Es aterrador cuando te das cuenta. Oh Dios mío, no estoy trabajando. Y ahora tengo una casa que pagar.
Son palabras de Lindsay Lohan, una joven que parece cada vez más desvinculada del cine, que fue por lo que saltó a la fama. Sin embargo, su trabajo como actriz ha ido cayendo en picado y los líos de su vida privada, explotada al máximo por los medios sensacionalistas, muy interesados en, por ejemplo, que está saliendo con una chica (oh, es lesbiana, qué escándalo), han ido creándole fama de “problemática”.
Y ahora Lohan, de 22 años, parece tener miedo de su situación actual. Dice que no tiene trabajo y que las facturas se le acumulan. Debe ser cierto eso que apuntaba Robert Redford hace poco, que la crisis nos está afectando a todos (no lo dudamos, pero si se tiene una mansión, chófer y cosas así, pues como que no lo parece). En cualquier caso, la chica ha declarado que está deseando recuperar su carrera y volver a ser considerada como actriz.
Estoy hablando con muchas personas. Una de ellas es Sean Penn, hablé con él el otro día. Vamos a intentar conseguir a Seth Rogen para un proyecto, pero Seth no nos devolverá la llamada.
Esto me ha dejado un poco descolocado. ¿Qué hace Penn hablando con Lohan sobre un proyecto con Rogen? ¿Y por qué éste no va a devolverles la llamada? En fin, supongo que todo se aclarará pronto, quizá estén planeando algo a lo ‘Tropic Thunder’.
En cualquier caso, Lindsay Lohan hace bien en detenerse y replantearse su actual posición. Hace nada era considerada una de las actrices jóvenes con más proyección de Hollywood pero hoy, tras varios fiascos en taquilla (ya han pasado cuatro años desde ‘Herbie: A tope’, su último éxito) y una vida que es cualquier cosa menos privada, parece considerada veneno para el cine. Esperemos que se recupere, Robert Altman contó con ella para ‘El último show’ y la verdad es que en ‘Bobby’, de Emilio Estevez, no lo hacía nada mal.
Vía | Worstpreviews
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