- Queríamos ser humanos. - ¿Y qué somos ahora, Gareth?"
Alex y Gareth, No sanctuary (5x01)
Y crucemos los dedos para que no sean de nuevo víctima de su famosa irregularidad. Después del capitulazo que se marcaron en la noche de premiere, récord de audiencia incluido, y del confuso derroche de emociones (tensión, asco, miedo, esperanza) el listón estaban tan alto que cabía esperar cualquier cosa esta semana; podía haber tocado una de cal después de la arena. Pero con Strangers, 'The Walking Dead' parece estar superando su capacidad de asombrarnos, exhibiendo nuevos recursos.
Pese a estar (casi) inmunizados ante las escenas más desagradables y ser conscientes de que nos hayamos en el escenario más oscuro ever, en la versión más dantesca de algo remotamente parecido a lo que fue el mundo real, no estábamos -al menos yo- preparados para conocer a la clase de gente que se escondía en Terminus. El catálogo de la raza humana en este mundo apocalíptico incluye ahora un nuevo espécimen. Y es mucho más peligroso que los muertos. Entre los ejemplares de supervivientes, los hay que siguen empeñados en salvar bebés incluso cuando no hay futuro ni esperanza pare ellos. Y hay a quienes les gustaría comérselos.
No hay santuario, demos gracias a Carol
Todo empezó con buenas intenciones. Querían formar una comuna, construir una nueva sociedad con nuevas normas, donde los humanos, los vivos, van primero. Pero alguien se lo tomó al pie de la letra. Después de caer en la trampa de los carteles, de recorrer kilómetros de vías, lo que les esperaba a nuestros supervivientes en La Terminal era un escenario digno del sótano de Hannibal. Ni rastro de santidad o de humanidad. Sólo unos tipos que apresaron a los auténticos líderes del santuario, violaron a las mujeres, les humillaron y se hicieron los nuevos amos. Pero no eran personas. Eran seres humanos transformados en zombies; no de la manera a la que estábamos acostumbrados; más bien, adoptaron su "forma de vida".
Los carteles eran el cebo para que mordieran el anzuelo. Pero, como bien dijo Rick, aún no sabían que habían dado con las personas equivocadas. Salvados por la campana en dos ocasiones (esos pequeños actos de fe que nos exige a veces la ficción), apunto de ser sacrificados como cerdos en el matadero, Daryl, Glenn, Bob y Rick consiguen escapar gracias en parte a su ingenio (el sheriff siempre tiene un as -o un arma- bajo la manga) y a su gran capacidad de supervivencia, pero muy especialmente por la providencial aparición de Carol, que convirtió Terminus en un apocalipsis de zombies en llamas, propiciando el enfrentamiento armado entre los dos grupos. Sin embargo, ni una sola baja de los nuestros. Los otros (algunos) han muerto entre horribles sufrimientos, aunque parece poco riguroso aún en esta serie que alguien pueda seguir gritando mientras un zombie le mastica la garganta.
Intercambiando roles
¿Y qué decir de Carol? ¿Cómo resumir su evolución, de pobre e indefensa, soportando una vida de humillaciones a ser la nueva heroína? Después de semejante hazaña, de volver para salvarlos y de haber mantenido con vida a Judith todo este tiempo, Carol se ha redimido con creces y se ha ganado a pulso su derecho a pertenecer a esta pequeña sociedad/familia: "Te expulsé del grupo y ahora nos unimos a ti. ¿Nos aceptas?". Ahora sólo falta regalarle la posibilidad de volver a sonreír, después de haber perdido a todas sus hijas. ¿Lo conseguirá Daryl? Al menos ha podido boicotear su absurdo plan de fuga. No puede irse, es la nueva líder.
En cuanto a Rick parece que se le han bajado los humos y ha reconocido que no siempre toma buenas decisiones. Es más: parece haber comprendido por fin que las decisiones ya no pueden tomarse en base a los principios éticos que regían la convivencia entre los humanos, antes de que todo esto pasara. Ahora la única norma es sobrevivir. A veces hay que matar algunos hombres malos para ello; pero también algunos buenos. "Cazar o ser cazado". Ahora que han estado a punto de ser ganado, les temblará menos la mano a la hora de ser carniceros.
Los supervivientes
Tampoco ha sido una buena decisión de Rick (pese a que la idea de volver parecía una locura) dejar vivir a los caníbales que sobrevivieron a juzgar por el giro que ha dado la historia, ofreciéndonos el momento más disgusting de la serie: Gareth y sus amigos haciendo un banquete con la pierna a l'ast de Bob mientras él los observa y nosotros sólo podemos decir (con perdón): joder. ¡JO-DER! Después de la guerra contra el Gobernador, se avecinan más enfrentamientos entre vivos. Por si aún no teníamos claro que los vivos representan una amenaza aún mayor que los muertos para lograr sobrevivir. El que no te mata por comida, o un arma, o un lugar con cuatro paredes donde protegerse, te mata para comerte.
Nuestros temores de que Terminus estancara de nuevo la serie encerrándolos indefinidamente en una nueva granja/cárcel eran infundados pero la trama aún no se ha cerrado, contrariamente a lo que pudiéramos pensar al ver la terminal en llamas e invadida. No habrá escondites ni descanso, al menos de momento. Ahora la prioridad es llegar a Washington y dejar que Eugene -el verdadero héroe, se supone, que se esconde tras un peinado mullet- lo arregle todo creando un arma bacteriológica que restaure el orden manteniendo con vida a los vivos y matando definitivamente a los muertos. Pero nadie dijo que fuera a ser fácil.
La primera parada en la iglesia ya les ha puesto sobre aviso. Rick no se fía del Padre Gabriel (Seth Gilliam, 'The Wire'), al que somete al cacheo y al test habituales. No parece trigo limpio: efectivamente, en el mundo de 'The Walking Dead' no se sobrevive tanto tiempo sin haber hecho algo "malo" y él no sólo está vivo: está bien alimentado, no parece haberlas pasado canutas ni haberse endurecido con la experiencia pero él mismo se reconoce pecador y le agobia la culpa. Rick intenta no bajar la guardia pero otros peligros les acechan sin que sean conscientes de ello, haciendo evidente que no pueden concederse un respiro ni fiarse de nadie ajeno. No hay tiempo para brindis cuando Abraham, Rosita y Eugene ocultan algo más que la cura para el virus y para colmo Gareth les busca para ajustar cuentas (que en su mundo viene a ser cazarlos y comérselos.
En definitiva, cualquier persona es ahora más temible y peligroso que los zombies, convertidos ya en armas arrojadizas en las batallas entre vivos, que les han perdido todo el respeto, pese a que siguen siendo un peligro letal. Una hipótesis: ¿estaba Bob herido como resultado del ataque de los zombies acuáticos y no se lo contó a nadie? ¿Pretendía alejarse del grupo y por eso cayó en las garras del siniestro Gareth? En Strangers le hemos visto presumir de perspectiva positiva y cuando más "felices" son él se derrumba. ¿Qué le pasó?
Y aún quedan otros misterios por resolver: desde el paradero de Beth y la identidad del conductor del coche marcado (¿son los mismos que acechaban entre las sombras? ¿Hay otros otros además de Gareth y su grupo?) hasta las señales: ¿quién y por qué está marcando los árboles? ¿Son iguales las que vimos en el árbol junto a Bob y las que está siguiendo Morgan, reaparecido por sorpresa? ¿Que de qué hablo? Es que si no os quedasteis hasta después de los créditos en el primer capítulo os perdisteis el bonus track.
En ¡Vaya Tele! | La permanente irregularidad de 'The Walking Dead'
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