Siempre he sentido una gran debilidad por los psicópatas de ficción, algo que se ha traducido en que mi Nick en Internet sea freddyvoorhees –una mezcla de los nombres de los asesinos de ‘Pesadilla en Elm Street’ y ‘Viernes 13’- y que esté haciendo una tesis sobre la figura del psychokiller en el cine. Os podría decir varias películas protagonizada por esa tipología de personaje que me encantan, pero ‘Psicosis’ es la que ocupa el primer lugar de la lista, y creedme cuando afirmo que he visto unas cuantas. Es por ello que mi reacción ante el anuncio de ‘Bates Motel’ fue de escepticismo, pero sin querer despreciarla ya de entrada.
El tiempo fue pasando lentamente y llegó el momento de su estreno en A&E el pasado 18 de marzo. Se convirtió en el mayor éxito de la historia del canal y, en general, escuchaba comentarios positivos hacia ella. Quise esperar y fue cuando ya había varios capítulos emitidos cuando me dispuse a verla con un margen más razonable para valorarla. La primera sensación que tuve fue de extrañeza, pero según avanzaba la historia me quedaba claro que las principales virtudes y los mayores defectos de la serie están en la marcada bipolaridad que está mostrando por ahora.
La precuela que no termina de serlo
Partiendo de la base de que la película de Alfred Hitchcock es una obra maestra y no merece la pena entrar a discutir sobre ello, es curioso que ‘Bates Motel’ quiera aprovecharse y reniegue al mismo tiempo de su condición de precuela de los hechos narrados en ‘Psicosis’. Es evidente que ha conseguido un plus de notoriedad por este punto antes de su estreno, pero también que eso hacía las comparaciones inevitables por mucho que quieran relativizarlo en la serie en sí misma. Es un arma de doble filo que no están manejando bien.
Parémonos un segundo en el trabajo de ambientación de la serie, ya que está claro que ‘Bates Motel’ quiere aprovecharse del toque especial que se consigue con una ambientación propia de los años 50-60 del siglo pasado y ha habido varias referencias en los episodios emitidos a otras películas de cine clásico que encajarían perfectamente dentro de los visionados de alguien de la época, pero que llega a resultar chocante dando el salto a la actualidad. Y es que el problema es que la serie quiere llevarse lo bueno de ese aspecto, pero prescindiendo de todo lo demás, intentando llegar así a una mayor cantidad de público.
Este choque de intenciones contrasta con el buen trabajo técnico desplegado hasta la fecha, sabiendo conferir credibilidad al trabajo de ambientación y un acabado visual atractivo. En este aspecto no se me ocurre ninguna pega que ponerle, ya que ha sido lo suficientemente explícito en momentos escabrosos –la violación a Norma y la posterior ejecución de su agresor- sin caer en el mal gusto y lo único que llega a descolocar son las situaciones en las que se nos recuerda la ambientación contemporánea. Esto no deja de ser un fallo de guión, que es donde encontramos unas cuantas debilidades adicionales.
Norman, Norma y otros personajes sin mucho gancho
Hay dos realidades muy diferenciadas en la serie, ya que por un lado tenemos la relación entre Norman Bates y su madre Norma y por otro a varios personajes necesarios para que la serie tenga un universo propio, pero también una molestia que nos aparta de lo realmente interesante de ‘Bates Motel’: La dominación que Norma ejerce sobre su hijo y la progresiva transformación de éste en un loco asesino. Puede que no quieran ser la precuela de ‘Psicosis’, pero todo lo que sea apartarse de esa conclusión final –salvo que haya una cancelación antes de tiempo, claro está- sería una tomadura de pelo de mucho cuidado.
Lo más interesante –y potencialmente fascinante, aunque por ahora haya habido poco de ello- de la serie es la relación entre sus dos protagonistas, algo a lo que ayuda mucho el buen trabajo de Freddie Highmore y, sobre todo, Vera Farmiga. El primero ofrece una verosímil interpretación como joven ligeramente retraído por la influencia de su madre, algo que obligatoriamente ha de ir a más, pero por ahora ya ha habido buenos detalles en esa dirección –el bloc con los dibujos que tenía escondido, el momento en el que observaba a su madre cambiándose de ropa, etc.- y él ha sabido manejarlos bastante bien sin dejar de perder esa inocencia necesaria por el momento.
Sin embargo, es Vera Farmiga la que realmente consigue que ver ‘Bates Motel’ sea casi obligatorio. Quizá algunas reacciones de su personaje sean algo evidentes en la manipulación de su hijo –eso sí, más culpa del guión que suya-, pero a cambio está manejando a la perfección los estados de ánimo de su personaje y dejando ver, tanto de forma directa –la otra carretera no se construirá- como indirecta –las acusaciones soterradas de su otro hijo-, una faceta tenebrosa bastante prometedora. También hemos detalles su inquisidores –su “cuestionario” a la amiga de su hijo-, dramáticos –se ve superada por el odio de su otro hijo- e incluso ha conseguido hacer un poco tolerable la cansina trama romántica con el ayudante del sheriff.
El problema es que no me interesa ninguno del resto de personajes, aunque me producen diversos grados de indiferencia. El más tolerable es el sheriff interpretado por Nestor Carbonell –por cierto, su físico me recuerda mucho más al de Anthony Perkins que el de Highmore-, condenado a la mediocridad por los tópicos necesarios –autoritario, serio e insistente- para la construcción de su personaje. El resto de personajes con auténtico peso en la trama ya son más molestos, desde la amiga enferma hasta su objeto de deseo –que también lo será en la nueva entrega de ‘Transformers’-, sin olvidarnos de su hermano, principal fallo de la serie por ahora, ya que sólo sirve para quitar fuerza a la relación entre los dos protagonistas.
De hecho, tengo claro que la primera y el tercero van a acabar formando parte de las víctimas de Norman o su madre. Él posiblemente matando a su hermano por el daño decisivo que puede acabar causando a su madre en un futuro no demasiado lejano –quizá incluso con una marcha temporal de la serie y sucediendo eso en un breve arco argumental trayéndole de vuelta- y Norma quitándose de en medio a la mujer que podría provocar un peligroso distanciamiento entre ella y su hijo –y de paso hiere psicológicamente a Norman, es un win-win para ella-. Hasta me atrevería a decir que esa máquina a la que siempre va unida va a servir para darnos alguna escena poderosa en forma de muerte lenta y dolorosa. Son tantas películas así que he visto que me es imposible dejar de teorizar sobre estas cosas.
Conclusiones
Estoy convencido de que la serie me va a seguir dejando una sensación agridulce en todo momento, ya que va a tener que ir introduciendo misterios de dudoso interés y otras tramas condenadas a sólo ser realmente interesantes cuando la resolución de las mismas esté cercana para así ir estirando la historia más de lo debido. Creo firmemente que una miniserie era el formato más adecuado para esta historia, pero seguiré viéndola mientras los aspectos positivos sigan compensando los negativos –lo mismo que también mantiene ahora a Norman Bates como un buen chaval-, que es lo que está pasando por ahora.
En ¡Vaya tele! | A&E estrenará 'Bates Motel' el próximo 18 de marzo
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