Puede, de hecho es un hecho, que la sexta temporada de 'Juego de Tronos' haya sido la que, de lejos, ha disgustado más a los fans de la serie. Temporada a temporada las series y los espectadores vuelven a proceder a un cortejo y nos hacemos los duros: con 'Juego de Tronos' lo magnificamos y exigimos cada vez más y, según a quién le preguntes, cumple o no.
Adiós a los libros
El gran reto que tenían David Benioff y D.B. Weiss para preparar esta sexta temporada es que el material original se les agotó en la quinta, exceptuando algún detalle de la trama de Arya y algún cabo menor. No es lo mismo tener una guía de referencia de miles de páginas que unas líneas generales y apuntes de lo que George R.R. Martin prepara para 'Vientos de Invierno'.
Pero tampoco ha sido un cambio brusco. Ya desde el principio hemos visto cómo la serie se ha ido separando de los libros paulatinamente. Se trata de una estrategia que, precisamente, fomenta el minimizar la dependencia entre series y libros. Por lo que, si al comienzo ha parecido que la serie flojeaba, podemos achacarlo al cambio de "biblia". Este cambio hace que la serie se tenga que ajustar un poco, y es lo que ha ido pasando episodio a episodio.
Entonces, ¿qué hemos visto en esta temporada? Pues muchas cosas, tantas que no sé si podré sintetizarlas:
- En el Norte (y el Muro): la resurrección de Jon Snow (Kit Harington) y la llegada de Sansa (Sophie Turner) después de lograr huir de los Bolton, hace que decidan recuperar lo que es suyo, Invernalia. Una campaña que se mostrará altamente difícil. Por su parte, Bran (Isaac Hempstead Wright) sigue su formación con el Verdividente (Max von Sydow), con dramático resultado.
- En Desembarco del Rey: Cersei (Lena Headey) se las va viendo cada vez más canutas para conseguir gobernar los Siete Reinos, el Gorrión Supremo (Jonathan Pryce) sigue empeñado en su cruzada contra los pecados de la realeza mientras que se ha formado un cónclave para separar a la "reina madre" del Consejo Privado del Rey.
- Essos: En Meereen, Tyrion (Peter Dinklage) se ve forzado a actuar y lidiar con los maestros esclavistas mientras Daenerys (Emilia Clarke) sigue desaparecida. La Madre de Dragones se encuentra decidida a regresar a casa, pero antes deberá "convencer" a la plana mayor de los Dothrakis. En Braavos, Arya (Maisie Williams) vive de mendiga ciega en la calle, hasta que al final volverá a las lindes del Dios sin Rostro.
- Y más: Los Greyjoy se encuentran con la usurpación del trono de las Islas de Hierro, Samwell viaja a Antigua, El Perro se recupera de sus heridas, las Serpientes de Arena toman el control de Dorne, el Pez Negro decide recuperar Aguasdulces...
Vamos, que hemos tenido otros diez episodios repletos de elementos, realizados al más puro estilo HBO: construyendo episodio a episodio la tensión para que todo salte por los aires en clímax de excepción.
Las chicas son las que mandan
Si hay algo que ha quedado claro durante la sexta temporada de 'Juego de Tronos', es que de las chicas serán los Siete Reinos. Ya destacaba el elenco femenino de la serie durante las pasadas temporadas, pero desde Sansa a Cersei pasando, por supuesto, por Daenerys, hemos asistido a toda una lección de cómo convertirse en "amas y señoras" de dos continentes.
Además, como ya dijo Marina, esta exaltación del "girl power" nos tiene encandilados a los fans de la serie. Ya digo que, desde aquí, reclamo un spin-off para Lady Lyanna Mormont, la mejor noble que jamás ha pisado Poniente.
Pero ya no es tema de ser mujeres fatales y las que mayores planes y golpes maestros realizan, sino que sus personajes son las que mejor perspectiva global tienen respecto a la situación política y el juego a largo plazo. Solo hay que ver las diferencias de planteamiento entre Jon y Sansa a la hora de retomar Invernalia.
También es verdad que algunas están algo desaprovechadas: uno de los grandes peros de la temporada es la resolución de la trama de Dorne y la toma de poder de Ellaria y las Serpientes de Arena. El viaje de Varys hace intuir que tendrán más peso en la séptima temporada, pero también parecían que iban a tener más importancia en esta y se quedó en nada.
Repitiendo fórmula, ¿cansando a los espectadores?
La sexta temporada de 'Juego de Tronos' ha seguido la pauta de ir in crescendo, construyendo poco a poco, con algunos episodios mejores, otros peores, pero siempre manteniendo un buen nivel para terminar por todo lo grande y mostrando cómo se puede rozar la perfección a nivel técnico y de realización ('Battle of the Bastards' es paradigma de cómo hacer una secuencia bélica).
Este método es una fórmula a la que nos tienen acostumbrados, pero parece que en esta ocasión ha sido peor acogida por el grueso de espectadores, que sienten cómo las diferentes tramas han flojeado en estos primeros episodios. Sin embargo, echando la vista atrás, creo que el nivel de calidad medio ha sido muy similar o prácticamente el mismo que en otras temporadas.
Series de este tipo necesitan de tiempo para forjar cada temporada. Que los dos últimos episodios sean espectaculares es gracias a la tensión construida a lo largo de los ocho episodios restantes, que proporcionan una base sólida y bastante cuidada. 'Juego de Tronos' es una de las producciones más ambiciosas que existen hoy en día y tiene sus fallos, claro. Pero logran, año a año, mantener un nivel altísimo de calidad en todos los aspectos.
En ¡Vaya Tele! | Todo sobre la sexta temporada de 'Juego de Tronos'
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