En Estados Unidos es probable que no haya, ahora mismo, una leyenda viva de la televisión más grande que Norman Lear. El guionista y productor encadenó, en la década de los 70, una serie de comedias de éxito que cimentó el estatus del que disfruta ahora, y que introdujo en el género de la sitcom familiar el comentario de las cuestiones que más preocupaban a la sociedad estadounidense de la época. Con Lear nacieron allí las sitcom sociales.
Títulos como 'All in the family', 'Maude' o 'One day at a time' compartían las mismas características formales (eran comedias multicámara grabadas en un plató con audiencia en directo) y todas trataban asuntos como la brecha generacional, el feminismo, el racismo, la dificultad para encontrar trabajo, lo que fuera, de la misma manera: los personajes discutirían sobre ese asunto ofreciendo todos los opuntos de vista posible y aportando, casi siempre, un componente emocional. Todo eso se mantiene en 'Día a día', la nueva comedia familiar de Netflix.
El día a día de una familia latina
Es nueva, pero utiliza como punto de partida uno de los clásicos de Norman Lear, 'One day at a time', en la que los protagonistas eran una madre soltera, sus dos hijos y Schneider, el vecino/"manitas" para todo. Para la nueva versión, los dos showrunners de la serie, Mike Royce y Gloria Calderón Kellet, han transformado a la familia central en los Álvarez, de orígenes cubanos, pero que viven en Los Ángeles, no en Miami. La madre es una ex soldado que estuvo en Afganistán y que está separada del padre, que tiene también dos hijos (chica y chico) y que comparte la casa con su propia madre, exiliada de Cuba en los 60. Y Schneider es ahora un hipster cuarentón que es su casero.
Los orígenes latinos de la familia son muy importantes. Es habitual que madre e hija intercalen frases en español en medio de los diálogos, y la abuela cocina la versión cubana de la ropa vieja y escucha a Celia Cruz al levantarse por las mañanas. Hay un arco para toda la temporada con la celebración de la quinceañera de la hija mayor y no es raro que la madre, Penélope, comente que en la clínica donde trabaja como enfermera alguien le ha hecho un comentario racista.
El centro de la comedia está puesto sobre la propia Penélope y su madre, y esos personajes están interpretados por dos actrices ya muy expertas como Justina Machado ('A dos metros bajo tierra') y otra leyenda viva como Rita Moreno, Oscar a la mejor secundaria por 'West Side Story', y que transforma a la abuela Álvarez en la mejor heredera, cubana, de Sophia Petrillo.
Comentarios sociales, risas y emoción
'Día a día' es una sitcom de las de toda la vida, y su aspecto puede hacernos creer que estamos ante otra comedia apolillada, pero nos estaríamos dejándonos llevar por los prejuicios. Royce y Calderón Kellet saben muy bien lo que están haciendo y siguen las enseñanzas de Norman Lear a la perfección. La abuela puede ser un personaje exagerado, con un loquísimo acento, pero la relación con su hija es muy genuina, y al hacer que Penélope sea una veterana de guerra, se abre para la serie la exploración de cómo lidia con lo que vivió en Afganistán y con las pesadillas que aún tiene.
Los comentarios sociales se integran en las tramas de los episodios y se afrontan de manera directa. Por ejemplo, cuando Elena, la hija mayor, se queja de la quinceañera es una costumbre sexista, ella y su madre tienen un debate sobre el tema con argumentos a favor y en contra, y hablan hasta que llegan a un acuerdo de algún tipo. Incluso adopta cada una el papel de la otra. Y de esa manera, a través de conversaciones, es como se presentan todos los asuntos importantes, una manera que ha retomado también otra sitcom muy influida por Lear como 'The Carmichael Show'.
'Día a día' presenta una apuesta muy clara, en sus comentarios sociales, por ponerse en la piel del otro, por intentar comprender la otra postura a la hora de defender la propia. Pero aunque es un aspecto importante de la serie, no es el más importante. Si acaba funcionando y enganchando es porque consigue un retrato muy entrañable y reconocible de su familia protagonista. Los chistes fluyen a buen ritmo (y algunos están muy inspirados), Machado y Moreno tienen una gran dinámica y los momentos más emocionales están bien justificados, la serie se los ha ganado y suelen funcionar muy bien.
No es ninguna revolución en la sitcom familiar, pero 'Día a día' es un ejemplo de que las comedias tradicionales pueden hacerse bien sin parecer rancias y pasadas de moda, y hasta de encontrar el modo de decir cosas interesantes, de transmitir ciertas ideas al espectador. En este renovado esfuerzo de Netflix por añadir más sitcom de este estilo a su catálogo, se agradece que abracen lo mejor que puede ofrecer este formato. Y ahora, cantemos todos juntos: "Azúcar, azúcar negra, ay, cuánto me gusta y me alegra".
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