El verano es esa etapa que muchos aprovechan para ponerse al día con las series que abandonaron a lo largo del curso. Las vacaciones nos permiten dedicarle ese tiempo que no pudimos sacar meses atrás y son muchos los seriéfilos que utilizan estas semanas para actualizarse. Pero tampoco está mal que dediquemos el verano a otro tipos de ficciones, sobre todo a aquellas que tienen la habilidad de, una vez que cambiemos el chip, ofrecernos un rato de entretenimiento puro con un material de lo más loco e hilarante. Esa puede ser una de las causas que ha llevado a Cuatro a estrenar esta noche 'Scandal', la ficción de la ABC que se ha convertido en todo un descubrimiento a lo largo de la temporada.
Para explicar lo que puede suponer el estreno de 'Scandal' en la televisión española en abierto, podríamos recurrir a lo que ocurre con el mundo musical durante los meses de más calor. 'Scandal' tiene todos los ingredientes para producir en los espectadores los mismos efectos que la canción del verano en nuestras vidas durante las próximas semanas. No se encontrará entre nuestras canciones preferidas, pero posee un ritmo pegadizo, una letra tonta y nos hará pasar un buen rato en alguna que otra noche. Además, la serie llega en un momento en el que nuestro cerebro se deja llevar más de lo normal y admite ciertas licencias que nos parecerían impensables durante el resto del año. Con 'Scandal' podría pasar algo parecido, incluso que la llegáramos a odiar por repetitiva en su trama amorosa pero, ya metidos en la historia, llega un momento en el que no puedes más que admitir una gran dosis de adicción de la que costará desengancharse.
'Scandal' es la tercera serie de Shonda Rhimes tras 'Anatomía de Grey' y 'Sin cita previa'. En esta ocasión, abandonamos los hospitales para conocer a un grupo de personas especializadas en resolver asuntos turbios que podrían dañar la reputación o poner en peligro la propia vida de los afectados. El grupo está liderado por Olivia Pope, una nueva diva televisiva a medio gas que siempre guarda un as bajo la manga para resolver cualquier problema. Por otro lado, la ficción también nos lleva hasta la mismísima Casa Blanca para que veamos de primera mano un sinfín de conspiraciones políticas que se mezclarán con los casos que deben resolver los "gladiadores trajeados" (así se denominan los integrantes del grupo liderado por Olivia).
'Scandal' parte con la premisa de ofrecer capítulos autoconclusivos con los que se acerca a la fórmula del procedimental que, sin embargo, abandona tras los siete capítulos que forman su primera temporada. A partir de aquí, la serie inicia una historia serializada donde lanza todo su arsenal y nos muestra las posibilidades de una ficción más centrada en dar giros de guión y mostrar conspiraciones paranoicas que en ofrecer una historia madura. Llegados a este punto puedes quererla u odiarla, pero ninguno de los dos sentimientos hará que la dejes a un lado, ya que la necesitarás como parte de la adicción televisiva en la que se ha convertido. Querrás ver hasta qué punto de locura es capaz de llegar su historia, cuál será el próximo paso que se atreverán a dar los guionistas o quién será el próximo personaje en mostrar una doble cara.
Esa razón explica por qué 'Scandal' ha superado la audiencia que marcó en su corta primera temporada, teniendo una evolución ascendente en número de espectadores que no suele verse en televisión todos los días. En este caso, 'Scandal' ha conseguido audiencia a medida que ha ido aumentando los giros inesperados en su trama principal, centrados en ofrecer la enésima sorpresa al espectador a costa de convertirse en lo que podría ser una buena parodia de una ficción de conspiraciones, amores y tramas engañosas que decide aparcar cualquier dosis de credibilidad que pudiera ofrecer. En vez de eso se dedica a ofrecer unos personajes ligeros en una historia desequilibrada que, pese al extremo de locura al que llega a la mitad de su segunda temporada, consigue encajar todos sus tramas sueltas, por difícil e imposible que parezca.
Con estas características, para disfrutar de 'Scandal' lo primero que hay que hacer es cambiar la manera en la que nos enfrentamos a una serie. No nos podemos esperar una ficción seria, por más que ella se tome en serio a sí misma y hay que estar dispuestos a que nos ofrezcan las tramas más disparatadas posibles, pese a que tengamos que ver un presidente de los Estados Unidos (véase también como el líder del mundo libre) al que se le conocen más escándalos y líos de faldas que trabajos para el bienestar de su pueblo. Todo puede suceder en 'Scandal', la ficción que estrena esta noche Cuatro y que, como te atrape, no te va a dejar escapar fácilmente.
El único pero con el que arranca la ficción es el horario en el que Cuatro ha decidido situar su estreno. El estreno de 'Scandal' se hará de rogar, situado para las 23:15 después del final de la segunda temporada de 'Homeland'. Si tenemos en cuenta que la cadena tiene la intención de empezar su emisión con un doble capítulo, vemos que se alargará hasta cerca de la 01:00, una estrategia que desde luego no está diseñada para aquellos que deben madrugar al día siguiente aún encontrándose en los meses de verano.
En ¡Vaya tele! | 'Scandal', la serie que se toma demasiado en serio a sí misma