Globos o a ningún sitio. Simplemente ya no son sitios amigables con la comedia", ha afirmado. Qué le vamos a hacer.
Mi aplauso a aquellos que han dado con la clave y lo han hecho bien desde el principio, los Chris Rock, los Billy Crystal, las chicas como Tina Fey, Amy Poehler. Ricky Gervais. Hay mucha gente que entiende que si no eres un cómico de industria, o sea, un cómico que tiene relaciones con todos, el público está muy frío. Que yo lo hiciera es, por supuesto, una ventaja, porque conozco a la gente y soy amigo de muchos. Pero para otros no es lo mismo.
¿Evolucionarán las galas de premios a ser un lugar sin cómicos ni humor? ¿O, simplemente, se centrarán en que tenga gracia? ¿Tiene sentido contratar a alguien diez días antes de una gala y esperar que el monólogo inicial sea bueno? ¿Cómo lo harán Ana Belén y Los Javis este año en los Goya? Muchas preguntas por resolver en los próximos años mientras el (aburridísimo) debate sobre el humor sigue en la calle.
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