La séptima temporada de 'The Walking Dead' iba a ser la de Negan, y sus primeros ocho episodios se han consagrado a que conociéramos bien a ese villano y al sistema que había montado a su alrededor. Tenían que dejarnos claro cómo conseguía doblegar a comunidades enteras de supervivientes y cómo lograba humillar a Rick y ponerlo por completo a su servicio, ¿pero hacían falta tantos episodios para ello?
Negan era un villano muy esperado y, al mismo tiempo, ha generado una notable división entre los espectadores; están quienes lo adoran y quienes no lo soportan. Sí da la sensación de que el personaje está dando de sí todo lo que podía y se impone un cambio de ritmo para la vuelta, el 12 de febrero (un día después en FOX España).
Un mundo más amplio
Desde la cuarta temporada, cuando Scott Gimple pasó a ser el showrunner de la serie, 'The Walking Dead' le ha tomado el gusto a dividir a los protagonistas y a dedicar un capítulo a las andanzas de cada uno de esos subgrupos. En aquella entrega, y en la quinta, la táctica funcionó bastante bien, y en esta séptima ha tenido un resultado desigual. Venía bien desintoxicarse de Negan, los Salvadores y el trauma de Rick con Carol y Morgan en el Reino o con el descubrimiento de Tara de una comunidad formada sólo por mujeres, pero no todos esos desvíos tenían el mismo interés.
'Swear', el episodio dedicado a Tara y Heath (que se habían marchado en busca de provisiones y medicinas después de que Rick asaltara la estación de satélite de los Salvadores), ha sido, probablemente, el que ha demostrado más chispa y más interés de toda esta tanda, junto con el descubrimiento inicial del Reino.
Tara nunca ha sido un personaje especialmente destacable, pero su hallazgo de esa comunidad costera (que parecía sacada de 'Y: el último hombre'), y del sufrimiento que Negan le había infligido, sí nos daba una idea de que el mundo es mucho mayor de lo que Rick y los suyos suponían, y de que sí tienen una posibilidad de rebelarse contra los Salvadores y tener éxito, si consiguien que todos los grupos oprimidos por ellos trabajen juntos.
Ese concepto de la solidaridad empieza a aparecer aquí y allá, en el guardia de Ezequiel que pide ayuda a Carol y Morgan o en las palabras de Gabriel a Rosita, pidiéndole que no actúe sola contra Negan. La clave del dominio de éste reside, en parte, ahí. Es un matón de patio de colegio de libro, que utiliza la fuerza de sus secuaces para hacer y decir todas las burradas que se le pasen por la cabeza. Mientras todos los demás intenten rebelarse solos, por su cuenta, nunca conseguirán derrotarlo.
El breve paso por el Reino fue también de los momentos álgidos de esta primera mitad de la temporada por la farsa de Carol para hacer creer que es una indefensa señora que sólo quiere que la dejen tranquila. Pero tras esa presentación, no hemos vuelto a saber nada más de ellos. Ezequiel puede ser un personaje interesante por su reconocimiento de que es todo fachada, pero de momento se ha quedado en la presentación de sus tratos con Negan.
El principio de la insurgencia
A 'The Walking dead' le gusta tanto escuchar a Negan hablar como él adora oír su propia voz, y se ha regodeado en toda su crueldad vacía para, probablemente, que la rebelión definitiva de Rick contra él sea más satisfactoria. Pero eso no ha conseguido que Negan sea realmente un villano medianamente interesante, y ese cliffhanger con el que se acaba la temporada 7A es igualmente vacío (y no sólo por lo que se ve en el adelanto del noveno episodio). Evidentemente, Rosita no va a mata a Negan y, a cambio, éste le va a arrear un buen batazo mata a otro personaje de Alexandria que no tenía mayor importancia. Y esa muerte va a ser la que saque definitivamente a Rick de su estupor y le convenza de que tiene que actuar.
El inicio de la séptima temporada ha servido esa función, la de preparar el terreno para el enfrentamiento Rick-Negan que el primero había buscado antes de tiempo. Ahora sabe que hay más gente ahí fuera con las mismas ganas de librarse de su yugo, y también conoce mejor sus métodos y hasta donde llega su influencia. Será interesante ver el papel que juega en esto Dwight, aquel tipo que huía de Negan con su novia y su hermana cuando Daryl se los encontró en el bosque, y que ahora es el principal carcelero de Daryl. El capítulo que se centró en él, y que nos enseñaba un primer vistazo al funcionamiento de los Salvadores desde dentro, dejaba entrever que Dwight sólo necesita una pequeña chispa para volverse contra su jefe.
¿Habrá valido la pena sobrevivir a estos ocho capítulos para llegar a esa lucha contra Negan? ¿Ha construido bien la serie el papel de éste como villano? Secundarios como Maggie, Sasha, Aaron, Tara o los propios Carol y Morgan han demostrado que pueden ser más entretenidos de seguir que Rick y sus traumas, si los guionistas deciden potenciarlos de verdad. Para los nuevos ocho capítulos que se verán en febrero comprobaremos si Rick realmente ha aprendido algo de todo esto o si va a seguir cometiendo los mismo errores de siempre.
Porque, además, 'The Walking Dead' ya nos ha enseñado la próxima amenaza que se cierne sobre los supervivientes, con esas botas que acechan el lago al que Aaron y Rick van buscando provisiones. Quizás por eso sus villanos acaban teniendo menos fuerza de lo que parecía inicialmente, porque los espectadores saben que no son más que un trámite, que en el horizonte siempre hay otro esperando.
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