Hay una larga lista de razones por las que envidiamos la ficción extranjera. No podemos ocultar nuestras ganas de que quisiéramos que aquí las cosas fueran diferentes y si tenemos que mirar a un modelo de referencia todos sabemos que ése se encuentra en Estados Unidos. Aunque no lo parezca allí también prima la audiencia por encima de todo, pero las cadenas americanas tratan a sus ficciones televisivas con mucho más cuidado, algo que los espectadores lo acaban agradeciendo. En España lo que menos importa son los espectadores, o al menos eso es lo que tenemos que deducir después de cambios en la parrilla, modificaciones en los horarios e improvisaciones en la emisión de una serie.
Éste último es otro de los motivos por los que nos toca quejarnos de nuestra ficción. Si en Estados Unidos la programación de las series se conoce con meses de antelación, aquí podemos estar a una semana del estreno de una serie sin que los espectadores lo sepan. Pero hay algo más. Se trata de las ocasiones en las que una serie está en emisión y las cadenas juegan con su programación, no solo cambiándola de día para buscar el favor de la audiencia, sino provocando parones sobre la marcha que hacen que una serie desaparezca y aparezca de una semana a otra.
Un caso concreto que hemos visto este curso es el de ‘El barco‘. La ficción se despidió el pasado 1 de diciembre, cerrando lo que creíamos que era su segunda temporada. Más tarde la ficción regresó el 5 de enero, con un capítulo titulado “Noche de Reyes” que estaba centrado en la Navidad, que también se celebraba en el Estrella Polar. Lo curioso de este capítulo es que continuaba las tramas como si de un episodio más se tratase, por lo que pudimos comprobar que no asistimos al final de ninguna temporada un mes antes. Y, después del capítulo navideño, ‘El barco’ sigue desaparecida, aunque sabemos que hay más capítulos que continúan con las tramas de la segunda temporada y que volverán en una fecha aún desconocida.
La práctica que ha seguido Antena 3 con ‘El barco’ es muy habitual en nuestra televisión. Podríamos considerar que la ficción ha entrado en un parón como los que se viven en Estados Unidos, con la abismal diferencia de que aquí no se avisa al espectador y tenemos que estar expectantes de lo que vaya a ocurrir en el futuro, ya sea en las próximas semanas o en los próximos meses. Pero ‘El barco’ no es una excepción, ya que, a decir verdad, las excepciones son las ficciones que llegan a ser emitidas sin semanas de descanso o sin parones obligados a causa del fútbol o cualquier otro evento significativo.
De sobra conocidos son los parones que sufrieron series como ‘Hospital Central’ o ‘Aída’ la temporada pasada. El primer caso lo entendíamos como una respuesta de Telecinco como consecuencia de la bajada de audiencias que estaba viviendo la serie. Así, ésta desapareció y apareció casi un año después hasta conseguir el milagro: el público volvía a engancharse a las urgencias del Central, lo que le permitía ser renovada casi cuando ya estábamos preparados para su final definitivo. Pero no comprendimos lo que ocurrió con ‘Aída’, que de la noche a la mañana desapareció sin que Telecinco diera más explicaciones. La comedia se marchó en abril y no volvió hasta finales de octubre, partiendo por la mitad una temporada y emitiéndola en dos cursos diferentes.

Un caso distinto, o al menos a mi parecer, es el que ha ocurrido recientemente con las series de La 1. Tanto ‘Cuéntame cómo pasó‘ como ‘Águila Roja’ descansaron por Navidad, algo que tampoco supimos hasta que no llegó el momento del parón, pero después de las fiestas, ambas series volvieron para concluir con sus respectivas temporadas, y no tuvimos que esperar un tiempo indefinido a que volvieran a la pogramación de la pública. De nuevo, La 1, jugando en una liga superior al resto.
La audiencia no responde por igual
Ante estos movimientos improvisados que cortan la temporada de una ficción cuando generalmente está cosechando datos de audiencia aceptables, los espectadores reaccionan de distinta manera. La reacción más lógica que podemos deducir que se da con estos movimientos es la pérdida paulatina de espectadores. Así ocurrió con el capítulo navideño de ‘El barco’ el pasado 5 de enero, un episodio que perdió un millón de espectadores con respecto al último que se había emitido en Antena 3. De cara al futuro esto puede ser perjudicial para ‘El barco’. La trama ha avanzado un episodio y hay quien puede decantarse por bajarse del carro cuando la ficción vuelva a la parrilla de Antena 3.
Si esto ocurriera, encontraríamos un claro precedente reciente en otra serie emitida por Antena 3 el curso pasado. El caso de la primera temporada de ‘Hispania’ bien podría asemejarse a lo que ha ocurrido con ‘El barco’. Antena 3 también decidió parar la emisión de la ficción justo cuando quedaba un episodio para que ‘Hispania’ pusiera fin a su exitosa primera temporada, capítulo que se emitió casi un mes más tarde provocando que su audiencia bajara considerablemente. Y de ese descenso no se llegó a recuperar en el futuro, ya que la segunda temporada fue perdiendo seguidores cada semana.
Pero estas estrategias no siempre tienen efectos negativos en la audiencia. Si valoramos algunos de los casos comentados anteriormente nos daremos cuenta de que a la audiencia de ‘Águila Roja’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ no les ha importado que sus emisiones descansen por Navidad. Ambas ficciones han vuelto en 2012 manteniendo los datos con los que se marcharon antes de las fiestas navideñas. Algo que también ha ocurrido con ‘Aída’. El vacío que dejó en la noche de los domingos y todos los intentos fallidos de Telecinco por encontrar una sitcom adecuada con la que cubrir su hueco ha hecho que la vuelta de la serie aumente considerablemente su número de espectadores, sin que se acuse esa ausencia inesperada.
Aunque parece que improvisar con la emisión de las series puede ser una estrategia cuyo éxito resida en según qué casos, dejar en el aire la programación de las ficciones es algo que no beneficia a nadie. Perjudica notablemente la estabilidad de una ficción de cara a los espectadores (si con algo nos ha ganado La 1 ha sido tras darle esa estabilidad a series como ‘Cuéntame cómo pasó’, que lleva años emitiéndose los jueves), la promoción que se quiera hacer de cara a un estreno o al regreso de una temporada y provoca un desgaste en el espectador tras comprobar que los capítulos de sus series preferidas aparecen y desaparecen según le venga en gana a los programadores de turno. Por eso, una vez más, solo podemos terminar con la misma recomendación de cara al futuro: más respeto por las series, por favor.
En ¡Vaya tele! |Cuatro errores frecuentes que las cadenas españolas suelen cometer al emitir sus series
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ciudadanopoe
Estando de acuerdo con todo lo que expones, el problema no es al 100% así. A las cadenas sí les importan sus espectadores. Mucho. El problema es la imagen que tienen de los mismos, que es lo que debería cambiar. Piensan en ellos con targets propios del pasado y, si no lo jacen las cadenas, lo hace más de una productora. Así, aún vemos niños (si no salen más es por las leyes restrictivas con este tema) y pronto veremos una nueva tanda de oficios, al tiempo. No consideran al público adulto. Y muchas creen saber el misterio más grande de todos: lo que quieren ver. Y abundan folletines, series a las que se les ven las costuras (Toledo), marean a los creadores hasta cambiar el sentido de una serie (La Fuga)... Quiero dejar claro que, pese a que aquí alguien lo ha dicho, los que trabajamos en las series sí pensamos en el público. Y nos importa mucho. Queremos contar al go a alguien: y ése es el público. Alque o le respeteas y le tratas como alguien inteligente o mueres en el intento. El problema es las barreras que hay que pasar para contar lo que tú quieres o has creado. Por medio está la cadena (muchas veces la que menos problemas te da), productoras y, sobre todo, un sistema de producción obsoleto, tanto en medios (ausencia de interiores naturales y exteriores, a diferencia de cualquier serie de fuera que veamos... salvo los folletines venezolanos). Luego está el sistema de grabación: muy rápido (hay que abaratar costes) y la ausencia de la producción ejecutiva, habitual en esas series de fuera que tanto nos gustan, por parte del cerador de la serie o de un guionista. Los directores mandan a menudo más de lo que debieran. Y, por muy buenos que sean (que los hay) una serie echa mano de mínimo 3 o 4 directores. Y si cada uno reinterpreta el guión que recibe sin nadie que controle, deriva en 3 o 4 estilos diferentes. Aquí se queja gente de programadores: ¿por qué parar una serie que funciona? ¿por qué alargar su reaparición? Hay casos sangrantes: Hermanos y Detectives o Los Protegidos, es cierto. Pero, particularmente, como espectador, prefiero series de 3, 6, 8 capítulos. Como las inglesas (a los que los EEUU están imitando cada día más). Prefiero historias potentes que alargar todo como un chicle. Es más caro. Pero más vendible. Y eso también da dinero. Pero el público les importa. El problema es que no se han dado cuenta de que ha cambiado.
Tejo
Totalmente de acuerdo excepto en una cosa. Aquí los espectadores no tolerarían esos parones de emisión de EEUU (p.e. lo que hizo la Fox con New Girl en sus primeras emisiones). Por mucho que den las fechas con muchísima antelación (que es de agradecer, claro está) tampoco significa que traten maravillosamente a todas sus series ni que su modelo sea exportable. De hecho, en España sería un suicidio.
Laura-Joram
Para mí, a estas alturas, lo que es incomprensible, es que las series tengan espectadores (a miles!) y que se sigan viendo en directo.
Yo hace tiempo que perdí la cabeza atendiendo a los cambios de programación, tanto de series autóctonas como extranjeras, y pasé a verlas cuando quería y donde quería, siguiendo mi propia programación.
De seguir con esta falta de sentido común y respeto por los espectadores yo ponía todas las series directamente en la web de la cadena y que cada uno se sirva cuando quiera, porque esto es de locos!
edupremia
el problema es que a las TVS les importa un pito el especatador, así como a los que trabajan en estas series. Desde hace tiempo deje de ver series nacionales por muchos motivos, uno es el que comentáis, la falta de respeto, la poca seriedad en la programación y en muchas ocasiones con nula confianza con sus propias series.
Por no hablar del maltrato que han recibido las series internacionales desde la época de "Urgencias" hasta el día de hoy.
Y una pregunta chorra ¿En El Barco se siguen duchándose junto tanto mujeres como hombres?
Pyro
'El barco' o cómo las cadenas españolas producen series con un argumento tan bueno que priman los desnudos a los hechos.
abril.reyes
Por el título yo pensé que hablaríais de cómo improvisan las tramas de las series sobre la marcha para alargar y alagar las series hasta convertirlas en un sin sentido. Dicho esto. Sí es complicado saber qué dían dan tal serie o tal otra. La que tiene día Fijo desde hace como 10 años es Cuéntame (grandes los Jueves) para el resto es obligado mirar los diarios o páginas de programación de TV para saber qué dan...
radiodegiro
No todo es negativo. Aquí no suele haber miniparones para meternos capítulos repetidos como en las networks americanas.
adrironda
yo no veo el barco,pero cuando vi anunciar que estaban disfrazados de reyes magos me descojone,ese barco es infinito,yo creo que la tierra no ha desaparecido,si no que esta dentro del propio barco
c.b.c.
y luego esta el caso de "los protegidos" la segunda temporada tuvo bastante exito si no recuerdo mal... se esperaba el regreso para septiembre y todavia no ha dado ni señales de vida.... asi tambien se cargan series....
a_212
El caso de El Barco, es curioso, porque desde un principio creo recordar que comentaron que la temporada iba a ser de 17 o 18 capitulos, y que antes de acabr la temporada iban a llegar a tierra. El cpaitulo navideño fue el 14, asique quedan 3 capitulos por emitir, aunque no se a que espera Antena 3, porque como quieran juntarlos con la 3era temporada la van a cagar.
sandyta
No podría estar más de acuerdo con el artículo. Es uno de los tantos motivos que desminuye la calidad de nuestras series (me refiero al modelo general)y uno de los tantos por los que me da cierta pereza seguir productos nacionales. Resulta muy canasado y bastante absurdo tener que estar pendiente semana sí, semana también, de cuándo van a echar una serie, a qué hora, si habrá parón, cuándo se estrenará o cuando finalizará. Es una falta de estabilidad que no beneficia a nadie y solo demuestra una falta de respeto hacia el espectador porque vuelve loco a cualquiera.