Museo de cabeceras: 'Unbreakable Kimmy Schmidt'

Museo de cabeceras: 'Unbreakable Kimmy Schmidt'
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Serie: ‘Unbreakable Kimmy Schmidt’
Cadena: Netflix (2015-)
Música: Unbreakable Kimmy Schmidt – Schmoyoho

Unbreakable! They alive, dammit! It’s a miracle

Aviso. Si la oyes una vez no te la quitarás de la cabeza. Tampoco la serie. 'Unbreakable Kimmy Schmidt' se sale de la norma, como cualquier cosa que sale de los estudios de Netflix: comedias sin risas enlatadas, de autor, bizarradas animadas... En este caso, Netflix ha tenido a bien acogerla cuando la NBC le dio la patada. Debieron darse cuenta de que iba muy en su línea.

Y es que el argumento es de traca: una secta desmantelada, cuatro mujeres-topo que salen a la superficie después de quince años y -cómo no- la prota intentando hacerse un hueco en la vida, la madurez y la inmensa Nueva York. Como en '30 rock', Tina Fey (showrunner de ambas) ha recurrido al estudio de diseño Pentagram para la secuencia de apertura.

Seguramente no recordéis a Emily Oberman de otros títulos de crédito como 'Will y Grace' o 'The Tonight Show with Jimmy Fallon'. Con la serie de Netflix han optado por contarnos el storyline para entender la naturaleza de Kimmy: el momento rescate, con los SWAT, los testimonios vecinales editados y convertidos en rap, combinados con esas fotos de archivo y la salida de Kimmy al mundo real, irradiando luz y optimismo.

Según la propia Oberman, buscaban algo que tuviera "vida propia", independientemente de la ficción. De ahí la intención de que parezca el típico vídeo que alguien monta, sube a YouTube y convierte en viral. Como el que vemos en la serie, inspirado en un megafail en directo de su amigo y compañero de piso, Titus Andromedon. En esta versión extendida de los Gregory Brothers aún lo veréis más claro.

'Unbreakable Kimmy Schmidt' -y su cabecera- marcan la diferencia; que convenza ya va con los gustos de cada uno. A mi me ha ganado con su surrealismo, con sus inesperados secundarios -un irreconocible Jon Hamm, por ejemplo-, con su estilo paródico... y su pegadiza canción. Y me ha seguido ganando, pese a alguna duda inicial y el histrionismo facial de su protagonista, Ellie Kemper. No puedo sino darle la razón a mi compañero David: el sexto capítulo (cuando Netflix empieza a producirla) es un punto de inflexión. Y ya le ha asegurado dos temporadas más.

En ¡Vaya Tele! | Museo de cabeceras

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