Los melómanos que frecuenten estos lares no necesitarán introducción alguna sobre la figura de Nick Cave; uno de los músicos más influyentes del panorama ac, con una deslumbrante trayectoria de más de cuatro décadas a sus espaldas, y que el año pasado encogió el corazón de medio mundo protagonizando el sobrecogedor documental ‘One More Time with Feeling’.
No obstante, la relación de Cave con el séptimo arte no se limita al título mencionado. Durante su carrera, además de haber compuesto numerosas bandas sonoras de una calidad envidiable para filmes de la talla de ‘La carretera’ (‘The Road’), o la más reciente y redonda ‘Comanchería’ (‘Hell or High Water’), ha firmado varios libretos revelando una faceta de guionista que piensa abandonar por completo, según ha confesado en una entrevista a la revista GQ.
El australiano, que se estrenó en la escritura cinematográfica con ‘Ghosts… of the Civil Dead’ en 1988, afirma que fue su experiencia con su estimable tercer guión, ‘Sin ley’ (‘Lawless’), la que le ha empujado a retirarse del oficio:
“Ese fue el colmo, de verdad. Creo que podría afirmar que no voy a escribir otro guión… De algún modo, tenía la impresión de que en Hollywood, tus sueños e ideas podían realizarse de forma mágica, cuando no es cierto en absoluto. Ya sabes, hay un puñado de enemigos de la imaginación a los que tienes que pasar por encima y ver si puedes llegar al otro lado con algún fragmento de la idea original.”
Este testimonio no hace más que reafirmar nuevamente la ya sonada tiranía de unos estudios hollywoodienses que someten a los creativos y sus obras a su propia voluntad; mutilando, modificando y amoldando contenidos a su gusto y, en numerosas ocasiones, sin tener mucha idea de lo que están haciendo.
Pero esto no fue el único tema que tocó Nick Cave respecto a su periplo cinematográfico. La verdadera joya de la corona de la entrevista está relacionada con el demencial guión que escribió, nada más y nada menos, para una secuela de ‘Gladiator’ nacida de un Russell Crowe que quería recuperar al personaje que le sirvió (injustamente) el Oscar en bandeja.
La historia de ‘Gladiator 2’, recogida en un libreto de 103 páginas (que puedes leer aquí), arranca con el fallecido General Máximo en una suerte de purgatorio donde los dioses le ofrecen reunirse con su mujer e hijo a cambio de asesinar a los cristianos que habitan la Tierra. Las cosas, obviamente, se tuercen, y llevan a Máximo a enfrentarse a los dioses, que le terminan traicionando. Pero, cuidado, que aquí no termina la cosa.
El redoble final, y lo que probablemente sea fruto de un mal viaje de ácido del señor Cave, llega de la mano de un giro disparatado en el que el protagonista, de un modo u otro, consigue la vida eterna y participa como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y Vietnam para, finalmente, aparecer en las instalaciones actuales del Pentágono rodeado de ordenadores y envuelto en una guerra moderna.
En unas declaraciones recientes, Ridley Scott confirmó su intención de ponerse manos a la obra con una ‘Gladiator 2’ que lleva paralizada una larga temporada. No puedo más que esperar con ansia y ver cómo diantres consigue resucitar a Máximo sin caer en el más absoluto de los absurdos, pero, ya de hacerlo, recomiendo utilizar el trabajo de Nick Cave como base y dejar al respetable con la boca abierta y aturdido como un conejo deslumbrado por los faros de un coche después de atender a tamaño desmadre.
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