Eso han vivido en esta primera temporada los protagonistas de 'Looking', la nueva voz generacional de HBO personificada en el ambiente gay del San Francisco 2.0, víctima del movimiento hipster. Los ocho capítulos han representado un viaje de ida y vuelta en la búsqueda del amor evitando que los clichés lo determinen todo y la serie se destruya a si misma. Gente normal, situaciones más verosímiles que en la mayoría ficciones que pretenden serlo y, de telón de fondo, lo que viene a ser eso que llaman el devenir del tiempo. Esa es la premisa de una serie que ha tenido que abrirse camino entre críticas de los que acusan su aburrimiento y su falta de tramas.
Lo que pasa en 'Looking', señores (y suscribo la opinión de mi compañero David) es la vida. Y eso implica muchas cosas: dudas, dramas, reflexión, momentos oscuros pero también días soleados, instantes de felicidad que parecen un episodio de equilibrio y armonía cósmica y días en los que desearías meter la cabeza en un agujero y el mundo es un lugar odioso. En definitiva, el día a día de tres amigos que, por motivos distintos, no se sienten realizados en la vida y siguen embarcados en esa búsqueda infatigable, asumiendo lo malo y luchando por lo bueno.
¿Por qué hay que verla?
Principalmente, porque es una historia en la que puedes creer, lo más cercano a una dosis de realidad en estos mundos de ficción. No es una fábula ni una distopía; no hay escenarios apocalípticos ni enrevesadas tramas. Y aunque todo eso me fascine y sea fan de series como 'Black Mirror' o 'Breaking Bad', como en el cine, necesito todo tipo de historias. Hay una serie para cada momento; incluso para cada compañía. Hay series que se ven sin respirar para no perder un sólo frame de información y otras que no requieren análisis ni teorías sobre su significado; esas a las que simplemente se les deja que calen, que vayan haciendo poco a poco. Hasta que te van convenciendo y se van despojando al tiempo de esa aparente "insustancialidad". Después de ver los ocho capítulos creo que nadie podría decir que no nos han contado nada.
Entiendo que viendo sólo el piloto no se interprete más allá de la visión de Michael Lannan del San Francisco de hoy (un lugar tan emblemático y tan cargado de significado por la lucha de los derechos de la comunidad gay) y de la vida en general. Narrada con gusto y sensibilidad, desde la absoluta normalidad y liberando a sus personajes de encorsetarse en su homosexualidad. Y es que, pese a que la sexualidad marca la serie como ya dije en su momento, la búsqueda del amor y la realización personal, las relaciones o la amistad son cuestiones universales, por encima de las preferencias sexuales de cada uno. Que Lannan personifique su historia en tres homosexuales no significa que la historia sólo pueda interesar a este perfil de público.
Pasa la vida
Lo que la serie nos ha ofrecido en estas ocho entregas es un primer viaje viaje por las almas de Patrick (Jonathan Groff), Augustin (Frankie J. Alvarez) y Dom (Murray Bartlett), tres hombres que siguen buscando la manera de ser felices y no sólo necesariamente a través del amor. De hecho, la amistad es lo que verdaderamente cuenta, lo que les queda después de recoger los pedazos de sí mismo que han quedado después de otro fracaso. Como le ocurre a Augustin, doblemente torturado por su incapacidad de "domesticarse" con otro hombre y esa visión tan particular del arte que acaba por impedirle ser el artista que quiere ser. O a Patrick, después de poner todo su empeño en implicarse emocionalmente con alguien para acabar aprendiendo que las cosas simplemente fluyen. Suceden sin previsión y a veces escapan a nuestro control.
'Looking' nos ofrece un retrato humano y una voz cercana. No es un mundo creado para el deleite visual o la evasión de nuestras mentes. Quizás un paseo por el campo no se grabe a fuego en tus recuerdos como el momento más brutal de tu vida, pero mientras lo hacías lo disfrutaste o incluso puede que respiraras aire puro y pensaras "¡qué gusto estar aquí!". 'Looking' es ese momento agradable, esos segundos que te tomas para respirar aire fresco sin echar en absoluto de menos la nube de polución urbana sin la que tampoco podrías vivir.
Cuando veo series quiero explorar todas las emociones: quiero reírme y veo 'Modern Family' o 'Cougar Town'; quiero indagar en los recovecos del alma humana y me pongo 'Hannibal' o 'The Killing'; quiero disfrutar de una superproducción y me doy un maratón de todo 'Juego de Tronos' en dos semanas; o acabar un capítulo con una sonrisa porque me hizo sentir emociones como si fueran reales y para eso está 'Looking'.
Gracias por ser mi amigo
¿Podemos volver a los buenos tiempos, antes de todos los novios? ¿No echas de menos el maratón de 'Las Chicas de Oro' de los sábados?
Después de todo lo que han vivido (que, insisto, ha sido mucho e intenso), puede que aún no lo hayan aprendido todo sobre sí mismos. El título del último capítulo, Reflejándose en el espejo, es bastante revelador. Patrick empieza a asumir que tal vez tenga un problema con ese compromiso que tanto ansía. Augustin, que las relaciones exigen demasiado y quizás sea muy egoísta para darse a otro. Y Dom parece que ha encontrado lo que no estaba buscando cuando por fin ha decidido realizar su sueño personal.
Pero tras el viaje de ida y vuelta, lo que permanece es la amistad entre los tres. Y ese guiño final a 'Las Chicas de Oro' utilizando su sintonía para los créditos de cierre era más que un homenaje. Al final las mejores cosas de la vida son las más sencillas, como disfrutar de un maratón de tu serie favorita con tu amigo. Y ese es otro de sus puntos fuertes: el concepto "imperfecto" de amistad que retratan. Sin etiquetas ni filtros. Por mucho que me encanten las locuras de la pandilla Cul-de-sac o las conversaciones de unos amigos que pasan ocho horas al día sentados en el sofá de un café bebiendo en tazas gigantes, no me siento identificada con ellos. Nadie tiene un grupo de amigos así (y si lo tenéis con eso hacéis mínimo una webserie).
En ¡Vaya Tele! | 'Looking', un viaje anticlimático
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