Últimamente parece que los veranos son muy buen lugar para otro tipo de propuestas. Series algo más arriesgadas o que se mueven por terrenos no demasiado convencionales en cuanto al tono y la historia. 'Preacher' es una de estas series. La adaptación del cómic de Garth Ennis y Steve Dillon acaba de concluir una primera temporada cuyo mejor calificativo es el de "prólogo".
No es que no haya pasado nada en la temporada. Porque si nos ponemos a pensar en todo lo que han escrito Sam Catlin, Evan Goldberg, Seth Rogen y compañía para estos diez episodios nos daría bastante vértigo. Incluso los momentos más aparentemente vacíos e inconexos resultaban bastante interesantes. No es eso. Es esa ligera sensación de que no terminaba de arrancar hasta ese final de temporada.
El piloto de 'Preacher' era todo lo que podíamos esperar de la adaptación de 'Predicador': macarra, gamberro, humor negro, algo irreverente... y ya se veían algunos de los ingredientes que nos íbamos a encontrar en la historia de Jesse Custer (Dominic Cooper), un joven predicador en crisis en el pequeño pueblo de Annville, Texas.
A lo largo de los episodios descubrimos que el reverendo ha sido poseído por una entidad llamada Genesis, un híbrido sacrílego cuyo poder rivaliza al del mismo Dios, o al menos eso dicen sus ángeles custodios Fiore (Tom Brooke) y DeBlanc (Anatol Yusef). No es el único problema al que se enfrentará Custer: la llegada de Tulip (Ruth Negga), su ex, y Cassidy (Joseph Guilgon), un vampiro, le complicarán las cosas todavía más que la decisión de Odin Quinncannon (Jackie Earle Haley), magnate de la carne y cacique local, de expropiar las tierras de la iglesia.
Buena temporada pero con poco para el recuerdo
Ya comenté en la reseña de principio de temporada que me había gustado mucho el piloto de 'Preacher', con sus fallos, pero bastante potable. La primera temporada de la serie ha seguido en la línea, con algunos momentos mejores y otros peores... pero me temo que en líneas generales va a pasar bastante desapercibida en nuestra memoria.
Yo de hecho estoy tratando de rememorar grandes escenas... pero por lo general 'Preacher' ha sido bastante discreta en este sentido. Algo extraño en una serie que llama al exceso. Haciendo memoria solo destacaría 3 momentos:
- El penúltimo episodio con toda la historia del Asesino de Santos (Graham McTavish) tiene una escena muy potente pero que pierde su efectividad por el bucle.
- Jesse Custer v el ejército sureño de Quinncannon.
- La pelea entre los ángeles, Predicador y la Serafín en el motel.
Un balance algo pobre, a la par que poco indicativo de lo que de verdad nos encontramos en la serie. Y es que creo que el principal problema que tiene 'Preacher' es que no sabe muy bien en qué aguas navegar. Podría ser perfectamente un festín a lo 'Ash vs. Evil Dead' o algo más pausado a lo 'The Walking Dead'... pero me temo que Sam Catlin ha decidido que sea algo intermedio. Y la fórmula no termina de funcionar.
De ahí esa sensación de "temporada prólogo". Porque con un prólogo uno no sabe muy bien de qué va la serie. Sí, hemos visto el final y esa búsqueda de Dios que van a emprender el trío protagonista, pero hasta entonces 'Preacher' iba calándose continuamente. Espero que la segunda temporada, una vez ya puesto en marcha todo, vaya, siguiendo con las metáforas del motor, sobre ruedas.
En ¡Vaya Tele! | 'Preacher' tiene un piloto que es la caña
Ver 5 comentarios