Siempre he sido consciente del tipo de serie que quería ser 'La que se avecina' y como tal no solamente la aceptaba y disfrutaba, sino que hasta os expuse en su momento cinco motivos para intentar convenceros de que merecía la pena. Sin embargo, las aventuras de los vecinos de Mirador de Montepinar cada vez me están interesando menos, hasta el punto de que ya casi ni recuerdo lo que es reírme con un episodio de 'La que se avecina'.
Hace ya unas semanas que compañero Manuls os dejó sus impresiones sobre lo frío que le había dejado el arranque de la séptima temporada, pero lo que me gustaría proponeros ahora es una pequeña reflexión señalando cuatro cosas que necesitan mejorar con urgencia para poder volver a asemejarse a esa serie que logró engancharme. De no hacerlo empiezo a sospechar que tardaré bien poco en dejar de ver 'La que se avecina'.
El desgaste de los guiones

Son pocas las series que realmente siguen creciendo hasta que llega su desenlace, ya sea por la necesidad de estirarla artificialmente, porque el propio punto de partida sencillamente no da más de sí o simplemente debido a que es casi imposible mantener la frescura. En el caso de 'La que se avecina' se logró ir mejorando y alcanzar su pico de interés durante sus tercera y cuarta temporadas como resultado de una acertada renovación de su casting y de unos guiones que supieron aprovecharse de las nuevas situaciones creadas a partir de ello. En la quinta ya noté una pequeña bajada de interés que se agudizó durante la sexta –-no por nada llegué a hablar de estancamiento-- y la cosa no ha mejorado en la que actualmente se emite.
La solución más tradicional sería hacer una serie de cambios en el equipo de guionistas, pero me temo que el único cambio que iba a traer eso estaría en la diferencia de talento de los nuevos respecto a los antiguos, pues 'La que se avecina' se ha acomodado en su fórmula cuando lo tiene todo a su favor para probar con cosas relativamente diferentes. Episodios temáticos en el que todos los personajes persigan lo mismo –hay que demoler el edificio por su pésima construcción-, un capítulo dominado por la voz en off de uno de los protagonistas tranquilos --quizá Javi sea el más adecuado-- y sus reflexiones sobre lo que sucede o, qué sé yo, cambios reales en alguno de los protagonistas como que le toque la lotería a Coque con un boleto que le regaló alguno de los vecinos. Lo que sea, pero probando cosas diferentes, ya que en lo de toda la vida ya parecen incapaces de sacar nada inspirado.
La escasa aportación de los "nuevos" fichajes

Uno de los aspectos que mejor supo llevar 'La que se avecina' en su momento fue la introducción de nuevos personajes como Judith o Estela Reynolds, cada una de ellas un necesario soplo de aire fresco y con una aportación claramente diferenciada la una de la otra. Eso ha cambiado en los últimos tiempos, tanto en las apariciones episódicas –-hace unos años hasta hubiera tenido esperanzas en que saliera algo grande del cameo que va a hacer Fernando Esteso, pero ahora la mera idea de ello me aburre-- como en los fichajes de mayor recorrido, donde empieza a resultar bastante cansina la tendencia a recuperar a actores de 'Aquí no hay quien viva' con la esperanza de que sea suficiente atractivo para el espectador.
El problema es que una vez superada la sorpresa de ver a Fernando Tejero o María Adánez, nos quedan unos personajes que apenas han tardado un par de episodios en resultar repetitivos y perder toda su gracia –-si es que alguna vez la tuvieron--. Si introduces un nuevo factor, ha de ser para algo y no para estancarse en lo mismo de siempre --o mostrarnos tópicas y cansinas variantes de algo ya visto en infinidad de ocasiones--, que de eso ya tenemos suficiente.
La histérica caricaturización de algunos personajes

Entre las muchas quejas que tienen hacia la serie, uno de los puntos que siempre han destacado más sus detractores es el hecho de que sus personajes no hablan, sino que se limitan a gritar esperando que con eso ya sea suficiente para divertirnos. No seré yo el que niegue que el tono de voz de los protagonistas de 'La que se avecina' es bastante elevado, pero durante un buen tiempo era algo que no me molestaba lo más mínimo, ya que era fácil neutralizarlo con bajar el volumen de mi televisor –u ordenador, que no era raro que la dejase para verla en otro momento por su excesiva duración-- y se compensaba con otros aciertos que me hacían pasar un buen rato.
Y la cosa es que, salvo por lo de pasar un buen rato, sigue siendo así, pero lo nuevo es que la definición de los personajes haya ido por ese camino y cada vez haya más locos histéricos que creen que los gritos y las reacciones gestuales exageradas a más no poder son suficientes para estar a la altura de lo que hizo que algunos nos encariñáramos con ellos en su momento. El ejemplo más claro de ello es Estela Reynolds, que ha pasado de ser casi lo más divertido de la serie a un triste reflejo de lo que fue en su momento, sin chispa o gracia alguna y que estoy deseando que desaparezca en cuanto hace acto de presencia. Insoportable.
La limitada interacción de sus protagonistas

No tengo muy claro si será producto de la pereza de sus guionistas o de la necesidad de potenciar por completo la buena dinámica que habían demostrado determinados personajes, pero en 'La que se avecina' cada vez es más extraño ver que sus protagonistas realmente se relacionen entre sí más allá de alguna junta de vecinos. Lo que prima ahora es abusar una y otra vez sobre las mismas tramas, personajes y bromas, provocando así un gran desgaste incluso en las columnas vertebrales de la serie hasta hace nada, porque tanto Antonio Recio como Amador Rivas han perdido muchísimo como consecuencia de ello.
En ¡Vaya Tele! | 'La que avecina' vuelve cansando al personal
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enrollado
Un episodio narrado con la voz en off de algún protagonista eso pega en La que se avecina lo mismo que un documental en Salvame.
Lindsay Lohan
Estoy de acuerdo con lo que dices, pero para mí es más simple: se han quedado sin ideas.
¿Cuáles son las consecuencias?, pues las de siempre:
-Se exageran los personajes caricaturizándoles (Amador parece retrasado por momentos) o cambiándolos directamente (¿cuántas personalidades ha tenido Raquel?, ¿cuántos cambios de sexualidad Araceli?).
-Se inventan tramas cada vez más descabelladas (inolvidable lo del cromo de Iniesta).
-Se crean romances y líos amorosos sin sentido (¿Leo y Berta?, ¿Coque y Nines?).
-Se añaden personajes nuevos.
-Se tira de recursos típicos (algún embarazo, algún familiar desconocido).
La realidad es que las tramas de Amador buscando empleo, Estela puteando a Javi y Antonio Recio de aventuras amargando a Enrique tuvieron su momento en la tercera y cuarta temporada, pero ya no dan más de sí y eran lo que levantaba la serie.
¿Soluciones?... pueden hacer algún giro radical, en una entrevista Pablo Chiapella dijo que durante esta temporada la suerte de Amador iba a cambiar, así que no descartes lo de la lotería. Es algo tópico (el principio del fin de "Roseanne" fue precisamente que al público no le moló que se hicieran ricos), pero ya no les queda otra y si quieren alargar la serie antes o después tendrán que pegar un volantazo.
Por mí que vayan pensando ya como acabar..
sergiano
¿Sólo 4?
vastak
Pues yo me sigo descojonando, por mi que siga así y a mejor.
pantxo
Serie estupida, absurda, zafia...reflejo de lo que entendemos por humor (o lo hace un preocupante porcentaje de la poblacion) aqui en Españistan
justalex
Estoy de acuerdo con lo de Estela Reynols, solía ser lo mejor de la serie y ahora el personaje ha apagado su magia por completo.
No se si seré el único pero Amador me resulta muy cargante.
colt
Yo no pude terminar de ver el primer episodio de esta nueva temporada. Sencillamente me aburrió y es justo lo contrario de lo que estaba buscando al verla. Coincido con todo lo que dices y tengo la sensación de que o bien se han quedado sin ideas o bien no se atreven a arriesgar de verdad, pero lo que esta claro es que la serie ya es repetitiva y cansina. Si tenemos en cuenta la duración de cada capitulo con la carencia de gracia en las situaciones que plantea, a mi se me hace imposible verla.
¿Qué se podría hacer para mejorarla?
Yo empezaría por no sobrepasar los 50 minutos, aunque se que eso en España es imposible.
Tampoco estaría mal que los guionistas arriesguen e incluso planteen tramas más serializadas que permitan que se den otro tipo de situaciones y que se pueda conocer mejor a algunos personajes secundarios a los que se les podría sacar mucho jugo.
También sería un acierto que aprovechasen los nuevos personajes para introducir nuevos perfiles y personajes que contribuyan a que la serie siga fluyendo, evolucionando y a que no se estanque.
Y desde luego ayudaría mucho, que dejasen de repetirse situaciones y chascarrillos que en su momento tenían gracia pero que ya no la tienen, más que nada porque ya los hemos visto.
Teniendo en cuenta que las audiencias todavía son buenas, lo más seguro es que la próxima temporada de la serie siga por los mismos derroteros, porque si de algo estoy seguro es que la cadena no va a querer riesgos sino que se continúe con la misma formula que hasta ahora esta funcionando... Por más que nos pese, es así como acaban muriendo muchas series cómicas españolas, por agotamiento.
goniker1
Por fin os dais cuenta de que esta serie a tomado mucho de Aida desde sus orígenes.
Y si Aida ya esta cansina , imaginaros esta.
Me da mucha pena, por que le tengo mucho cariño a esta serie pero se le ve un triste final si no lo arreglan pronto.
mors86
Totalmente de acuerdo, sobre todo con el punto número 3, es tremendo ver como Amador parece medio retarded repitiendo las mismas frases y muletillas hasta el aburrimiento. Un poco como Luisma en Aída vaya.
sergiomorante
Estoy contigo sobre todo en la caricatura en la que han convertido a personajes como Estela. Sin duda, el mejor episodio de LQSA fue cuando ella ejerció de pitonisa. Ahí se demostró la genialidad de ese personaje. Ahora solo es alguien que balbucea y que pasa de puntillas por las situaciones. La "felación" que le hizo al médico casi fue inexistente. Ha perdido mucho