Esta entrada contiene spoilers sobre el final de temporada de ‘Alcatraz’.
Si algo me ha enseñado esta temporada televisiva es que no debo volver a entusiasmarme con un estreno de ficción. Reconozco que lo dije al acabar ‘Flashforward’, después de ‘The event’ y también tras ‘Terra Nova’. Durante los últimos años han sido varios los ejemplos que me demostraban que por muy atractivo que fuera la presentación de una serie, debía esperar a que se defendiera en el terreno de juego para celebrar su llegada. Pero esta vez ya puedo decir que he aprendido la lección (de verdad de la buena) y que no volveré a ilusionarme, no después de que la experiencia me haya demostrado que muchas de estas series se quedaban ahí, en un intento por alcanzar la gloria después de venderse con una grandeza que brillaba por su ausencia.
‘Alcatraz’ es una de esas series. Un producto de ficción pretencioso que se suma a una familia seriéfila llena de miembros presumidos, que no han hecho más que decepcionarnos año tras año. Ahora tocaba el turno de descubrir el misterio que rodeaba a los presos de una de las cárceles más famosas del mundo, que desaparecieron en 1963 y aparecieron en 2012, causando el terror en San Francisco. Los creadores de ‘Alcatraz‘ hacían una presentación atractiva de una serie que no tardaría mucho en mostrar sus debilidades, teniéndose que conformar con ser un producto medianamente entretenido en un mundo en el que no podemos decir que el entretenimiento escasee en las series que se emiten hoy en día.
La ficción de la FOX llegaba bajo el brazo de J.J. Abrams y estaba marcada por la sombra de ‘Perdidos’, una serie que paradójicamente está influyendo negativamente en el resto de producciones que le están sucediendo. Muchas son las que se quieren parecer a ella, un camino erróneo tomado en el proceso de producción que no hace más que perjudicar a la serie resultante. Al final no nos queda más que comenzar a dar la razón a todos aquellos que señalan a Abrams, asegurando que el éxito que han conseguido sus producciones en el pasado se debe al trabajo de otros miembros de su equipo y a medida que pasa el tiempo se hace más difícil asociar su nombre a un producto de alta calidad como ocurría en el pasado.
Un débil trío protragonista
A lo largo de los 13 capítulos que ha durado la aventura de la primera temporada de ‘Alcatraz’ no he conseguido conectar con ninguno de los tres protagonistas de la serie, un punto en el que creo que reside uno de los principales problemas que ha caracterizado a ‘Alcatraz’. Rebecca no ha logrado que me interese por ella ni por la historia que se iniciaba con la muerte de su compañero, un hecho que la dejaba traumatizada mientras que el espectador no recibía más información del vínculo que ambos tenían como para poder entender la tragedia por la que pasaba su personaje. Este ejemplo es solo una de las tantas pinceladas que ‘Alcatraz’ no ha sabido darle a su historia, que ha pasado por muchas tramas sin que realmente se llegara a profundizar en ninguna.
Tampoco he podido conectar con Hauser, un personaje al que a veces he terminado odiando por la capacidad que ha demostrado tener para guardar secretos, tanto al resto de personajes como al espectador, algo que me ha hecho pensar que su aparición en la serie solo estaba pensada para que Sam Neill se luciera poniendo esa mueca que solo él sabe expresar. Y, para rematar, no he conseguido creerme al personaje interpretado por Jorge García, un experto en Alcatraz destinado a hacer bulto y a dibujarnos alguna que otra sonrisa muy de vez en cuando.
Entre los secundarios, un poco de todo. Hay una particularidad en estas ficciones que se quedan a medio gas que normalmente se repite en todas ellas. Se trata de ese personaje que sí hace sombra a los demás y que consigue entusiasmar a la audiencia. En ‘Alcatraz’ también hay un personaje que se encuentra por encima de la media, no solo en atractivo sino también en interpretación. En este caso toca hablar del alcaide James, el personaje más potente de la ficción, por el que sí merecería que ‘Alcatraz’ tuviera una segunda temporada. Su presencia en la trama ha ido a más a medida que se continuaban los episodios y nos hemos quedado con las ganas de verle de vuelta en el presente, algo que para el espectador se hubiera convertido en un aliciente a la hora de enfrentarse a nuevos capítulos.
Al final, la ficción ha provocado cierta pereza y ha hecho que tengamos que sacar fuerzas extras para continuar cada semana, sobre todo debido al amplio abanico de series con las que podemos disfrutar hoy en día y el poco tiempo libre que llegamos a tener para seguirlas. ‘Alcatraz’ se ha vuelto una elección difícil, de esas que decepcionan y que llevan a seguirla según la voluntad que sea capaz de mantener cada uno para terminar una historia, aunque esta vez nos la hayan dejado más abierta que nunca.
Historia con altos y bajos
No quiero que con este análisis parezca que la ficción es lo peor del año, ni mucho menos. Es un producto entretenido con el que disfrutarán quienes no quieran ir más allá con una serie, pero que precisamente se nos ha vendido como lo contrario y que, gracias a eso, ha hecho que pongamos en ella altas expectativas que no han sido cumplidas. La ficción tampoco ha encontrado un gancho en sus flashbacks. Pese a lo acertado de la idea de dedicar un capítulo a cada desaparecido, se han dado ocasiones en las que los momentos del pasado no siempre han resultado acertados, además de no mostrar relación alguna con lo que ocurría en el presente.
La serie ha pasado a ser un procedimental más, dedicado exclusivamente a capturar a un delincuente en cada episodio. El problema es que la estela de estos personajes se ha ido difuminando con la llegada de un capítulo nuevo. No hemos visto mucho sobre los prisiones encarcelados en la nueva Alcatraz, y quizá esa parte de la historia también habría sido conveniente mostrar al público. En cambio, la ficción se ha obsesionado centrándose en nuevos desaparecidos, mostrando que tenía capacidad y ganas para ofrecernos cientos de episodios, uno por cada residente de Alcatraz.
Lo que sí ha enganchado es su trama principal, ésa que engloba a Rebecca, a su joven abuelo y al plan trazado por el alcaide James. Pese a que incluso esta historia ha demostrado debilidades, sin ella no habríamos tenido motivos para seguir viendo la ficción. Queríamos conocer qué ocurría con los presos, por qué desaparecieron de la cárcel y qué papel jugaba Tommy Madsen en todo esto, aunque al final nos hayamos tenido que quedar con las ganas. ‘Alcatraz’ hubiera ganado puntos si se hubiera encargado de construir a conciencia esta historia, dejándola limpia y sin ningún cabo suelto. En cambio, lo mostrado ha sido en ocasiones confuso y ha dejado mucho que desear en la mayoría de sus episodios.
La ficción pide a gritos una segunda temporada
No estaba en los planes de los guionistas que ‘Alcatraz’ no cosechara la audiencia suficiente para garantizar una segunda temporada. Así, la serie ha terminado dejando sus tramas abiertas y sin dar ninguna explicación sobre lo que estaba ocurriendo. Con un final de temporada que tampoco ha sabido explotar sus posibilidades (no se ha alejado de lo que hemos encontrado en el resto de episodios), si ‘Alcatraz’ finalmente es cancelada perderá una buena oportunidad de corregir los errores que se han cometido. No dejo de pensar que si la FOX anunciara su renovación, incluso podríamos considerar esta noticia como algo positivo, ya que los puntos débiles de la serie han quedado tan evidentes que a la hora de producir los nuevos capítulos es probable que se ganara en ritmo, intensidad y profundidad y comenzara a compensar al espectador por todo el tiempo que le hemos dedicado. ¿Véis? Ya me estoy ilusionando otra vez. Si es que no aprendo…
En ¡Vaya tele! ‘Alcatraz’, cuando el misterio es lo de menos
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