La segunda temporada de 'Arrow' ha terminado de confirmarla como el gran éxito de The CW, la serie que toma el relevo de títulos todavía en emisión de la cadena como 'Sobrenatural' o 'The Vampire Diaries', que acaba de terminar la quinta temporada, como la pieza alrededor de la que construir buena parte de la programación. Gracias a su éxito, Warner y DC se decidieron a llevar 'The Flash' de vuelta a la televisión para el año que viene, pero lo cierto es que no habría logrado nada de todo esto si no hubiera demostrado una gran seguridad en sí misma en la segunda temporada.
Desde el principio, había un camino muy claro para Oliver Queen; ser un héroe sin seguir siendo un asesino. Y, al mismo tiempo, se preparaba el terreno para la confrontación de la segunda mitad de la temporada, la que llevaría a Oliver a revisitar sus demonios de la isla y, sobre todo, a enfrentarse de nuevo a Slade Wilson, el villano de estos capítulos. Como ya comentamos hace tiempo, los flashbacks de la isla estaban mostrándonos, en realidad, la historia del origen de Slade como Deathstroke, más que el origen de Oliver como Arrow, y esa venganza personal eleva mucho lo que está en juego no sólo para el joven Queen, sino para todos los que se mueven a su alrededor.
La Liga de la Flecha Verde
La introducción de Sarah como Black Canary, y su colaboración con el Team Arrow, ha permitido que esos viajes al pasado isleño tuvieran más interés del habitual, y también ha ayudado a rehabilitar a uno de los personajes que andaban más perdidos esta temporada; su hermana Laurel. Los lectores de los cómics saben hacia dónde evoluciona Laurel en ellos, pero incluso aunque la serie no decida seguir ese camino, necesitaban darle algo más que hacer a Katie Cassidy que hundir a su personaje en el alcohol y las drogas durante media temporada. No es que fuera un mal arco para Laurel, pero no se llevó a cabo con demasiado acierto.
Sin embargo, que Laurel finalmente supiera el secreto de su hermana y de Oliver la ha vuelto mucho más entretenida y la sitúa más en el centro de la acción. De hecho, aunque podía parecer que aquella era un poco cachondeo, que más gente conozca la identidad secreta de Arrow libera la serie de la autoconstricción de que determinados personajes tuvieran que estar siempre en los márgenes de la historia. En esos tres episodios finales de temporada, a Oliver le ha venido muy bien la ayuda, desde luego. Dichos capítulos, además, bien pueden figurar entre los arcos más trepidantes de la temporada televisiva. Empiezan con la muerte de Moira Queen a manos de Slade y no hacen más que crecer hasta llegar a ese último enfrentamiento, con guiño para los shippers incluido.
Un final con riesgos
El asesinato de Moira, además, le daba a esos últimos episodios la sensación de que podía pasar cualquier cosa y de que podía morir gente que podíamos pensar que estaba segura. Sí, al final caen los más evidentes, como Sebastian Blood (que descubre tarde que Slade lo ha utilizado) e Isabel Rochev, cuyo rol como malvada al final ha sido un poco decepcionante, y aunque la invasión de Starling City por parte de los superhombres de Slade podía repetir algunos de los aspectos del final de la primera temporada, se ha conseguido evitar al tener en su centro una trama mucho más personal para Oliver, y en la que sus dos colaboradores más cercanos, Diggle y Felicity, han participado más activamente. Felicity, de hecho, ha crecido un poco más en esta entrega (grande su "tortura" sin necesidad de tocarle un pelo al detenido), y su enamoramiento de Oliver se ha manejado bastante bien, incluso en esa maniobra de Arrow para engañar a Slade que demuestra que confía enormemente en ella para que lleve a cabo un plan que no ha tenido tiempo de explicarle.
La mayor integración de los secundarios, como Roy, ha sido uno de los aspectos en los que 'Arrow' ha mejorado en esta segunda temporada, y también ha demostrado no tener miedo de cambiar el status quo de la serie. Que Thea opte por irse con Malcolm Merlyn, su padre biológico, abre todo un mundo de posibilidades para la tercera entrega, y también da otro propósito a un personaje que estaba quedándose estancado en su queja continua de que nadie le cuenta la verdad (lo cual es cierto, por otro lado). El trío central se mantiene muy sólido, y los añadidos de Roy y, tal vez, Laurel pueden sumar, más que restar. Además, veremos qué pasa con el padre de Laurel y como puede afectarle.
En resumen, esta segunda temporada de 'Arrow' ha sido muy disfrutable. Sus responsables siempre han sabido lo que estaban haciendo y tenían una idea clara de dónde querían llevar a sus personajes y sus tramas cuando llegara la season finale, y esa seguridad y claridad ha beneficiado a toda la serie. No se ha librado de algunos fallos y de personajes poco aprovechados (como Sin o Thea, en su mayor parte), pero sí ha demostrado capacidad para aprovechar al máximo su presupuesto. En las escenas de acción, hay pocas series actualmente en emisión que le saquen tanto partido a peleas nocturnas en naves industriales abandonadas. 'Arrow' se ha convertido por méritos propios en el nuevo gran éxito de The CW, y no parece dispuesta a dejar de serlo.
En ¡Vaya Tele! | 'Arrow' amplía su mundo y refuerza a su trío dinámico
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